Perseguidora de sueños, fotógrafa y artista plástica, volcada con la ecología, editora y condesa consorte de Siruela. Inka Martí (Westfalia, Alemania, 1964) es una mujer polifacética que empezó a sentirse cómoda en su piel a partir de los 50. Antes, vivió varios episodios de abuso de poder.
Después de trabajar algún tiempo como modelo, una presentadora nacida en Alemania y criada en Catalunya, después de dar los primeros pasos como modelo, Inka Martí empezó a trabajar en televisión en diferentes programas de TVE o TV3. Con sólo 22 años debutó en la cadena pública con 'Hablando claro'. Más tarde, vendrían 'Tal cual', 'Aventura 92', 'Peligrosamente juntas', con Marisol Galdón, y 'Barcelona, juegos de sociedad'. En el año 1999 se fue a TV3 para presentar el programa 'Ok!', un magazín para las tardes de la cadena, dirigido por Alfonso Arús.
Sin embargo, la prometedora carrera de la presentadora cesó tras sufrir una experiencia de acoso que ella misma desveló hace un par de años.
En declaraciones a El Periódico, la propia Inka compartió el suceso: "Tuve una experiencia muy desagradable. Habían fulminado un programa de la productora de Alfons Arús que hacíamos en directo, y me citaron para un almuerzo con el director de la cadena. Esa misma mañana me llamó la productora y me advirtió: "No te pongas rímel". Tenía razón. El directivo me propuso un programa nocturno estelar a cambio de sexo. Con el cuerpo petrificado, salí de allí y decidí no hacer nunca más televisión. Si hubiera seguido, seguramente estaría muerta". Inka abandonó entonces el mundo de la tele y cayó en depresión.
En la misma entrevista, la presentadora confesó que de joven había vivido un par de episodios similares que le hicieron abandonar por primera vez el mundo audiovisual. "Lo dejé la primera vez, para vivir 10 años con Gay Mercader en el campo, como una ermitaña; pero tras separarme, volví". La historia de amor con el promotor musical llegó a su fin, haciendo que Inka volviera a los platós, quizá por necesidad. "Era lo que sabía hacer", ha admitido. Volvió y ocurrió el incidente de TV3. En ese momento, decidió abandonar definitivamente el mundo de la televisión. Durante la huida, su vida dio un vuelco.
Logró salir sola de la depresión y entonces conoció a Jacobo Fitz-James Stuart, uno de los hijos de la duquesa de Alba. El aristócrata, que ya se había divorciado de María Eugenia Fernández de Castro y había fundado la editorial Siruela, le ayudó a entenderse. "Le hablé de mis sueños y me dijo '¿por qué no escribes sobre ellos?' y me dio el libro de Carl G. Jung 'Recuerdos, sueños, pensamientos'. Hizo surgir a una nueva Inka. A día de hoy, se sienten cómplices y compañeros de vida: "Mis vías artísticas están centradas en continuar trabajando con Inka en nuestro jardín de Vilaür, que es mi Bomarzo particular, y que, junto a la casa que hemos tenido que construir para nosotros en Salamanca, es el legado que transfiero a mis hijos y nietos", ha asegurado Jacobo Martínez de Irujo en una entrevista de El Cultural.
La nueva y empoderada Inka aún tardaría un tiempo en emerger. Lo hizo al llegar a una cifra redonda: los 50 años. La periodista ha revelado que fue el filósofo argentino Alejandro Jodorowsky quien le regaló "una idea luminosa". El filósofo le explicó que a los 50 había comenzado su vida, al tiempo que la animaba a cumplir sus sueños. Entonces publicó 'Cuaderno de noche', un libro de poemas inspirado en su mundo onírico.
Desde entonces, la nueva Inka ha creado con su esposo -se casaron en Venecia en 2004- la editorial Atalanta, vive en la masía de Gerona, a 40 kilómetros de Francia, a la que hace mención Jacobo y se dedica a buscar la sostenibilidad en la gestión de la ganadería ecológica que vive en las tierras heredadas de la duquesa de Alba.
También ha expuesto su numerosa obra fotográfica y está volcada en su crecimiento personal. "¿Qué hacemos por los demás? Debía ser menos yo y más los otros. Y cuando hablo de 'otros', no solo me refiero a estar atenta a las personas, sino también a los animales, las plantas, el aire y el agua". El mundo interior lo es todo para ella: "Jacobo y yo, tanto en el mundo editorial como en el agrícola, vivimos aislados. Para mantener la llama del mundo interior".