Si de algo podemos presumir en nuestro país es del auge en la producción de vinos blancos que, además, maridan a la perfección con infinidad de exquisiteces gastronómicas. El esfuerzo de los productores por la recuperación de las variedades autóctonas está dando sus frutos y el consumidor ya puede degustar los mejores caldos a precios muy asequibles.
Desde Uppers queremos conocer más a fondo este campo del sector vinícola y vamos a repasar las mejores variedades de uva blanca de cada Comunidad Autónoma. La particular climatología y las peculiaridades del terreno de las distintas regiones proporcionan a las uvas un sabor, dulzor, acidez y aroma únicos.
Después, los productores seleccionan una sola variedad o mezclan varias para dotar al vino de su propia personalidad y caracterizarlo con diferentes matices. A continuación, vamos a enumerar y a describir los tipos de uva blanca que se cultivan en cada Comunidad Autónoma.
La lista, que probablemente no estará completa, se convierte en la mejor excusa para aprovechar los viajes o las escapadas por nuestro país e ir degustando los vinos resultantes hasta apreciar cómo la tierra, los vientos y el clima condicionan los frutos de las vides.
En Andalucía, y principalmente en Jerez, se cultiva la uva palomino o listán con un alto contenido en azúcar que es la que se emplea en la elaboración del vino fino, la manzanilla, el oloroso o el amontillado. De la misma forma en Málaga abunda la uva moscatel y la Pedro Ximenez. Y esta última además es típica de Córdoba y Cádiz. Los vinos elaborados con Pedro Ximenez son muy característicos, tienen un alto contenido en azúcar y resultan muy dulces.
En la provincia de Huesca se produce la uva gewürztraminer y la riesling, autóctonas de Alsacia, en Francia, y de la región del Rin, en Alemania. Son frutos que también tienen un alto contenido en azúcares y que se utilizan para los vinos blancos secos, semisecos, afrutados y de aromas florales.
Las tierras mediterráneas de Baleares hacen que se haya extendido el cultivo de la uva malvasía, en concreto la de Banyalbufar, con la que se elaboran vinos blancos de colores tostados, vinos dulces y generosos. Esta variedad de igual modo se cultiva en Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Canarias, La Rioja, Murcia, Navarra y Valencia. Otras uvas blancas típicas de Baleares son la moll o la prensal blanc.
En la isla de Lanzarote también se produce la uva de malvasía, de pequeño tamaño, delicada y con un aroma y sabor intensos y algo amargo. Se trata de una antigua variedad que procede de Grecia y se cultiva igualmente en las islas canarias de La Palma y Tenerife.
Hay diversas variedades adecuadas para las tierras de Cantabria como albariño, chardonnay, godello, ondarribi zuri, riesling, gewürtztraminer y treixadura. El resultado son vinos blancos muy frescos, de aspecto limpio y brillante, con una baja concentración en azúcares y un adecuado equilibrio entre el alcohol y la acidez.
La Mancha presume de la airén, una variedad autóctona de uva blanca que proviene de cepas centenarias y que aportan personalidad y potencia. Se ha convertido en la más cultivada en España y en una de las más importantes en todo el mundo por producción. Este tipo de uva da vinos neutros, de colores más pálidos y de aromas que no son tan intensos como otras por lo que lo habitual es mezclar la airén con diversas variedades.
En Castilla y León hay distintas variedades. Por una parte, en el Bierzo se ha extendido la uva godello, muy demandada actualmente por sus toques tan aromáticos y minerales que combinan muy bien con las carnes. Por otra parte, en Valladolid el terreno es ideal para las uvas verdejo que proporciona vinos muy aromáticos, de colores amarillos y verdes y olores y sabores a frutas frescas y a cítricos. También se cultiva la sauvignon blanc (autóctona de Burdeos y del Alto Loira, en Francia), que se caracterizan por sus sabores frutales, dulces, secos, elegantes y de una acidez muy equilibrada.
En Cataluña se encuentran las variedades gewürztraminer y la riesling como en Huesca. Además, se produce la chardonnay (originaria de Borgoña, en Francia) con la que se elabora el champagne y el cava, aunque también se utiliza en vinos blancos jóvenes y de cierta crianza. En la elaboración del cava se emplean otros tipos como la parellada, que es de maduración tardía e igual produce blancos jóvenes, aromáticos y frescos, la xareló, que es autóctona de Cataluña, y la macabeo. Estas dos últimas no solo se emplean en el cava, sino que consiguen vinos de alto contenido alcohólico, con una notable acidez y con aromas a cítricos y a manzana. Del mismo modo, se cultiva la garnacha blanca, que dota al vino blanco de cuerpo, potencia, elegancia y sabores minerales, y, por último, la sauvignon blanc.
En cuanto a la Comunidad de Madrid, el cultivo de uva blanca ha ido ganando terreno con la malvar, albillo real, airén, torrontés, macabeo, parellada y sauvignon blanc.
Hay uvas autóctonas de Valencia como la merseguera, que de igual modo está muy extendida en Tarragona, el Penedés, Teruel, Castilla-La Mancha y Murcia. Los vinos son bastante pálidos, incluso de color amarillo pajizo, ligeros, muy suaves y de poco cuerpo. En la Comunidad Valenciana además se planta malvasía, verdil, chardonnay, semillón y macabeo con una producción de blancos de gran calidad. Otro tipo es la uva moscatel para vinos secos, dulces y mistelas.
Extremadura se caracteriza por una gran tradición vinícola en caldos blancos y en cavas. En sus tierras se producen las variedades de uva blanca cayetana, pardina y alarije además de otras como borba, cigüente, macabeo, chardonnay, chelva, eva, malvar, parellada, vendejo, perruno o sauvignon.
En las tierras gallegas se produce la uva albariño que aporta al vino un toque muy refrescante, tiene un alto contenido alcohólico y destaca por su acidez y un punto amargo. En la Ribera Sacra se cultiva la uva godello, al igual que en el Bierzo. Otra variedad es la treixadura, autóctona de esta comunidad y que se mezcla con diversos tipos para conseguir vinos aromáticos, finos, elegantes y de sabor frutal y matices balsámicos.
En las tierras de la Rioja donde los tintos tienen tanta fama también destacan los blancos a partir de la uva macabeo, que dota a los caldos de aromas a frutos verdes y que también se cultiva en Cataluña, y la viura, que es la más típica y tradicional, o la uva tempranillo blanco. Estas últimas hacen que los vinos mariden con platos que tradicionalmente se degustan con tintos por su fuerza y su potencia.
En la región del País Vasco se produce la uva hondarribi zuri con la que se elabora el vino txakoli tan característico de esta zona. Son caldos frescos, ligeros, ácidos y con carbónico, con aromas delicados a cítricos, vegetales y flores y de un color amarillo pálido.
Los campos áridos de Murcia son adecuados para diversas variedades de uva blanca como macabeo, chardonnay, malvasía, airén, sauvignon blanc, verdil o merseguera.