El tinto de verano es un combinado típico español realizado con vino tinto, limonada o gaseosa. Este combinado tan popular se da, sobre todo, durante el verano. Con los años, esta bebida ha ido evolucionando y, hoy en día, la podemos encontrar en diversos bares, terrazas y chiringuitos, elaborada con diferentes refrescos o sin alcohol.
Se trata de un combinado que mantiene su receta original, mitad de vino tinto y mitad de gaseosa. Puede parecer fácil de preparar, pero su clave se esconde en el hielo, no se debe escatimar. Sobre todo, si el tinto de verano debe cumplir con su función original: refrescar. Actualmente, se puede encontrar la misma bebida sin alcohol, y es que el gusto no está reñido con la salud, la diversión o el volante. Según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), la versión 0% está dentro de las opciones más saludables entre las bebidas refrescantes que se pueden incorporar a la dieta estival sin remordimientos.
El origen del tinto de verano data de los años 20 del siglo XX en una venta de Córdoba llamada Vargas, cuyo dueño empezó a servir su vino de la casa mezclado con sifón para aliviar el sofocante calor de las noches de verano cordobesas. Este sifón contenía soda a presión para ‘darle vidilla’ a bebidas como el vino tinto o el vermut. Sin embargo, no fue hasta los años 60 cuando se popularizó su consumo en España, cuando la mezcla de vino tinto y gaseosa se vio potenciada por la publicidad de una famosa marca de este popular refresco.
Ingredientes del tinto de verano
Paso a paso
En algunas zonas es frecuente encontrar el vino mezclado con limón en lugar de gaseosa, lo que supone un extra de ácido cítrico. Por otro lado, la copa de tinto de verano generalmente se ve acompañada de una rodaja de limón, pero la creatividad ofrece alternativas como la lima, la naranja o incluso las cerezas. En el País Vasco, combinan el vino blanco con gaseosa y lo llaman 'pitilingorri', una variación para los amantes de los sabores más delicados.
En algunos casos, a la mezcla de vino y gaseosa se le añade un chorrito de vermut o martini rojo que le aporta ese toque de sabor y de fuerza que le falta por haber rebajado el vino con refresco, aunque para la receta sin alcohol no podríamos usarlo. Hay quienes añaden azúcar moreno y lo majan con las frutas previamente o quienes añaden un poquito de zumo de limón exprimido para darle un toque de acidez y contrarrestar el dulce de la fruta.