Del rock a los portuarios: ¿quién viste hoy una Barbour?
La mítica chaqueta pasó de ser abrigo impermeable para pescadores y portuarios a convertirse en tendencia
Cada vez que la familia real británica aparece con Barbour en 'The Crown', la serie que vuelve ahora, las ventas se disparan
Los famosos y también la gente corriente dan cada año una lección de estilo combinándola de mil formas y transmitiendo su propia personalidad
Cuesta creer que la reina fallecida Isabel II, Robert Redford, el primer ministro británico, Rishi Sunak, la modelo Kate Moss o el rockero Alex Turner puedan estar ligados por una misma prenda fetiche en su armario: la Barbour. Y ahora que vuelve 'The Crown', en su sexta temporada, la conexión se ampliará hasta conseguir que la chaqueta sea lo más visto del street style este otoño-invierno.
Ya ocurrió hace ahora tres años, cuando se estrenó la cuarta temporada de esta serie creada y escrita por Peter Morgan y apareció en escena la soberana británica en Balmoral con su falda de tartán, pañuelo de seda sobre la cabeza y un Barbour para protegerse del frío escocés. También su esposo y sus hijos vestían la mítica chaqueta encerada y las ventas se duplicaron.
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El efecto Diana
El delirio llegó cuando Diana, que acudió a la residencia real para ser sometida a un escrupuloso análisis por su noviazgo con el entonces príncipe Carlos, sorprendió a su futuro suegro vestida con unas botas embarradas, un jersey y su propia Barbour para acompañarle a la caza del ciervo. Las búsquedas de este clásico en internet se dispararon.
El encuentro entre la princesa de Gales y el duque de Edimburgo es imaginario, parte del guion, pero no lo son las imágenes que publicaron los tabloides en esa época con las míticas chaquetas de cuello de pana como parte de su identidad y de la vida palaciega en Escocia. Tan representativas como los corgis de la reina Isabel y sus paseos por la campiña de Sandringham y tan resistentes como la misma soberana.
Por ficción o realidad, esta prenda no habrá tenido mejores embajadores. Casi podría pensarse que bastaría tener una de estas chaquetas para ajustarse a los códigos de vestimenta no escritos de Balmoral. Que fuese algo básico en los roperos de la Casa Real británica le daba cierto empaque y, sobre todo, licencia para sacarla a la calle rompiendo el sentido que le confirió su creador, John Barbour, en 1894.
Un origen modesto en el gélido mar del Norte
Este ambicioso comerciante escocés dio casi de forma casual con una tela encerada que protegía de las inclemencias del mar del Norte y empezó a comercializar sus ropas en los mercados de South Shields, una ciudad costera de Inglaterra situada en la desembocadura del río Tyne. Pescadores, portuarios y otros trabajadores que pasaban el día a la intemperie encontraron en estas chaquetas impermeables, tratadas con ceras especiales, su abrigo definitivo e irremplazable.
A partir del siglo XX, ya recibía pedidos de todas las colonias inglesas, atraídos por un ingenioso eslogan: "Dondequiera que sea necesario proteger al hombre, ahí estará Barbour". Su catálogo, aunque aún modesto, empezó a enviarse a diferentes partes del mundo. Tras una crisis después de la Primera Guerra Mundial, lanzó una línea de trajes para motociclistas consiguiendo que la marca fuese proveedora de todas las escuderías inglesas durante más de 40 años.
Aires modernos de la mano de Margaret Barbour
En las décadas siguientes pasó a ser el tipo de cazadora preferida de los cazadores adinerados y de los aristócratas en sus villas de verano. Fue en los ochenta cuando Margaret Barbour (1940), su heredera actual, le dio ese toque urbano y tan british que le faltaba. Su gran acierto fue enviarle a Diana de Gales un modelo de chaqueta que llamó Beaufort. Esta empresaria y filántropa preside desde 1988 The Barbour Foundation, que ha donado a la investigación de enfermedades crónicas y otras actividades sociales más de 26 millones de libras.
Así es como pasó a ser icono de moda, tanto en campo como en ciudad. Miles de Sloane Rangers -jóvenes de clase alta que viven las zonas más refinadas de Londres- la adoptaron casi como uniforme, combinándola, en el caso de las mujeres, con perlas, faldas o finos jerseys de cashemere.
La reina Camilla y la princesa Kate Middleton son algunas de sus incondicionales, además del rey Carlos. No en vano la Barbour ha sido reconocida por tres sellos reales, en 1974, 1982 y 1987, añadiendo en cada ocasión un escudo que autentifica su condición de proveedor oficial de la corte.
Símbolo de lo que quieres que dure para siempre
Gracias a sus colaboraciones con otras marcas, la chaqueta se ha ido actualizando con diferentes cortes y sutiles cambios en el cuello o en el estampado. Es uno de esos clásicos que, cuando parece que han desaparecido, de nuevo cobran vida.
Generalmente, cada una encierra su historia. Iván y María, de 57 años, la compraron juntos unos meses antes de casarse y aún la conservan en el armario. "No es nuestra prenda de abrigo más habitual, pero la rescatamos siempre que vamos al campo o en alguna de nuestras escapadas de fin de semana. Forma parte de nuestro patrimonio familiar. Es robusta, una especie de símbolo de lo que quieres que dure para toda la vida", dicen.
Aunque hay temporadas que apenas se acuerdan de ella, cuando la sacan la enceran casi como un ritual, aunque les gusta que en las mangas o en algunas marcas de la tela ya se aprecie el desgaste. "Esto la hace aún más especial y le da una singularidad única". Les encanta también el olor característico que desprende. "Lo más divertido -añaden- fue aquella vez que nos encontramos un puñado de pesetas en uno de los bolsillos y un par de tickets de metro de antes de ser padres. Fue bonito recordarlo".
En 'Succession', una serie de HBO que ofrece una clase magistral sobre la vestimenta del poder, Logan Roy la usa igual para cazar jabalíes que para seducir a los inversores en sus islas privadas. La Barbour imprime carácter a este implacable patriarca interpretado por Brian Cox.
Por su corte, tiene esa cualidad de permitir vestir casual sin restar seriedad. Es elegante, pero le quita rigidez al traje. En junio de 2023, el primer ministro británico, Rishi Sunak, obsequió con una a Joe Biden durante su visita a Washington. Todo un detalle, teniendo en cuenta que él es un gran amante de las Barbour y que la tiene como una especie de comodín que le sirve igual para asistir a una reunión informal de jefes de Estado que para poner fin a la jornada con un paseo por la ciudad.
¿La Barbour tiene color político?
La pregunta se responde sola si repasamos la lista de celebridades que la lucen. La vimos hace unos meses en el festival de rock británico Glastonbury 2023, con actrices como Lily James o Gemme Chan que la combinaron con minivestidos y botines de lluvia. La modelo Alexa Chung la ha lucido con lentejuelas y bailarinas. José Coronado, uno de los hombres más estilosos del cine español, la lleva con tanta clase como el smoking.
También el rockero Alex Turner, de Arctic Monkeys, la ha usado en sus conciertos, igual que Natalie Portman en el rodaje de 'Thor 2: The Dark World', en Londres. Iconos de moda, como Kate Moss, la han convertido, junto a los vaqueros, en una de sus prendas favoritas para el invierno. Influencers, músicos, modelos, políticos, estrellas de Hollywood y gente corriente poseen una de estas gabardinas sin que permita distinguirse su color político o nivel económico.
Cada uno le transmite su estilo o personalidad y, gracias a ese carácter atemporal y tan versátil, ha acabado siendo un abrigo sostenible. Muchas marcas se han inspirado en ella para crear sus propias colecciones de chaquetas enceradas con diseños y tonos otoñales muy similares.
Bien cuidada, como dicen Iván y María, nuestros testimonios, puede ser eterna. Estos son sus consejos para mantenerla:
- No se lava, se encera. Aunque la marca dispone de sus propias ceras, existen otras igualmente válidas.
- Debe guardarse bien seca, limpia, colgada y en un lugar fresco y ventilado.
- No debe limpiarse en seco, ya que elimina la cera provocando que pierda impermeabilidad.