Los trucos para comprobar si un chocolate es de calidad: aprende a diferenciarlo
Comer chocolate es una delicia y en el mercado podemos encontrar diferentes tipos de este exquisito alimento
Identificar un chocolate de calidad puede parecer difícil, pero si lees bien la etiqueta buscando pistas e ingredientes clave podrás comprar uno de calidad
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El chocolate es uno de los alimentos más populares, no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo. Y es que además de su característico sabor, que puede tener muchas variantes, algunos de sus componentes ayudan a mejorar nuestro estado anímico. El cacao, la leche, la manteca de cacao y el azúcar son los ingredientes del chocolate que, en conjunto, logran generar serotonina, el neurotransmisor que consigue la sensación de satisfacción, alegría y bienestar.
Una de las dudas que más se repite entre los consumidores tiene relación en cómo identificar un chocolate de buena calidad. Para lograrlo no basta con conocer qué porcentaje de cacao posee, por eso debes estar atento a ciertos ingredientes utilizados en su elaboración.
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Si es que entre los ingredientes de la barra de chocolate te encuentras con elementos como vainillin o extracto de vainilla artificial (suelen decir que es idéntica a la original) y PGPR (Polirricinoleato de Poliglicerol), estás ante un chocolate de mala calidad lleno de químicos artificiales utilizados para darle la textura y el sabor que un buen chocolate no necesita.
Si dice aceite vegetal o de manteca en vez de manteca de cacao es una mala señal, lo mismo sustitutos de leche o endulzantes artificiales. Otro ingrediente que resulta sospechoso es licor de chocolate o hecho con chocolate, ya que significa que está fabricado con un extracto de un elemento creado artificialmente y que no proviene directamente del grano de cacao como esperaríamos en un chocolate real.
Que un chocolate sea de marca conocida no significa que te puedas confiar, ya que muchos supuestos fabricantes suelen comprar chocolate al por mayor y luego darle un envase y nombre que le haga parecer elegante. Si en vez de "Fabricado por" te encuentras con "Distribuido por" y, además, no se incluye un solo país de origen, es muestra de que se trata de un chocolate cuyo proceso de elaboración fue masivo y hay que dudar acerca de su calidad.
En cambio, si se indica cuál es su origen y características sobre los granos de cacao utilizados es más probable que estemos ante un chocolate de buena calidad y no de producción industrial llena de elementos artificiales.
Cinco tips que te ayudarán a saber si un chocolate es de buena calidad
- La vista. Es lo primero que percibimos al abrir la barra. ¿Es oscuro o de un marrón claro? Aunque se suele asociar el chocolate negro con una mejor calidad, esto no siempre es correcto, ya que el color depende del tostado. Si está muy oscuro, es probable que el sabor sea muy amargo. Por otro lado, si es muy claro, es seguro que tendrá más leche. ¿Y el brillo? Nos dirá qué tan delicado fue su tratamiento, o si tiene exceso de grasa.
- El oído. Un buen chocolate también tiene un buen sonido al quebrarlos o partirlos. Mientras que los sucedáneos o golosinas suelen tener un sonido apagado —debido a que contienen más grasa o productos lácteos— un buen chocolate en cambio tiene un sonido seco y sonoro. Un sonoro crack que nos dice lo bien que se ha trabajado esa barra.
- El olor. Cuando lo partimos, el chocolate suelta su aroma. Este debe ser el aroma del cacao: un fruto que ha pasado una fermentación, por lo que debe tener algunas notas ácidas o agrias. No debe tener un aroma intenso a vainilla, porque seguro eso se debe a un saborizaste.
- El tacto. Un buen chocolate no se derrite de inmediato en la mano —a menos que la temperatura esté muy alta—. Y tampoco debe dejarnos los dedos muy melosos, ya que eso es por causa del azúcar. El chocolate se siente casi como un cristal.
- El sabor. Un buen chocolate toma tiempo disolverlo en la boca, porque contienen menos grasas vegetales y azúcar. Además, sabe a fruta, tiene una acidez natural y es amargo, dependiendo del grado de tostado. Mientras que los sucedáneos o golosinas tienen un sabor plano, estándar, sin identidad.