Han pasado casi 19 años desde que aquella periodista llamada Letizia Ortiz Rocasolano dejara su piso en la Ladera de los Almendros de un día para otro. También la colección de libros que hacía de 'El País' y que su quiosquero le guardaba fielmente cada semana. "Tengo aquí unos cuantos", comentó él. No entró con buen pie en la opinión pública la que sería esposa de Felipe VI, pero las cosas han cambiado en su madurez. Ahora, practicado un estratégico cortafuegos con la familia de su marido (su cuñado ha pasado por la cárcel, el Rey Emérito vive en Emiratos Árabes tras varios escándalos y cuentas bancarias de dudosa legalidad), se ha erigido paradójicamente en una pieza clave para salvar una monarquía en entredicho. ¿Cómo se lleva con el paso del tiempo ahora que cumple los 50? ¿Qué tal se lleva con sus hijas? ¿Y con su marido? ¿Es tan estricta como dicen? Hablamos con varios expertos en Casa Real.
A pesar del mimo con el que se escondió la relación de la periodista con el Príncipe Felipe, la noticia la dio Luis María Ansón, con toda una página a todo color sobre la presentadora del informativo de TVE horas antes del famoso anuncio. Se vivieron horas frenéticas. Letizia dejó de ir a su lugar de trabajo, no regresó a su piso de Valdebernardo y desapareció en cuestión de horas, hasta reaparecer como la prometida del Príncipe Felipe. Lo demás ya es historia.
Tras su boda y su famoso "Déjame hablar" a Felipe, hubo un tsunami de opiniones, la mayoría en contra, pero también ensalzándola. "No la entendíamos nada y ella no se hacía entender", explica en una entrevista para Uppers Mábel Galaz, autora del libro 'Letizia, Real'. Después de casi dos décadas, las cosas han cambiado y se ha convertido en la mejor aliada de una Monarquía en horas bajas, sobre todo tras los escándalos del Rey Emérito: "Vivió tiempos convulsos y ahora los hechos se están conociendo y el tiempo la está ayudando. En un momento en que la institución está en entredicho, Letizia le está viniendo bien a la Casa Real", precisa la periodista.
"La Institución le debe mucho a Letizia Ortiz", insiste Gerardo Correas, Presidente de la Escuela Internacional de Protocolo (EIP). "Los dos forman un tándem que ha hecho que la Institución se consolide, tras los momentos convulsos vividos por parte de la familia del Rey. El equilibrio y el temple que tiene el Rey compensa lo visceral y cabezota que a veces es ella", asegura Galaz.
Pero, ¿cómo es en su día a día esta madre de dos adolescentes? "Si en algo coinciden todos los que han trabajado con ella es en que es una mujer muy inteligente, culta y muy preparada. Siempre revisa en profundidad y a conciencia toda la documentación que le hacemos llegar", explica Galaz.
Sobre todo desde 2007, que marcó un antes y un después, al volver a trabajar tras cuatro meses de baja (todo un símbolo) por el nacimiento de Sofía. Ese fue el punto en el que comenzó a tener su propia agenda, como ya de hecho sucedía con sus cuñadas y su suegra, que elaboraba ella misma con su equipo, bajo el visto bueno del Gobierno. Las ideas estaban claras. La asturiana estaría al tanto en cada una de las cuestiones, no acumularía nombramientos si no los podía atender y subrayaría su presencia en áreas en las que pudiera aportar.
Salud mental, cáncer, enfermedades raras, cooperación exterior, mujeres, inclusión y educación son sus favoritas. Sobre todo esta última, en la que también hace mucho hincapié con sus hijas. En este sentido, ha apoyado conscientemente la Formación Profesional (FP), para contribuir a dignificar los oficios y equipararlos socialmente a las carreras universitarias. "Le gustan los actos donde hay niños", ha explicado un portavoz del Ministerio de Educación. "Ser útil, no visible" es su lema.
Los brainstorming de Zarzuela
Letizia está al tanto de todo lo que se publica y se dice de ella. Le preocupa tanto que hasta manda mensajes. "Cuando ocurrió lo que ocurrió en Palma de Mallorca con la Reina Sofía, hubo un clamor general en favor de la Emérita, porque a la Reina se le tiene un especial cariño, y más en Palma. Hubo un clamor general, contra la actitud de Letizia impidiendo que la abuela se hiciera una foto en la Catedral con las niñas con el fotógrafo oficial de la Casa Real", recuerda la periodista Carmen Duerto, autora de 'Letizia, una mujer real'. "Inmediatamente se inició una campaña para contrarrestar eso. Letizia iba del brazo de su suegra. La Reina Sofía no dejó sola a Leonor tras darle un manotazo. Y luego llegaron a Madrid y siguió la campaña para contrarrestar esa mala opinión", recuerda.
Tras cada evento o recepción, cuando regresan a casa, Letizia y su equipo hacen un brainstorming, una tormenta de ideas con total libertad. Con los pros y los contras, para mejorar. "Hacen lo mismo que los entrenadores de fútbol: 'Zidane te has equivocado, Casemiro por aquí no vas'. Deciden lo que ha resultado bien y lo que ha resultado mal y así aprenden para que la próxima les salga de 10", explica Duerto.
Tampoco eso ha sido fácil. Mal si se ocultaba bajo el mismo uniforme en verano (polo, gorra, gafas de sol y pantalón corto o largo) para evitar fotos hablando de su look. Mal si tiraba de espontaneidad con el Armani blanco que ya ha pasado a la historia. Peor si quita protagonismo al Rey con un vestido rojo Caprile y su 'actitud torera' en la boda de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson. "A partir de ahí, decidieron que, primero, no podía convertirse en Carolina de Mónaco y ser objeto del papel cuché; y segundo, no podía hacer sombra a su marido", aclara el Presidente de la Escuela Internacional de Protocolo.
Sin embargo, Letizia ha sabido entender que cada aparición es contribuir al sector: la moda supone un 2,4% del P.I.B. (un 2,8 antes de pandemia). Y se ha convertido además en la reina del mensaje subliminal. No podrá hacer declaraciones personales, pero cada vez que aparece está mandando un mensaje con sus outfits, algo de lo que se encarga su estilista, Eva Fernández, que ella misma eligió.
Sus canas también forman parte de esa estrategia de comunicación. Sobre todo a partir de los 50. Es una forma de reivindicar la consigna de muchos movimientos feministas: la belleza natural de la mujer y el hecho de asumir el paso del tiempo sin mirada edadista. Eso sí, a veces entra en contradicción con su férreo control del cuerpo y la alimentación, casi obsesivo: "Siempre está poniendo paliativos que intentan evitar el paso del tiempo. Cuando tienes 50 años se te marcan las arrugas del entrecejo, como otras partes de la cara. Pero no tiene ninguna. Todo es terso y perfecto", explica Carmen Duerto. Esta semana con motivo de su 50 cumple la duda suscitada ha sido: ¿Se ha teñido Letizia sus famosas canas?
Abanderada de estar bien por dentro y por fuera, cuida tanto su alimentación como su cuerpo. Lejos de hablar de dietas Perricone o macrobiótica, Letizia tiene un 'máster' en qué es dañino para el cuerpo, cómo mejorar su rendimiento y qué hay que hacer para prevenir el envejecimiento. Y tesón, eso también: los azúcares y los productos procesados quedan fuera del menú y tienen un huerto en Zarzuela para los vegetales.
Su cambio físico de los últimos años es notable. Sobre todo se nota en sus brazos. "Cuando te da la mano tienes que avisarle: 'Señora tengo reuma. No me descoyunte. Tienes que tener cuidado porque si llevas anillos te los clava. La mano que te da es Godzilla", comenta entre risas Duerto.
Letizia hace deporte y nada en la piscina. "No es que le encante el deporte, sino que le encanta verse bien y formar su cuerpo. Antes ir a un gimnasio era algo inédito para ella. Ahora lo tiene en casa y eso facilita mucho las cosas. ¿Qué problema va a generar en Zarzuela si la que lo decide es la Reina? ", ha dejado caer la escritora.
Leonor y Sofía son ya unas adolescentes, una edad especialmente complicada. "Abre el melón de los pretendientes y ese sí que es un melón complicado", reflexiona Duerto. Aunque su relación con ellas es muy buena, el problema está en que no se pude controlar todo: "Como madre podrá moderar algunas cosas. Y le va a resultar difícil por su forma de ser. Es una etapa complicada y lo va a llevar mal y va a controlar hasta donde pueda controlar", insiste la periodista especializada en Casa Real.
Sin embargo, Letizia tiene un as bajo la manga: ella ha sido una adolescente y una joven normal, que ha salido, ha entrado y ha visto mucho. Según los expertos, esto juega a su favor para saber darle herramientas a sus hijas. Mientras todo eso sucede, la imagen que proyectan en todas sus apariciones es la de familia unida y en armonía. Habrá que esperar a ver si es cierto o una estrategia de prensa.
Mucho se ha hablado de crisis de pareja: "Han tenido problemas de pareja con cosas, como todos. Y algunos se notaban en verano en Palma y decíamos ¡Uff! hoy ha habido tensión. ¡Uff! Que mala cara trae el Rey. O cuando ella se ponía camisetas reivindicativas y mala cara. O cuando regresaba antes o no iba a algún sitio, entonces sabíamos que había algo más", comenta Duerto.
Pero tras 19 años de matrimonio, el balance es bueno, y más en esta etapa de la relación: "La relación después de 19 años de Felipe y Letizia y con un cumpleaños feliz que le va a preparar su marido, creo que la cosa va bien. A los 19 años de casados sus padres y sus suegros ya tuvieron conflicto. Ellos de momento han ganado".
Una de las cuestiones que más intriga a la opinión pública es que pasaría en caso de divorcio. Antes de casarse firmaron unas cláusulas muy concretas donde se prevé todo tipo de escenarios. Si esto llegara a ocurrir, podría volver a ejercer de periodista, otra cosa es que quisiera.
Sus hijas serían, eso sí, parte de la Institución, pero eso es algo que tiene asumido y que firmó a sabiendas. Pero de aquí a nada cumplirían 18 años. Leonor, de hecho, ya lleva una vida semi independiente en el internado UWC Atlantic College, en Gales. Su camino para ser la heredera está en marcha.
Las amistades de la Consorte siempre ha generado un halo de misterio dentro y fuera de palacio. Muchas son de su época como periodista (lo que no vio venir fue a su 'compi yogui'), como Sonsoles Ónega, Mar Peiteado y Almudena Bermejo Sánchez. "Cada vez de menos gente, eso va en el cargo. Aunque confía mucho en su secretario, Zuleta", dice Mábel Galaz .