Eres de los que disfrutas 'cacharreando' en la cocina con nuevas preparaciones y nuevos ingredientes… Aquí tienes uno nuevo para incorporar a tu lista: el gomasio o sal de sésamo. La buena noticia, además de darle un toque exótico a tus menús, es que estás incorporando un elemento de grandes propiedades nutricionales.
La palabra gomasio procede del japonés 'goma' (sésamo) y 'sio' (sal). Se trata, por tanto, de un condimento salado elaborado con semillas de sésamo y sal marina. El gomasio es un ingrediente popular de la cocina japonesa. Se encuentra, por ejemplo, en el típico plato japonés sekihan, arroz con judías rojas de la variedad azuki. En Japón, como en China, el rojo se asocia a la alegría y la abundancia, y este plato suele consumirse en todas las grandes celebraciones. No hay boda sin sekihan. En cuanto a su sabor, el gomasio sabe ligeramente a nuez y, como cualquier condimento, será más o menos sabroso según seamos más o menos generosos. Es una buena alternativa a la sal en ensaladas, cereales, cremas, pescados, verduras, y en todo aquello que quieras dar un toque exótico beneficiándote de sus valores nutritivos.
El gomasio goza de las propiedades del sésamo: es rico en vitaminas, ácidos grasos esenciales y minerales. Al elaborarse con semillas también tiene un gran aporte de vitamina E, un antioxidante que previene del envejecimiento celular a la vez que mejora el funcionamiento del sistema nervioso y cardiovascular.
Este efecto se ve reforzado por el alto contenido en fitoesteroles, que reducen los niveles sanguíneos de colesterol. Los fitoesteroles también intervienen en la respuesta del sistema inmunitario, muy útil, por tanto, en los meses más fríos del año.
También tiene un aporte significativo de vitamina B, un tipo de vitamina liposoluble vinculada a muchas funciones endocrinas. Del grupo de B, el gomasio posee las siguientes:
Pero lo más importante de las propiedades nutricionales del gomasio es su aporte de grasas buenas. El gomasio es muy rico en ácidos grasos esenciales, concretamente en ácido linoleico (Omega 6) y, en menor medida, en alfa-linolénico (Omega 3). El Omega 6 ayuda a controlar el nivel de colesterol, mientras que el Omega 3 contribuye a un mejor funcionamiento del corazón. Los ácidos grasos esenciales también se usan como método de prevención de enfermedades inflamatorias, como artritis o colitis. Además, estos ácidos grasos ayudan a mejorar la piel, aumentando la elasticidad y reduciendo arrugas y líneas de expresión.
En cuanto a los minerales, aporta hierro, cinc y cobre, aunque el más reseñable todos es el calcio, ya que las semillas de sésamo aportan más calcio (975 mg de Calcio por cada 100 gramos) que la leche de vaca (120 mg por cada litro de leche).
Actualmente los científicos están estudiando además la acción sinérgica que realizan el cobre y el hierro con las vitaminas del grupo B en el ámbito cognitivo. Precisamente, las dietas ricas en vitaminas del grupo B, presente en pescado, lentejas, yema de huevo, frutos secos, hígado, lácteos y pollo, se relacionan con un mejor estado de la microbiota intestinal que, a su vez, induce al bienestar gracias al eje intestino-cerebro. Las últimas investigaciones en neurociencia afirman que la conversación entre las neuronas de ambos órganos es constante y está vinculada a numerosos procesos endocrinos. Por eso, las dietas equilibradas pueden ayudar a paliar problemas de ansiedad, estrés, insomnio o depresión.
El gomasio ya puede encontrarse en muchos supermercados, pero si prefieres la opción más sana y natural, esta es la receta: