¿Cómo elegir el restaurante perfecto para una comida de Navidad de empresa?
Ana de la Hoz GonzálezMadrid
Muchos restaurantes cuelgan el cartel de lleno en fechas navideñas.
Los finolis y los glotones, las cañas y los chupitos, los veganos y los alérgicos... demasiados frentes abiertos en el trabajo hasta encontrar un menú navideño que conforme a todos
Si te ha tocado organizar la cena o la comida de Navidad lo aconsejable es que cumplas a rajatabla unas pautas para salir victorioso de esta batalla
No le deseo a nadie convertirse en el encargado de organizar la reunión navideña de los compañeros de trabajo, del equipo de fútbol o de la peña. Genera bastantes quebraderos de cabeza a no ser que uno esté acostumbradísimo, sea muy diplomático o todo le resbale. En Uppers hemos recogido unas pautas de experto sobre cómo elegir restaurante para tu cena de Navidad de empresa o la de los amigos de toda la vida para que todo salga de maravilla y los comensales te feliciten. No es una boda donde se hace lo que digan los novios sin chistar, aquí todos protestan, critican o dan una lata increíble hasta el final.
Estos son los consejos de los profesionales dedicados a la organización de eventos que se pueden aplicar por ejemplo a la cena de Navidad de la oficina:
Planificar con bastante tiempo la cena o la comida de Navidad porque los mejores restaurantes se reservan con muchísima antelación.
Elaborar la lista de comensales para tener claro desde el principio cuántas personas van a acudir, así, en función del tamaño del grupo ya se puede localizar un establecimiento. Si además dispone de un comedor para reservar en exclusiva, la reunión resultará mucho más agradable.
Tener claro que el presupuesto de cada comensal es distinto, unos son muy exquisitos y a otros les gusta comer de todo. Lo recomendable es apostar por un lugar más convencional, ni finolis ni de batalla, de precio medio y con menús a base de croquetas, ibéricos, entrecot o lubina y tarta de queso, en vez de por un restaurante de moda o una estrella Michelin.
Preguntar quién tiene alergia o intolerancia y a qué alimentos en concreto. También se debe conocer qué tipo de alimentación lleva cada persona, por ejemplo, si es vegana. El restaurante, por tanto, debe ofrecer un menú a la medida de estos comensales con todas las garantías.
Concretar cada plato del menú elegido hasta el mínimo detalle, desde los aperitivos al postre y el café. En algunos menús, por ejemplo, aparecen raciones a compartir y conviene saber para cuántas personas será cada una o si lo van a servir de forma individual.
Negocia un precio cerrado del menú para evitar que la cuenta se ponga por las nubes. Además, es la mejor forma de recopilar el presupuesto total antes de la cena y de que todos los comensales adelanten su parte. Por otro lado, el restaurante debe dar facilidades de pago y detallar en la factura todo lo consumido.
Especifica qué tipo de bebidas y qué cantidad entra por persona en el menú y en ese precio. De este modo cada comensal sabrá de antemano qué puede pedir y qué consumiciones tendrá que pagar a parte. No es justo que el que primero llegue pida lo que se le antoje y ese gasto tenga que repartirse entre todo el grupo. También hay personas que solo consumen refrescos que son más económicos que el vino o un combinado.
Seguro que si se consigue cumplir con todas estas pautas la cena sale de maravilla o los comensales nombran al organizador como responsable del evento para las próximas navidades.