Vivan las madres. Y su sabiduría. Todos tenemos una retahíla de frases hechas que, según cómo se pronuncien, el hijo puede ir arrastrando en forma de grilletes o como simple herencia singular y divertida. Pero la mayoría de las veces son para bien, como pequeños mantras que se quedan dentro y surgen en diferentes ocasiones a lo largo de la vida. Puede, quién sabe, que incluso se pasen a la siguiente generación. Hemos preguntado a cuatro uppers cuál es la suya. ¿Ya estás pensando en la tuya mientras lees esto?
Existe una bibliografía abundante y un refranero inacabable de expresiones típicas de mamá en las que "todo hijo de vecino" (aquí va la primera) identificará inmediatamente a la suya: "Y si todos tus amigos se tiran por un puente, ¿tú te tiras detrás?", "Si te duele es que se está curando", "¿Te has creído que soy el Banco de España?", "No te tragues el chicle, que se te pega en el estómago", "Te doy una que te parecen dos", "Cuando seas madre, comerás huevos" o "Un día me matas del disgusto". Hay que reconocer que, a fuerza de repetir, el mensaje calaba. Otras, como "Esto ya pasa de castaño oscuro" o "Ni pero, ni pera", sonaban a reprimenda sin más.
Son letanías que salen automáticamente y delatan a la madre como esa criadora ancestral a la que la naturaleza le confió, igual que al padre, el cuidado emocional y físico de su prole. De ahí el consejo de tomar el zumo antes de que se le vayan las vitaminas, gastarse algún cuarto más en zapatos de buena calidad o el jabón lagarto como el must have del hogar, el recurso infalible de madres y abuelas para todo.
Hemos pedido a cuatro uppers que piensen por un momento en aquellos años en los que fueron niños o adolescentes y recuerden aquella frase que su progenitora repetía de manera casi instintiva. Algún día les preguntaremos si también ellos las reproducen con sus propios hijos y puede que nos llevemos sorpresas.
Teniendo como madre a la gran dama de la novela romántica, la escritora Corín Tellado, el rosario de frases maternales tenía que llegar a la fuerza con ese corte fantástico y sentimental que dio a sus más de 5.000 libros. Su hija Begoña, procuradora asturiana, recuerda que para cada situación tenía un consejo que, por el modo de transmitirlo, se transformaba instantáneamente en una novela dictada. Para ese primer beso, una decepción amorosa, cualquier decisión o un momento de tristeza… siempre había una frase de mamá.
Corín fue tan prolífica que a Begoña le cuesta remarcar una sola de sus expresiones características, pero son sus hijas gemelas las que salen al paso con una que a ellas les repetía antes de morir, el 11 de abril de 2009: "Dejad que los chicos estén siempre más enamorados de vosotras que vosotras de ellos".
Hay una frase que Juan, impulsor de la agencia Viajes de la Edad Tardía, lleva grabada a fuego y le ha enseñado ese valor tan importante y complejo que es la confianza en sí mismo y en los demás, elemental para conseguir una vida satisfactoria y señal inequívoca de respeto mutuo: "Es mejor que alguna persona te decepcione que equivocarte con alguien".
Asturiano de nacimiento y madrileño de adopción, recuerda que hubo muchas expresiones de su madre, Josefina, que le sirvieron cuando decidió iniciar su aventura como organizador de viajes para personas mayores. Una de ellas, aparte de la confianza, "ten paciencia". "De pequeño siempre escuchaba a mi madre decirle a la gente que tuviese paciencia. Generalmente, era un consejo para sus amigas, refiriéndose a la relación con los maridos. A mí también me pedía que tuviera paciencia en muchos momentos, pero en otro sentido. No lo entendía muy bien, pero a lo largo de los años descubrí que ser paciente en la vida te lleva a conseguir tus objetivos y a no tomar decisiones equivocadas".
Olga es psicóloga, coach y escritora especializada en salud, bienestar, psicooncología y ciberbullying. Cada día se enfrenta al reto de ayudar e impulsar a las personas a ser felices y contribuir a su bienestar, incluso cuando están en las etapas más difíciles de su vida, como puede ser un cáncer avanzado. Ha desarrollado recursos, habilidades y técnicas para ello. Pero ahí tiene a su madre, Juli, involucrada en la felicidad de su hija y tratando de tirar de ella como cuando tenía diez años. Ella lo recibe como un regalo.
"Recuerdo que cuando dudaba si preguntar o pedir algo, siempre decía (y dice): El no ya lo tienes, así que pregunta… a lo mejor te dicen que sí". No es la única expresión característica de Juli con su hija. "Cuando me enfrento a algún reto y me ve insegura, ella siempre se pone a mi lado diciendo: haz lo que sientas que es mejor para ti. Estemos o no de acuerdo, tu padre y yo siempre te vamos a apoyar". Nos garantiza que, más que una frase hecha, es algo que ha cumplido siempre.
Sabio consuelo el que recibía José Ramón, presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria e investigador, de parte de su madre, Joaquina, cuando las cosas no salían como él esperaba.
"Hijo, si no lo has conseguido, sería que no te convenía", le decía y con sus palabras eliminaba de golpe cualquier sentimiento de culpa, fracaso o lástima, al tiempo que le animaba a pensar que había otra oportunidad, sin duda mucho más conveniente y ventajosa, esperándole. En otras ocasiones recurría a frases más populares, como "sarna con gusto no pica" o "lo que tenga que ser será". Muy comunes, pero en boca maternal se transforman en la gran sabiduría de la vida.