Tiene 84 años. Hace tres años se casó por segunda vez y volvió a ser padre en 2021, con 83 años. Son apenas dos datos de la biografía de Alberto Cormillot, médico y nutricionista, y todo una celebridad en Argentina, donde es muy conocido por su práctica clínica, sus libros y sus conferencias.
Cormillot es también un destacado activista contra la discriminación por la edad, causa que comparte con el líder del movimiento Slow Carl Honoré. Tanto Cormillot como Honoré tienen claro cómo posicionarse en este tema. Cuando en Europa aún estamos debatiendo sobre cómo denominar la discriminación por edad o si la palabra 'viejo' es o no peyorativa, la opción es clara: viejismo. Los prejuicios no están asociados a la edad, sino a partir de la edad en la que nos consideran viejos. Así lo explica Cormillot en Infobae.
Estamos rodeados de sesgos. Como explica el propio Cormillot, el viejismo es un sesgo de pensamiento por el cual uno mira a un determinado grupo de personas de una determinada manera. Para el nutricionista, hay muchos ismos; entre ellos, el gordismo, la discriminación que uno puede hacer con las personas que tienen sobrepeso.
El viejismo es algo más complejo. Se trata de la discriminación que uno hace hacia las personas que tienen más edad, pero en especial con las personas que tienen más de 60 años.
Pocas veces se ha definido con tanta claridad en qué consiste el viejismo. Para Cormillot, se trata de pensar que una persona de más de 60 años es "inútil, descartable, que no puede trabajar, que no se puede divertir, que no puede tener sexo, que no puede bailar, que no es una persona útil para la sociedad, que es una carga".
Pero como explica el propio Alberto Cormillot, una persona que llega a los 60 tiene la posibilidad de vivir casi tantos años como los que vivió de adulto, por lo menos 25 o 30 años más. "Tiene mucho que dar", explica en el post de Instagram. Y también mucho que vivir. De hecho, a lo largo de sus 84 años, el médico ha vivido varias vidas (de médico a comunicador, pasando por diputado y padre a la edad en la que otros son abuelos o bisabuelos) y en todas parece sentirse como pez en el agua.
Si lo que pedimos es añadir vida a los años, ¿realmente indica algo la cifra que pone en nuestro carnet de identidad? "La edad no depende del carnet de identidad. Depende de la biología, de cómo se está físicamente, de cómo es la relación con nuestro cuerpo y de la actividad física que se realice", explica Cornillot.
También depende de "cómo se ve usted en el espejo", señala el nutricionista, pero depende, sobre todo, de las actitudes.
"Si usted a los 60 dice que ya está jubilado y se jubiló mentalmente, a partir de ese momento va a empezar a tirarse para abajo. El tema de la actitud, qué me digo yo respecto a mi peso, por ejemplo, es importante", asegura Alberto Cornillot.
Su estrategia es no conformarse. "Si me duele la rodilla, me digo que tengo que entrenar más porque necesito tener más masa muscular para que tenga estable esa rodilla. Si lo que creo es que me tiembla la rodilla y tengo que quedarme quieto, ahí empiezo a perder masa muscular, empiezo a perder hueso, empiezo a perder movimiento, empiezo a perder interés por la vida.
Cormillot pertenece a esa estirpe de personas decididas a vivir una vida plena, independientemente de los años cronológicos. Esa actitud con un punto rebelde le acerca a otras celebridades que se mantuvieron activos a edades avanzadas, como Picasso. "Él expresa muy bien esta actitud", señala el nutricionista. Una actitud que consiste en ir a la contra. "Picasso decía "cuando me dicen que estoy muy viejo para hacer algo, me doy prisa en hacerlo". Yo hago exactamente lo mismo".