El verano es una temporada en la que solemos innovar con nuestras bebidas al visitar con mucha más frecuencia las terrazas con el aumento de nuestra vida social, que habrá que aprovechar el buen tiempo y los días de vacaciones. Eso sí, si existen dos bebidas que son las preferidas de los españoles está claro son la cerveza y el vino, aunque para una sobremesa no viene mal un gin tonic o un cubata, ya eso al gusto de cada cual. Pero hoy te contamos más acerca de una bebida que siglos atrás fue la preferida de los vikingos e incluso de Odín, el hidromiel.
Seguro que de vikingos sabes algo. En los últimos años han sido los protagonistas de películas, series de televisión o libros que nos han acercado su historia y sus costumbres, entre las que ya hemos visto que estaban las bebidas alcohólicas durante sus banquetes. Entre esas bebidas estaba el hidromiel, un brebaje que surgió hace cientos de años, durante la Edad Antigua, y que fue pasando a culturas como la vikinga o la romana, hasta la actualidad.
Aunque su popularidad ya no es tan grande, sigue siendo muy común en países como Alemania o Polonia, bebiéndose tanto fría como caliente. Es justo en la zona norte de Europa donde más se popularizó, entre los vikingos, que se dice que pensaban que Odín solo se alimentaba de ese brebaje, con el que además brindaban para celebrar sus victorias.
Debido a una historia, en la mitología nórdica se creía que quien bebiese hidromiel obtendría una gran sabiduría. Esto se debe a la leyenda de dos hermanos enanos que asesinaron al dios vikingo más sabio, Kvasir, de cual cogieron su sangre y la ocultaron en un caldero mezclada con miel. Así se dice que nació el hidromiel.
Pero de regreso a la actualidad, ¿qué es el hidromiel? Es una bebida que se prepara a partir de agua, levadura y miel. De esta manera, dependiendo de la miel utilizada y sus características se consigue un tipo u otro de hidromiel, siendo la clave para variar su sabor.
Sin embargo, no solo eso hace que se consiga una gama más amplia de la bebida, también el proceso de fermentación y el tiempo que pasa en ese proceso, así como su temperatura o el tipo de levadura que se utiliza, sin olvidarnos del proceso de filtración posterior. ¿Has probado el hidromiel en alguna ocasión?