Lo hemos probado: ¿funciona el yoga facial?

  • Se dice que el yoga facial puede ser una herramienta útil para destensar y mejorar la calidad de la piel de hombres y mujeres. Uppers lo comprueba en una sesión.

  • Antes de empezar a trabajar la cara, hay que liberar las tensiones del cráneo.

  • Ara Rosón, especialista en yoga facial: "al descontracturar los músculos de la cara, mejoramos nuestro estado emocional".

Un año largo de pandemia, muchos cambios en la rutina diaria y meses de incertidumbre… Las secuelas emocionales están ahí. ¿Y las físicas? Entre otras, el rostro se apaga, cae, los párpados nos pesan y el contorno de la mandíbula se ve desdibujado. Seguro que estas señales nos suenan a todos, hombres y mujeres.

Ejercitar no solo el cuerpo

La buena noticia es que podemos paliar y revertir estos signos de envejecimiento. ¿Cómo? A través del yoga facial. Para comprobar hasta qué punto es efectivo voy a hacer una formación online con Ara Rosón, una de las mejores especialistas españolas en yoga y gimnasia facial, además de experta en masaje kobido.

La trayectoria de Rosón es la de una mujer apasionada por su trabajo. Dejó las finanzas hace años por el mundo de los cuidados estéticos. Primero desde la gestión y luego, dejando que sus manos 'hablaran'. En una formación a esteticistas corrigió a una de las asistentes y se dio cuenta del poder de sus manos. Desde entonces, no ha dejado de formarse, y así fue cómo llegó al yoga facial. "Yo hacía mucho entrenamiento de cuerpo y me daba cuenta de que todos esos ejercicios funcionaban del cuello para abajo. ¿Y del cuello para arriba?", se pregunta. Hace años el entrenamiento facial no existía y, lo que es peor, la actividad física de impacto podía empeorar arrugas y flacidez. Ahí es donde Ara Rosón vio un nicho por cubrir. Años después es un referente en esta disciplina y ha creado un método propio, Natural Lift, en el que, además del yoga facial, se utiliza como 'beauty tool' una pelota que sirve para destensar los músculos faciales.

Incorporar los principios del yoga

¿Qué hacen de especial las técnicas de Rosón? "Hacemos entrenamiento facial o fitness e incorporamos la parte de yoga facial. Así, logramos activar y posicionar los músculos de la cara. Al incorporar algunos de los principios del yoga, todo lo que tiene que ver con la respiración y el entrenamiento estático, logramos resultados en base a unos principios con los que me siento completamente alineada", afirma esta especialista en belleza.

El yoga facial estabiliza la musculatura y no provoca arrugas. Cuando se entrena el cuerpo pueden formarse arrugas del movimiento y de la fuerza que usamos en el propio entreno. El yoga facial neutraliza esas tracciones involuntarias porque inmovilizas la musculatura. "En el yoga fácil estabilizas, tensas y propicias la activación muscular. Vas buscando la elongación de los músculos de la cara y a descontracturarlos liberándolos porque detrás de una arruga hay un músculo contracturado", señala Rosón.

Arrugas emocionales

Además de la gesticulación, la gestión emocional también modela nuestra cara en uno u otro sentido. Tenemos 43 músculos en la cara y el cuello y todos intervienen a la hora de expresar nuestras emociones. "Las negativas, como la ira o la tristeza, son las que nos hacen envejecer. Por ejemplo, el músculo depresor, situado alrededor de la boca, 'tira' del rostro hacia abajo cuando estamos tristes o amargados. Cuando nos sentimos preocupados o enfadados fruncimos el ceño. En cambio, al sonreír elevamos los pómulos", explica Rosón. De manera, natural, nuestro rostro adquiere la forma de V, típica de una cara joven.

Lo espectacular del método es que al mejorar la apariencia de la piel y el óvalo facial, también se trabaja la emoción. Si nos vemos con buena cara nuestro cerebro asume que estamos bien y va a ser menos permeable a los pensamientos negativos. Los últimos estudios en Neurociencia avalan la importancia de la apariencia, aspecto y postura corporal para que el cerebro alimente o no un tipo de pensamiento.

"Lo que se busca es que alcancemos un normotono (el músculo en posición relajada) equilibrado y armónico". Cuando gesticulamos deformamos los músculos y vamos creando arrugas. Pero gesticular es inevitable; es también una herramienta clave en la comunicación y algo muy propio de los mediterráneos y latinos. Lo que conseguimos con el yoga facial es desestructurar y recolocar el músculo en su soporte natural.

Natural, económico ¿y rápido?

El yoga facial es un método natural y económico. Solo necesitamos nuestras manos. ¿También es rápido? "Depende de la edad y del estado de la piel. Si tu cuadro de envejecimiento tiene tensión, se nota mucho. También depende mucho de las zonas. En el tercio superior de la zona hay poca grasa, pero en el inferior, donde se acumula más, se nota mucho más la acción de la gravedad", explica la experta.

Como en todos los tratamientos de belleza, se requiere cierta regularidad para ver resultados. "El tratamiento de choque es de 21 días seguidos. Después, con constancia se ve un resultado potente de uno a tres meses, tanto en hombres como en mujeres" porque una de las ventajas de este tratamiento es que es igual de efectivo en ambos sexos.

Lo hemos probado

Me conecto a la sesión online a primera hora de la mañana. Mi cara acusa varios días de mal sueño, largas jornadas de teletrabajo y poca actividad física. ¡Ara tiene trabajo!

Lo primero que hacemos es un calentamiento en el que liberamos de tensiones el cráneo y el cuello. El objetivo es liberar el casco. "Uno de los efectos más habituales del envejecimiento es la cara empieza a desplazarse hacia delante, por eso hay descolgamiento. El yoga facial empieza estimulando los puntos de sutura craneales para despejar, liberar la tensión y facilitar el momento para reposicionar", me explica Ara. Para ello empiezo masajeando el cuero cabelludo con las puntas de los dedos, desde la parte superior de la cabeza hasta el occipital y detrás de las orejas. Combino ese movimiento con suaves estiramientos y pequeños tirones de pelo. La primera sensación es de circulación activada y, de propina, me llevo un masaje capilar al que, según Ara, mi pelo responderá creciendo con más brillo y más fuerza.

Frente y zona orbicular: ¡efecto bótox!

Después seguimos con 'assanas' (posturas de yoga); en este caso, movimientos en la frente y zona orbicular. En estas zonas me ayudo de la pelota de tecnocaucho especialmente diseñada para el método Natural Lift que ayuda a complementar los movimientos manuales. Gracias a la pelota, se van deshaciendo las adherencias que se forman en las fascias (el recubrimiento muscular), al tiempo que estabilizamos y traccionamos en el sentido que nos convenga.

En la frente, siguiendo las instrucciones de Ara, el efecto bótox natural es inmediato al combinar el movimiento con la respiración. En este caso, inspiramos siempre que tensamos el músculo y espiramos siempre que lo soltamos. Después de varios movimientos, siento una sensación de apertura en la zona de la frente, cierto hormigueo y una piel más tersa y ligeramente enrojecida.

En la zona ocular, siempre más delicada, tengo algunas reservas. Suelo acumular líquido en esas áreas, pero las maniobras funcionan y la sensación de distensión es mayor. Veo, y Ara lo confirma, que la cola de la ceja 'sube' y por tanto la mirada rejuvenece de inmediato.

Tercio inferior: mucho por hacer

Empieza el trabajo más complejo. La gravedad hace su trabajo. Y quizás soy del 20% de las personas que tienen el hábito de apretar los dientes (bruxismo) durante el sueño o en situaciones de estrés. Por una cosa o por otra, siento que esa zona pesa, 'tira' hacia abajo, y que tengo la mandíbula tensa, con la sensación de que está mal encajada.

Antes de llegar a la boca y la mandíbula, trabajamos los pómulos. Lo más importante es identificarlos, marcando una leve sonrisa, y después tonificarlos manteniendo el ritmo de la respiración. El resultado es sorprendente: los carrillos que antes se veían planos se redondean y adquieren un atractivo tono rosado, señal de que los músculos de la zona están oxigenándose.

Llegamos a la zona nasogeniana, donde se forman algunos de los pliegues más antiestéticos del rostro. Comenzamos el trabajo con assanas en las que se ejercitan los músculos de la boca. Para eso me ayudo de las correcciones de Ara (las posiciones de las manos son importantes), de la pelota y, esta vez, además, de un corcho que me ayuda a proyectar la tensión adecuada en pómulos y labios. De una manera suave, la pelota consigue 'planchar' e ir soltando las zonas más agarrotadas. Progresivamente, tensando y destensando, voy recorriendo toda la línea mandibular, terminando el movimiento al pasar por las orejas y los huesos temporales.

No solo yoga facial

Al acabar el ejercicio, mis labios se ven más jugosos y la mandíbula está más suelta. Ya no noto algunos molestos chasquidos de algunos movimientos. Y al agradecerle a Ara esta hora larga de sesión, noto que vocalizo mejor, con mucho menos esfuerzo, y que todo mi rostro está más flexible y con mejor tono. El yoga facial funciona desde la primera sesión. Y no solo en lo físico. Al prestar atención a algunas zonas de mi cuerpo y ser consciente de la respiración, también he llevado a cabo una sesión de mindfulness o atención plena. Además de mi piel, mi ánimo también lo siente.