Ahora que llega el veranito, casi que apetece organizar una cenita al aire libre. Imagina. Tú y tus amigos estáis en el jardín. Corre brisa y la noche es clara y agradable, de esas en las que el calor todavía no aprieta demasiado, y de fondo suena una música que recuerda a tiempos lejanos. La nevera está bien provista de vino, sidra y cerveza y en la mesa hay bandejas de parrilladas bien tostadas, en su puntito. Suena bien, ¿verdad?
Lo cierto es que en verano hay pocas cosas que nos gusten más que una buena barbacoa. No solo por la comida, que está riquísima, sino también por la compañía. La barbacoa es sinónimo de reunión, de pasar largas horas compartiendo anécdotas e historias. Y ahora que parece que la pandemia del coronavirus va a darnos un respiro, ¿qué mejor manera de celebrarlo que organizando una?
Para darle un poco de color a tus parrilladas, te vamos a contar el truco definitivo para conseguir unas verduras a la brasa de infarto. Porque, sí, a todos nos encantan las chuletas, los choricitos, las costillas y la panceta, pero a veces hace falta cambiar un poquito de sabor para apreciarlas bien. Además, las verduras a la brasa no solo son muy fáciles de hacer, sino que encima están buenas y son sanas. Vamos, el acompañante perfecto. Por eso, toma nota: siguiendo este truco, te quedarán de rechupete.
Lo primero que debemos tener en cuenta antes de empezar a preparar nuestras verduras es el tiempo de cocción. A diferencia de la carne, que suele necesitar entre diez y veinte minutos para hacerse bien, la mayoría de las verduras pueden cocinarse en poco más de cinco minutos, así que no podemos quitarles los ojos de encima.
Además, necesitan temperaturas más bajas que las carnes, por lo que es recomendable que las dejemos para el final, cuando los chorizos, pancetas y chuletas ya estén hechos y el fuego haya perdido fuerza.
Con estos dos puntos en mente, comenzamos lavando bien nuestras verduras y cortándolas en trozos de aproximadamente un centímetro y medio, lo suficiente como para que puedan apoyarse en la parrilla. Para conseguir el mejor resultado, nosotros te recomendamos encarecidamente que utilices productos frescos: conservan mejor el sabor, la textura y las propiedades nutricionales, así que no escatimes y búscalas en el super.
Una vez hayamos limpiado nuestras verduras, echamos la sal. Sin pasarse, ya sabes: en su justa medida. Y ahora, finalmente, llega el truco. Si bien es cierto que las verduras pueden hacerse directamente en la parrilla, recurriendo al aceite para que evitar que se peguen y controlando bien el tiempo para darles la vuelta y que no se quemen, existe un método muy cómodo y eficaz que puede sernos de mucha ayuda si somos cocineros inexpertos: envolverlas en papel de aluminio. Así de sencillo.
De este modo, no solo nos aseguraremos de que nuestras piezas no caen directamente a las brasas, sino también de que se cocinan correctamente por ambos lados, sin dejar una parte calcinada y la otra completamente dura. Como ves, no tiene ningún tipo de ciencia, pero, eso sí, antes de echar las verduras échale un poco de aceite al papel albal, para que no se peguen.
En un paquetito de papel de aluminio podrás poner más de una verdura, pero siempre y cuando tengan tamaños y tiempos de cocción parecidos. Una patata, por ejemplo, puede llegar a tardar quince minutos en hacerse bien, mientras que un tomate solo requiere tres, así que tenlo en cuenta y disfruta de la barbacoa. Qué aproveche.