La Torre Picasso, ubicada en Azca, en pleno centro financiero de Madrid, era el edificio más alto de la capital hasta que se construyeron las Cuatro Torres. Cómo en cualquier ciudad, sus zonas se van poniendo de moda siguiendo a los locales de restauración y de ocio más novedosos. Y esto es lo que está pasando actualmente con la apertura de dos nuevos restaurantes de Torre Picasso; son Pabblo y Circolo Popolare. En Uppers te contamos cómo son.
El artífice de este emblemático rascacielos fue Minoru Yamasaki, el arquitecto estadounidense de origen japonés que mucho antes había diseñado el World Trade Center de Nueva York, que desapareció tras el atentado del 11 de septiembre de 2001.
La Torre Picasso se construyó entre 1982 y 1988. Cuando las líneas verticales en blanco y cristal de 156 metros de altura rompieron el cielo de Madrid, el área que preside pasó a convertirse en el punto financiero y neurálgico de la capital. Todas las grandes firmas nacionales e internacionales querían disponer de unas oficinas en una de sus 43 plantas. Además, la azotea del edificio cuenta con su propio helipuerto en lo que le otorga otro punto extra de glamur y lujo. Actualmente, el edificio pertenece a Amancio Ortega.
Desde hace unos meses, la plaza desde la que se eleva la Torre Picasso vuelve a estar en plena ebullición. A los locales de los edificios colindantes se han sumado Pabblo y Circolo Popolare, los dos nuevos restaurantes que han acaparado a un lado y al otro los bajos de este precioso rascacielos blanco.
La zona, toda peatonal, hace unos años que prácticamente solo la utilizaban los ejecutivos que trabajan en los edificios de este centro financiero y de negocios. El objetivo es darle un giro radical. A pocos pasos se encuentra el Estadio Santiago Bernabéu, actualmente en obras. Se prevé que una vez concluya su remodelación, el complejo de restauración, compras y ocio que traerá consigo será un revulsivo para este conjunto de calles que se asoman a la Castellana.
En la Plaza Ruiz Picasso, número 1, está Circolo Popolare, que pertenece al grupo Big Mamma. Este establecimiento propone no solo sentarse a comer o a cenar recetas caseras italianas sino disfrutar de un ambiente animadísimo y de la música. Se reparte en dos plantas con casi 800 metros cuadrados a su disposición.
La decoración es rompedora y apabullante en colores muy llamativos como el rojo, un suelo de animal print y elementos dorados. En las mesas, que destacan por su longitud para acoger a todos los amigos, se puede elegir entre un aterciopelado sofá o una silla moderna. Nada más llegar al comensal le envuelven neones, lámparas de mesa de luz indirecta y botellas de colores agrupadas estratégicamente en las paredes de suelo a techo. Mientras unos imponentes mastines vigilan los ventanales, la cocina se abre a la sala, lo que la hace más atractiva todavía.
La aventura sigue en Circolo Popolare cuando lo elegido de la carta se presenta de forma muy original en una vajilla de cerámica con motivos azules, rojos y verdes. Ahí no queda la cosa porque cada cóctel adquiere personalidad propia servido en copas de animales o en jarras de estampados felinos. La carta es típica de la cocina italiana pero de calidad. Según los dueños del establecimiento los principales ingredientes como la harina, el queso, los embutidos o los tomates llegan directamente de una red de proveedores locales italianos.
De este modo embutidos, pizzas, pastas, helados y tartas, que son de elaboración propia, resultan riquísimos. Hay burrata, jamón y mortadela para picar con gnocco (pan) frito, pizzas por metros para mesas de muchos comensales, pasta fresca al rabo de toro o carbomamma, unos espaguetis que se preparan y se sirven dentro del caparazón de un queso pecorino. Para finalizar tiene mucho éxito el tiramisú de pistachos o un tiramisú de talla extragrande para compartir. Todo ello de la mano del chef Daniele Tasso.
La dirección postal del restaurante italiano la comparte con Pabblo, un local que también se ha inaugurado recientemente. Es del Grupo Carbón, que a su vez depende de Larrumba Holding y como en otros de sus establecimientos lo que se pretende es que el comensal se quede después de comer a bailar y a tomar uno de los cócteles que están tan de moda para pasar las tardes y las noches en Madrid.
En este caso el espacio también se reparte en dos plantas pero de mayor envergadura con 2.000 metros cuadrados en total. Además, el piso superior se abre en el centro para contagiarse del ambiente del inferior. Al principio suena una música agradable de fondo como el jazz o el soul pero a medianoche el ritmo se dispara con un DJ, artistas internacionales, bailarines y grupos que tocan en directo.
Con ellos, el núcleo central del local se despeja y se abre la pista de baile hasta las 2 de la madrugada. La oferta ya será redonda en unos meses porque se abrirá una azotea con vistas a la Castellana y a la avenida del General Perón para completar el abanico de opciones de cara a la próxima temporada primavera-verano.
La carta de Pabblo es obra del chef Óscar Horcajo que la ha creado junto a Mariano Barrero, el director gastronómico del grupo, y las recetas que proponen son de alta cocina, las típicas del Mediterráneo pero con un punto de glamur e ingredientes importantes. Blini de salmón ahumado y caviar, brioche tostado de anchoa y mantequilla, ratatouille, croque monsieur de prosciutto cotto gratinado, cóctel de gambas, buñuelos de carabinero, lenguado a la meunière, rape asado a la parrilla, lubina a la sal o arroz con langosta al horno. Los carnívoros tienen donde elegir entre distintos cortes de vaca madurada o escalope Wiener Schnitzel. Para el postre están triunfando la tarta de queso cremosa y la Sacher, junto a los helados recién mantecados.
En cuanto a la decoración, unas sillas tapizadas en blanco con respaldo envolvente miran a unas mesas con impecables manteles también en blanco. Los colores claros se mezclan con puntos sutiles en dorado y con los globos de cristal opaco de la iluminación del techo. Lo cierto es que el local es precioso y la decoración crea un ambiente absolutamente confortable, limpio y agradable.