El mundo del vino y sus códigos, sus secretos, su peligrosa atracción a un universo casi infinito de sabores, colores, matices… una duda casi eterna cuando te diriges a tu vinoteca, tienda especializada, o simplemente, tu supermercado de confianza, para elegir un vino con el que degustar ese placer, ese solaz atávico capaz de transportarte a dónde tu quieras gracias a tu paladar y a tu imaginación.
Acertar en la compra de un vino siempre es difícil. Si es para ti, es menos complicado, te puedes mover por impulsos, por viejos o nuevos recuerdos, pero si es para agradar a tu pareja o amigos en una cena señalada, la cosa cambia. Sabes que te van a examinar desde el primer sorbo como si fueras a sacarte el teórico del carné de conducir… o incluso peor. Acertar con esta experiencia sensorial es realmente importante, y como tampoco es cuestión de gastarte un dineral para seducir y agasajar a la parroquia, vamos a proponerte aquí cinco vinos con los que vas a quedar de lujo sin dejarte el sueldo. Límite, 30 euros. ¿¡Arrancamos!?
Por menos de 20 euros incluso puedes acceder a esta joya de la denominación de origen Bierzo. Vino joven, con un insultante poderío y una frescura que sólo su juventud y rebeldía pueden ofrecer. No baja del 9 sobre 10 en cualquier guía de vinos que se precie. Cien por cien uva Mencía, este multipremiado caldo procede de viñas viejas agazapadas en terreno difícil e irregular, con abundancia de pizarra y roca. La prestigiosa Guía Parker lo nombró en 2011 el mejor vino de España por su gran relación calidad-precio, con 94 puntos. Los descendientes de J. Palacios han logrado un vino color rojo cereza, con aromas de fresa y moras y arándanos triturados. No faltan los toques de pimienta negra y especias.
No abandonamos El Bierzo porque este vino blanco merece una buena fiesta. Bodegas Emilio Moro elabora este sofisticado caldo que te llena la boca desde el primer sorbo, serio, complejo, untuoso. Lo más normal es encontrarlo en tu tienda de referencia por poco más de 23 euros y este varietal Godello logra la máxima expresión de una uva que sueles amar u odiar. Sin duda, crecer en El Valle del Silencio, uno de los lugares más bonitos de nuestra geografía, a más de 600 metros de altitud, ayuda a formar una personalidad compleja y decidida a la vez. El envejecimiento de mínimo 8 meses en barricas de roble francés siempre ayuda a aportar carácter y diferentes y atrevidos matices.
Turno ahora para la Ribera del Duero y uno de esos vinos cuyo nombre ya te da pistas sobre los tesoros que esconde debajo de su corcho. También bajo el paraguas de Bodegas Emilio Moro, y frisando siempre los 30 euros, este vino está elaborado con uva cien por cien tinto fino, también conocida como Tempranillo. De nuevo se confía la maduración de este caldo en barricas de roble francés, hasta 18 meses, y sus viñedos tienen, como poco, 25 años de vida. El suelo arcilloso, calizo y pedregoso, le dan una personalidad inconfundible en boca, carnoso, sabroso, pero serio y exigente a la vez. Te encantará si te gusta el vino intenso, de color picota madura, con aromas de fruta negra. No suele fallar en las listas internacionales de mejores vinos.
Tardaba en llegar la D.O. Rioja, pero ya está aquí con uno de sus máximos exponentes. Desde 1852 esta bodega es un referente a todos los niveles. Y lo mejor de todo es que el precio medio de esta botella está en los 22,50 euros para el Reserva. Armonioso, fragante, refinado, es un auténtico seguro de vida en cualquier comida o cena importante. El 87% de su contenido procede de uva tempranillo, con un 6% mazuelo, un 5% graciano y un 2% garnacha. En boca es jugoso, rico, con una fina acidez que no echa de menos aromas clásicos como tabaco y pimienta, y otros menos habituales como ciruela o incluso naranja. Señorial y rotundo en su degustación, su color rojo cereza terminará por atraparte. Carnes rojas, embutidos, caza… incluso guisos con enjundia, todo lo potente le va de lujo a este gran vino.
Volvemos a la D.O. Ribera del Duero para disfrutar de un vino que no suele costar más de 24 euros. De nuevo la uva tempranillo, cien por cien, es la protagonista de este crianza que, ya desde su primera añada, en 1994, ganó prestigiosos premios internacionales, incluido el mejor vino del mundo. Color cereza clásico, oscuro, limpio y brillante, con unos tonos violáceos que siempre agradece la vista. En este caso el roble francés no es exclusivo en su maduración, y también las barricas proceden de roble americano. Los 12 meses que pasa en contacto con la madera son fundamentales para un equilibrio entre fruta y madera realmente interesante, con mil y un matices. Uno de esos vinos con los que sabes que no vas a fallar nunca.