En todos los hogares, es una práctica habitual congelar alimentos para extender su vida útil y tener un mayor control administrativo sobre la economía doméstica. Para congelar comidas ya preparadas, de manera que se puedan volver a consumir a futuro manteniendo el mismo sabor y propiedades es muy frecuente, pero hay que seguir ciertos pasos. Para descongelar un alimento, se puede cocinar directamente o utilizar el compartimento general de la nevera. No se recomienda hacerlo con agua caliente o temperatura ambiente, ya que pierde sabor, textura y valor nutritivo, además de aumentar los riesgos para la salud.
La contaminación cruzada entre alimentos es muy frecuente y se puede dar incluso dentro en la nevera o de manera indirecta a través de las superficies de trabajo. Por eso, es importante manipular y almacenar correctamente todos los productos y elegir las preparaciones elaboradas en el momento ya que el proceso de recalentado hace que se pierdan muchos nutrientes.
En el mundo de la cocina existe un truco para cada incógnita. Aunque algunos métodos dependen del gusto del comensal, cuando se trata de descongelar carne, la bromatología se convierte en prioridad. Teniendo esto en cuenta, existe una alternativa para acelerar el proceso del descongelado sin poner en riesgo la salud. Colocar una porción de carne congelada en el microondas para poder cocinarla rápidamente puede ser una decisión catastrófica en términos de sabor y salud. Por eso conviene no hacer caso a las soluciones "mágicas" que ahorran tiempo, pero arruinan la comida e incrementan el peligro de una intoxicación.
La carne es uno de los alimentos más consumidos en España, la variedad de cortes disponibles ofrece aportes nutritivos, pero es aconsejables ir alterándolos. Para conservar el valor, se debe cocinar en trozos grandes, a fuego fuerte y evitar que pase, pero hay que asegurarse que esté bien cocida y tenga un color uniforme. Es habitual antes de cocinar, encontrarse con una pieza que todavía tenga zonas congeladas. Para evitar esperar varias horas se puede recurrir al clásico truco de la olla invertida que consiste en utilizar dos de estos objetos junto a una bolsa. Al sacar la carne del congelador se debe introducirla en una bolsa, preferiblemente creada para envasar alimentos, colocándola sobre una olla del revés.
Luego se debe tomar la segunda olla y llenarla de agua caliente. El siguiente paso será colocar esta segunda sobre la carne ejerciendo presión y calor sobre la bolsa con la carne dentro. Así, rápidamente la comida estará descongelada en solo cinco minutos de forma segura. Este extraño método funciona porque el aluminio es un excelente conductor de la temperatura y la presión de la olla superior romperá el hielo interior, exprimiendo el frío del producto.