Pizzas, hamburguesas, nuggets, patatas fritas, batidos, bollería y galletas industriales, snacks, perritos calientes, refrescos azucarados, nachos con queso, sopas en polvo... Que tire la primera piedra quien no haya tomado alguna vez alguno de estos alimentos ultraprocesados. Incluso varios de la lista juntos, en una sola comida. Todos los hacemos, desde las celebrities hasta los que están a dieta.
La comida basura nos acecha en cada esquina y es el recurso fácil cuando no tienes ganas de cocinar o cuando quieres darte un respiro el fin de semana, incluso a veces como “premio” por una tarde de gimnasio extra o por un mal día.
Mucho se ha hablado de las consecuencias de la comida basura y sin embargo la seguimos consumiendo, a veces con un deje de arrepentimiento, pero ni siquiera eso en la mayoría de las ocasiones, pese a que conocemos las estrategias para evitarlo.
Lo cierto es que se manifiesta una escasa voluntad para decir que no cuando nos ponen por delante una hamburguesa de tres pisos con sus correspondientes patatas fritas. Esto tiene una explicación. Este tipo de alimentos actúan sobre el cerebro de un modo parecido a las drogas. Al ser muy gustosos en el paladar, activan los mecanismos del placer. Empiezas y no quieres parar.
Además, los sabores de los alimentos se han acentuado más para atraer al paladar del consumidor, modificando su gusto original (patatas fritas al jamón, gusanitos con kétchup), su textura e incluso su color, para que sean más atractivos. Y esto es más importante de lo que parece, porque el sabor (y el olor) de los alimentos influye en nuestro estado anímico.
De la comida basura nos atrae la glucosa y la grasa, debido a su gran valor calórico. Es un instinto atávico. Cuando el hombre tenía que cazar para alimentarse y podía pasar algunos días sin comer, buscaba los alimentos ricos en grasa para asegurarse las calorías necesarias. Sin embargo, hay otras muchas cosas healthy que comer ante un ataque de hambre aunque no tan apetecibles al ojo humano.
Pese a que pueden resultar nocivos, muchos somos los que nos preguntamos si esta ‘comida basura’ puede formar parte de un hábito alimentario saludable. Pues bien… si pensamos en el número de comidas que hacemos a lo largo de la semana, aproximadamente unas 25-30, ¿cuánto se consideraría excesivo si lo hacemos como comida basura?
Si llevamos una dieta considerada saludable, hacer un 10% de las comidas en forma de comida basura es totalmente asumible, es decir, hacer unas 2 comidas a la semana en forma de comida basura. Pero claro, el resto de comidas las debemos hacer de forma equilibrada.
Los expertos hablan de los beneficios de la dieta mediterránea, que incluye menores raciones de carne roja y un alto consumo de verduras, especialmente: tomates, cebollas, ajos y aceite de oliva. Puedes incorporar estos beneficios a tu dieta habitual. Para disfrutar de una comida italiana sana:
Los beneficios de la comida china residen en que a menudo contienen ingredientes ahumados o rehogados, lo que tiende a mantener la riqueza nutritiva de los alimentos y a reducir la grasa de los mismos. No renuncies a la comida china con estos consejos:
Si hay un plato estrella en la comida basura esa es la hamburguesa con patatas. Toma nota de estos consejos: