La coloración con barros, plantas o natural empieza a imponerse en muchos salones de peluquería y también en el baño de las personas más acostumbradas a teñirse en casa. Para los que peinamos canas, teñirse con barros puede ser una manera sutil de comenzar la transición hacia el blanco o una manera de matizarlo. Antes de tomar la decisión de barros sí o no, veamos los beneficios e inconvenientes de esta técnica de coloración.
La coloración con barros es la evolución natural de la aplicación de hennas en el cabello. Se trata de una forma de teñir el cabello natural y ecológica, a base de pigmentos de plantas, maderas, flores, algas y tierras que, mezclados con agua caliente, forman un barro que se aplica sobre el cabello recién lavado.
Se trata de la principal ventaja. Mientras los tintes químicos, a base de amoniaco, abren la cutícula del cabello, los barros hacen el efecto contrario: sellan el cabello y lo fortalecen. Teñirse con barro mejora la cutícula del cabello gracias a las propiedades fitoterapéuticas de sus componentes, dejándolo muy hidratado y reduciendo también el encrespamiento. Los expertos en cabello, de hecho, recomiendan someterse una vez al año a este tratamiento, aunque no sea para teñir el pelo, sino para mejorar la textura y el brillo del cabello.
Los barros también tienen una acción astringente que desintoxica a fondo el cuero cabelludo, eliminando los residuos y aportando volumen desde la raíz a las puntas.
No. Es otra de sus grandes ventajas. Los barros son muy adecuados para las personas que tengan el cuero cabelludo sensible. Tampoco provocan ningún tipo de alergia y ayudan a fortalecer el cabello, formando una barrera protectora frente a las agresiones externas. Al estar compuesto por sustancias cien por cien naturales, el riesgo de reacción es mínimo.
Si lo que te importa es el tono del cabello, los barros quizá no son tu elección. Es cierto que tienen una gran gama de colores naturales que se pueden mezclar para personalizar cada tono, haciendo del color una auténtica obra de arte, desde rubios oscuros a rojizos.
Y aquí empiezan los inconvenientes: depende mucho de la experiencia del colorista y del propio estado del cabello. Es decir; el tono previo nos hará coger uno u otro tono. Es menos predecible que el tinte químico. Por otra parte, no es adecuado si lo que queremos es aclarar el cabello.
No. Las matizan; esto es, les da un reflejo brillante sobre el tono blanco o grisáceo, como si fueran mechas naturales, pero seguiremos viendo cana. Si lo que quieres es hacer una transición sutil hacia el pelo canoso, puede ser buena opción mejorando, además, la estructura capilar.
Si lo tuyo es pánico por la cana, tendrás que continuar con los tintes químicos o bien decantarte por los óleos, una coloración basada en una mezcla de aceites vegetales que sí pueden aclarar la y cubrir las canas, aunque no son naturales cien por cien.
Los barros mitigan el efecto raíz. Cuando hay mucha cana, el nacimiento se camuflará en una melena tono sobre tono. En cualquier caso, nunca durará más de un mes como el resto de los tintes. Pero, a diferencia de los químicos, con cada lavado iremos 'soltando' el color dejando residuos (atención toallas, duchas y bañeras).
Como ocurre en todos los tratamientos de belleza, el resultado final depende mucho de cada persona; en este caso, del tipo de cabello y del tipo de canas. Como tip, podemos alargar el efecto del barro usando champús naturales sin sulfitos ni tóxicos. Si apostamos por los cuidados naturales, es importante ser coherentes. Un champú con demasiados componentes químicos puede arruinar el cabello mejor cuidado.