Aforo máximo del 75% en interiores. Distancia de seguridad tanto entre clientes como entre trabajadores. Uso de mascarilla permanentemente entre el personal y medidas de higiene extremas. Son los requisitos que se pidieron a la hostelería para volver a abrir sus puertas tras el confinamiento. Unos protocolos que no han resultado suficientes en algunos establecimientos que han sufrido que parte de su plantilla haya dado positivo en covid-19 porque, como explica uno de los afectados, el chef Ángel León, "no está al alcance de nuestra empresa tener certeza de lo que ocurre fuera de nuestras instalaciones".
Desde el Ministerio de Sanidad la recomendación a la hostelería es poner en cuarentena tanto al trabajador que ha dado positivo como a todos los que hayan estado en contacto con él, pero no requiere el cierre del local al completo. Hostelería Madrid, la Asociación de Hostelería de la Comunidad, reconoce que "los locales que deciden cerrar lo hacen por responsabilidad. Es cierto que, en algunos casos, la plantilla es tan pequeña que debe ponerse en cuarentena la totalidad de los empleados, pero en los protocolos no se especifica la obligación de hacerlo".
Nos recuerdan, además, que en este tipo de decisiones entran en juego las mutuas de los establecimientos "que son las encargadas de fijar la prevención de los riesgos laborales de los trabajadores respecto a la covid-19". Quirónprevención, una de las mutuas más importantes del panorama nacional, nos explica que ante un positivo su recomendación es "aparte de la lógica retirada de su puesto de trabajo, estudiar los contactos estrechos de este trabajador para valorar si es necesario o no el realizar confinamiento de estos. También habrá que realizar una limpieza de todas aquellas zonas en las que el trabajador haya podido ubicarse".
Preguntamos a varios hosteleros qué harían ellos si se enfrentasen a una situación similar. Fernando Lleida, propietario de 'El Cigarral de las Mercedes' en Toledo, tiene ahora mismo 47 personas dadas de alta en la plantilla para su terraza de verano y asegura que "por responsabilidad ante un positivo no dudaremos en cerrar, no solo por nuestros trabajadores, también por nuestros clientes. Ante la incertidumbre no hay que dudar, aunque sea un duro golpe económico. Para los hosteleros tener a 50 o 100 trabajadores de baja, sobre todo después de los meses de los que venimos, es un duro golpe difícil de aguantar pero la salud es lo primero".
Por otro lado, Ricardo Marín, uno de los socios de la pastelería 'Manolo bakes' y cofundador de la plataforma 'Adopta un bar', una de las que más ha luchado por la restauración durante la pandemia, nos cuenta que ellos casi tienen que tomar la decisión de cerrar. "Hace unos diez días me llamaron de una de las tiendas para contarme que el marido de una empleada había dado positivo en covid-19, en ese mismo momento pasamos a hacer el test a la trabajadora y con mis socios decidimos que, aunque fuese una ruina para el negocio, si el resultado era positivo íbamos a cerrar de forma inmediata. Por suerte solo tuvimos cerrado una tarde, al día siguiente la PCR dio negativo pero no dudamos un segundo. Es lo que debemos hacer por nuestros trabajadores y, sobre todo, por nuestros clientes y su seguridad".
El restaurante Aponiente, de Ángel León, conocido como 'chef del mar' y localizado en el Puerto de Santa María, en Cádiz, se ha visto obligado a cerrar sus puertas tras haberse confirmado tres positivos por coronavirus entre sus empleados, todos asintomáticos y que no han requisado hospitalización.
Ángel León había decidido, de forma voluntaria, realizar pruebas PCR al personal "de los 60 empleados del restaurante Aponiente, hemos conocido 57 casos negativos y tres casos positivos", apuntan desde el equipo y añaden que el laboratorio que ha efectuado los test ya ha informado a los organismos oficiales "y nuestra tripulación está trabajando en investigar el alcance del contagio siguiendo los protocolos establecidos".
En un comunicado, hecho público a través de las redes sociales del local, León asegura que "por honestidad, ética y responsabilidad, siendo consecuentes con la situación y aún con la tristeza que nos genera no poder seguir haciendo disfrutar a nuestros comensales, tenemos que comunicaros que nuestras instalaciones permanecerán cerradas temporalmente de forma voluntaria (…)".
El restaurante Puertalsol, regentado por el cocinero Alberto Chicote y ubicado en la Puerta del Sol de Madrid también echa el cierre de forma temporal tras un positivo en su plantilla. El establecimiento llevaba abierto desde el pasado 2 de julio y el chef asegura que durante este tiempo las medidas de seguridad recomendadas se han respetado a rajatabla.
"Por desgracia el (…) uso continuo de mascarillas tanto en presencia de nuestros clientes como en todo momento, las desinfecciones diarias en diferentes momentos del día, el uso continuado de geles (…) y el cumplimiento de las medidas de distanciamiento en la medida de lo posible, no nos ha librado de un desgraciado contagio (…)", explica Chicote en redes sociales.
No obstante, remarca que se trata de algo temporal hasta que el empleado se recupere y sea totalmente seguro volver a abrir el establecimiento. "No nos despediremos definitivamente porque consideramos este alto en el camino como una pausa, no como un final", concluye.
Estos dos emblemáticos establecimientos, el primero localizado en Zahara de los atunes y el segundo en Bahía Mar también se han visto afectados por positivos en coronavirus dentro de sus empleados. En el restaurante Antonio, con casi 40 años de antigüedad, uno de sus camareros padece covid-19 y el establecimiento ha decidido cerrar al público de forma inmediata, además de realizar PCR a todo el equipo formado por 60 personas.
El mismo plan de contingencia ha seguido Romerijo en uno de sus locales tras un positivo. Desde el local aseguran que "vamos a permanecer cerrados durante el plazo que las autoridades sanitarias y nuestro servicio de prevención de riesgos nos indiquen".
Con la afluencia que está habiendo en todas las playas del país no es de extrañar que algunos de los restaurantes que se pueden encontrar en la arena también cierren al detectar positivos en su plantilla. Es el caso de 'El pájaro Amarillo', ubicado en la playa de Oyambre en Cantabria. Desde el pasado 11 de agosto permanece cerrado tras haber dado positivo 10 de los 30 trabajadores en las pruebas PCR.
Lo mismo ha ocurrido en Playa Honda, en Lanzarote, donde tres locales: Patagonia Grill, Goliath y Mesana han cerrado de forma voluntaria sus puertas por un positivo en coronavirus, en esta ocasión del dueño de los negocios. Él mismo asegura que no quiere poner en riesgo a trabajadores y clientes y ha empezado a realizar PCR a todos los empleados "para despejar dudas".
Otro de los chiringuitos de playa más famosos del panorama nacional, El tumbao, localizado en Tarifa, mantuvo el establecimiento cerrado durante unos días no por un positivo en la plantilla sino para realizar test PCR a sus empleados y desinfectar correctamente la zona. Tras obtener negativo en el 100% de las pruebas volvió a abrir sus puertas para seguir haciendo disfrutar a sus clientes.