Le llamaban Wolfy: el perro asturiano abandonado que llegó a campeón surfero

  • Wolfy, la mascota de José Mendiola, participa habitualmente con su dueño en campeonatos de surf

  • Al anterior perro de Mendiola no le gustaba nada el agua, pero Wolfy se comportó como un lobo de mar desde el principio

  • Si el perro o la mascota no quiere participar en nada, no quiere salir del coche o meterse en el agua no hay que forzarle nunca

Wolfy, el fiel amigo de José Mendiola, participó este fin de semana en el Campeonato Europeo de Surf para perros que se celebra en Salinas (Asturias). Mendiola es un experto surfero: comenzó en 1987 en un pequeño club de surf en Santa María de Oia. Un día, en el 2015, recogiendo las tablas rompió una correa y cayó al puerto. El grave accidente le ha dejado secuelas en forma de ataques de epilepsia.

Familia enamorada de los animales

El amor a los animales le viene de familia. Su madre era criadora de perros y de caballos. Cuando murió su anterior perro, Mendiola adoptó a Wolfy en la protectora de Os Biosbardos. Wolfy es de todas las razas y de ninguna. "Le llamaban Balto —explica— y no se sabe muy bien de qué raza es. Me dicen que es un border collie disfrazado, porque tiene carácter de border collie, pero también algo de belga malinois y de pastor alemán de trabajo. En realidad es un perro pastor", explica este surfer en La Voz de Galicia.

La idea de practicar surf con perro surge por el afán de practicar deporte en compañía de nuestras mascotas, un gran hallazgo, en opinión de sus creadores, porque los perros que hacen deporte son más educados y equilibrados, tienen menos problemas en el entorno en el que viven. En consecuencia, se producen menos abandonos. El único requisito paa que un perro aprenda a una disciplina deportiva es que lo tome como un juego.

Todo un surfer

Al anterior perro de Mendiola no le gustaba nada el agua, pero Wolfy se comportó como un lobo de mar desde el principio. Su dueño dice que siempre le acompaña, nada bien y sabe coger las olas. Al ver lo bien que estaba Wolfy, decidió ver cómo podía compartir la experiencia con otros perros. Y la historia salió bien.

Sin embargo, este asturiano sabe que no vale cualquier perro. Le tiene que gustar el agua y nadar bien. ¿Cómo se ve eso? Si el perro no quiere participar en nada, no quiere salir del coche o meterse en el agua no hay que forzarle nunca. ¿Cómo se comporta en la tabla? Depende del día, hay veces que se sube a descansar y cuando quiere se baja, nada y acaba su jornada surfera.

Otras veces es un auténtico campeón de olas, siempre con su dueño detrás, la persona encargada de surfear con él. También hay que tener claro que no vale cualquier tabla (tiene que ser resistente para aguantar el peso de ambos deportistas) y tampoco cualquier ola. Si hay demasiada resaca u olas demasiado grandes, no hay opción. Lo importante es la seguridad del perro en este campeonato de surf. Es obligatorio el chaleco tanto para humanos como para animales, aunque parezca que no están acostumbrados. Y eso que Wolfy se cruzó el Miño a nado.