Como en cualquier ámbito, en la cocina se lleva mucho eso de que "cada maestrillo tiene su librillo". No es que los trucos de unos sean mejores que otros, pues todos son igual de válidos en cuanto a recetas o métodos de conservación. Respecto a esto último puede que en alguna conversación haya saltado el tema de los que guardan los huevos en el frigorífico y los que lo hacen a temperatura ambiente. ¿Tú de qué equipo eres? Y la verdadera pregunta, ¿cuál de las dos es la mejor forma de conservación?
La principal duda puede venir porque cuando estamos haciendo la compra en el supermercado y llegamos al pasillo de los huevos, estos están a temperatura ambiente, nada de nevera y frío, por lo que ciertamente guardar estos alimentos de las dos formas es correcto. Esto se debe a que mientras que los huevos se conserven a una temperatura inferior a los 25 grados, no habrá, en principio, problema alguno sobre su consumo posterior.
En verano lo de tener un lugar fresco, seco y a una temperatura constante se complica por los calores de la temporada estival, aunque todo depende de las características de cada casa, claro está. Pero durante los meses más calurosos las altas temperaturas puede comprometer la seguridad alimentaria de los huevos, por lo que no estaría de más meterlos en la nevera y conservarlos ahí.
Además, mientras que los huevos que se conservan a temperatura ambiente por lo general aguantan en buen estado algo más de una semana, hasta unos 10 días, por su lado en el frigorífico los huevos pueden durar varias semanas, aunque siempre hay que prestar atención a la fecha de caducidad.
Ahora bien, los cambios de temperatura no les sientan bien, por eso mismo en los supermercados se mantienen a temperatura ambiente. Así, en caso de que los tengamos en la nevera, si los sacamos debemos utilizarlos, ya que esa variación puede llevar a que se estropeen y sean un peligro para nuestra salud.
Por su lado, cuando los guardamos en el frigorífico no vale en cualquier lugar. Por lo general la huevera que viene incorporada en nuestra nevera se encuentra en la parte superior de la puerta, pero no se indica demasiado colocarlos ahí porque la contaminación en el electrodoméstico va de arriba abajo. De esta manera, algunos expertos recomiendan mantenerlos en la puerta porque es la zona menos fría de la nevera, intentando que no estén arriba del todo, mientras que otros, ya que en la puerta es donde más cambios de temperatura se producen, prefieren conservarlos en una de las baldas intermedias, a ser posible en el fondo del frigorífico.