50toppizza, la guía de referencia de las mejores pizzerías del mundo, acaba de publicar su listado anual de las mejores pizzas de Europa. Entre las 10 primeras, cuatro españolas: dos en Madrid y dos en Barcelona. Imposible no acercarse a paladear un trocito de Italia y, de paso, disfrutar de muchas otras especialidades del país vecino.
Rafa Panatieri y Jorge Sastre regentan este local en una de las zonas más bellas de Barcelona. La vocación artesanal de Sartoria Panatieri se ve en el estilo decorativo de su establecimiento, un guiño a la tradición mediterránea y a la calidez del estilo escandinavo, y en los productos que ofrece: cervezas, licores y limoncello sin ingredientes ajenos, además de la propia pizza.
Numeradas del 1 al 10, siempre hay una pizza del día con ingredientes de temporada, aunque su plato más apreciado es la pizza coronada por burrata con stracciattella, tomate, albahaca y piñones.
En la calle Ortega y Gasset, cerca de la Milla de Oro madrileña, se encuentra Baldoria, la segunda pizzería española clasificada en el ránking. El menú es bastante simple: siete pizzas (Marinara, Margherita, Queso ahumado y pimienta, Cuatro Quesos, Calabaza, Burrata y Reina de Nápoles) y cuatro platos principales. Además, hay focaccias y charcutería, además de una amplia selección de vinos, cervezas, bebidas espirituosas, cócteles y, de postre, deliciosa repostería.
Respecto a las pizzas, la crítica aclama la Marinara, perfecta con la cantidad adecuada de tomate y fragante orégano. Como especialidad, en la pizza a la pimienta, el queso se añade en el último momento para poner en valor los sabores y la aroma de una especia tan potente como la pimienta.
La Balmesima continua siendo un punto fijo de la buena pizza en la Ciudad Condal. Además de destacar por las pizzas, a mediodía tiene un menú business en el que brilla la pasta en sus diferentes texturas y sabores. La carta de La Balmesina se estructura de manera simple: unos cuantos entrantes, una selección de sus famosas pizzas y algunos postres caseros.
El secreto de sus pizzas está en el trigo integral y un periodo de fermentación de la masa de 72 horas, tres horas en los que la levadura hace su magia para que el plato resultante sea no solo delicioso, sino también fácilmente digerible.
Desde la calle de Alonso Cano, en una zona conocida por la alta densidad de bares y restaurantes, las pizzas de los hermanos Riccardo y Vittorio Figurato han logrado que los madrileños aprecien los sabores napolitanos.
El local recuerda las pizzerías tradicionales de Nápoles, con un ambiente sencillo, pero cuidado. La masa es la verdadera atracción de la casa, y las pizzas resultantes, un plato perfumado, ligero y de fácil digestión. La Bufalina, con mozzarella de búfala, y la de queso provolone a la pimienta son siempre una buena elección. En cuanto a dulces, imposible no tomarse unos deliciosos cannoli sicilianos, el plato más exquisito de la delicada repostería de la Italia más mediterránea.