Llega la hora de irte a la cama y te cuesta dormir. Una vez que lo consigues no descansas bien y terminas teniendo pesadillas. ¿Te sientes identificado? Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), entre un 25 y 35% de la población adulta padece insomnio transitorio y entre un 10 y un 15% -lo que supone más de cuatro millones de adultos españoles- sufre de insomnio crónico. No es ninguna novedad que las cenas copiosas, el café o el alcohol dificultan el sueño, pero la ciencia asegura, además, que hay otros que debemos eliminar de nuestra dieta nocturna para conseguir que las pesadillas desparezcan. Te contamos cuáles son.
La nuez moscada es el fruto de una planta que proviene de Indonesia y se utiliza como especia gracias a su sabor dulce y fino. Posee múltiples ventajas: aporta vitamina A,B y C, minerales como fósforo, magnesio, hierro y potasio e incluso un estudio publicado en el ‘Journal of Agricultural, and Food Chemestry’, una revista científica publicada por la Sociedad Americana de Química, asegura que es una protección eficiente sobre el daño hepático y que los monoterpenos que contiene también previene las cardiopatías gracias a sus propiedades anticoagulantes.
Sin embargo, contiene también unos aceites que, según otro informe de la Sociedad de Fitoquímicos de Europa, consumidos en exceso, pueden causar nauseas, alucinaciones e inflamación. Además de safrol, un componente que se usa para fabricar el éxtasis y que tiene un poder estimulante que, consumido por la noche alterará tu sueño.
Fue Dickens, a través de su personaje Ebenezer Scrooge, el que popularizó esta creencia: el avaro encontraba en la ingesta de queso azul, la respuesta a las visiones fantasmagóricas que tenía y ahora, años después, la ciencia lo corrobora. El queso contiene triptófano y este promueve la liberación de serotonina, un neurotransmisor muy relacionado con nuestro estado de ánimo. Eso explica que, si lo comemos antes de dormir, experimentemos sueños más vívidos.
Pese a que este efecto lo produce la mayoría de los quesos, un estudio realizado en 2005 por el Consejo del Queso Británico asegura que el 83% de los que tomaron 20 gramos de Leicester (un tipo de queso azul) media hora antes de dormir, tuvieron sueños extraños como peluches que hablan, cocodrilos o invitados a una fiesta que eran intercambiados por camellos.
El exceso de vitamina B6, presente en alimentos como la soja, las nueces naturales o el aguacate, puede ocasionar sueños vívidos ya que es la encargada de la formación de mielina, una sustancia que envuelve a las células y aumenta la velocidad de transmisión del impulso nervioso. Sin embargo, los científicos de Psicología de la Universidad de Adelaida, en Australia, han descubierto que el consumo de esta vitamina, además de aumentar la intensidad de los sueños, hacen lo mismo con la capacidad de recordarlos.
Los participantes aseguraron que, tras cinco días tomando suplementos de vitamina B6, todos notaron mejoras. "Mis sueños se volvieron más fáciles de recordar", señala uno de ellos. "Dejé de tener lagunas", explica otro. No es el único estudio que corrobora esto, otro, realizado en 2002 y titulado 'Efectos de la perixodina en los sueños' y publicado en la revista médica más importante de Estados Unidos, avala la teoría.
Pese a que, probablemente, estos tres sean los más sorprendentes, existen otros alimentos que influyen en la calidad de nuestro sueño y por tanto los debemos recordar e intentar evitar en la medida que sea posible.