Todo lo que te gustaría preguntarle a una experta en piedras preciosas: "La más difícil de encontrar es el zafiro de Cachemira"

  • Almudena Gómez Espada, directora del Laboratorio de Análisis y Certificación del IGE, nos habla del apasionante mundo de las gemas

  • "Los diamantes de fantasía son las gemas más valiosas. El Bleu Royal ha alcanzado unos 41 millones de euros en subasta"

  • "A las gemas se les atribuyen numerosas propiedades espirituales y curativas, pero los que trabajamos con ellas no percibimos que seamos más felices o estemos más sanos"

Desde tiempos inmemoriales, las piedras preciosas han sido objeto de deseo en todas las culturas. A lo largo de los siglos han fascinado a la humanidad no solo por su belleza, sino porque han sido símbolos de poder, riqueza y cultura, y aún son muchos quienes asocian las gemas con energías y supersticiones. "Diamonds are girl's best friend", cantaba Marilyn Monroe en 'Los caballeros las prefieren rubias', pero la verdad es que son codiciados tanto por mujeres como hombres de todas las edades. De hecho, no es raro encontrarse a los celebrities exhibiendo sus cristales en vídeos y stories, aunque cada una tiene un significado particular. No son todas lo mismo. Conversamos con Almudena Gómez Espada, directora del Laboratorio de Análisis y Certificación del Instituto Gemológico Español (IGE) sobre las curiosidades que rodean el apasionante mundo de las piedras preciosas.

¿Cuáles son las gemas más caras del mundo?

Los diamantes de fantasía son las gemas más valiosas. Un diamante natural de color rojo o morado puede alcanzar los precios más elevados, aunque el diamante protagonista de este año ha sido el Bleu Royal, un ejemplar azul de 17,61 quilates, extraordinaria pureza, talla y color, que ha alcanzado unos 41 millones de euros aproximadamente en la subasta Magnificent Jewels de Christie's el pasado mes de noviembre.

También los rubíes, zafiros y esmeraldas suelen encabezar los rankings de gemas más valiosas y, en Asia, el jade. Otro ejemplo es el rubí “Star of Fura”, de 55 quilates, que alcanzó un precio récord de 38 millones de dólares en la subasta Magnificent Jewels de Sotheby's.

¿Y las gemas más famosas?

El diamante “Hope” (también conocido como Piedra Maldita) es un diamante de color azul de 45,52 centímetros. Sobre él pesa la sombra de una supuesta maldición, ya que sus poseedores sufrieron diversas desgracias. En 1958 fue donado al Museo Nacional de Historia Natural de la Smithsonian Institution por el joyero estadounidense Harry Winston.

Otra gema famosa es el diamante Cullinan I o The Great Star of Africa, un ejemplar de 530.2 quilates que procedía de un bruto de unos 3106 quilates.

Tres mitos sobre las gemas que no sean verdad

A las gemas en general se les atribuyen numerosas propiedades espirituales y curativas. Desde nuestra perspectiva científica, podemos asegurar que en el Laboratorio de Análisis y Certificación del IGE trabajamos continuamente con gemas, y no percibimos que seamos más felices o estemos más sanos que otras personas que amen su trabajo tanto como nosotros. 

¿Cuál es la piedra preciosa más difícil de encontrar? 

Podríamos mencionar varios ejemplos: un zafiro de Cachemira podría ser, hoy en día, bastante raro; o bien una bixbita, que es un berilo de color rojo que se encuentra únicamente en Utah (USA). 

¿Y la más habitual que no sabemos que es preciosa?

Un cuarzo, dependiendo de la calidad que tenga, puede llegar a ser una gema muy apreciada. El grupo de los cuarzos comprende muchas variedades: hialino, ametista, citrino, cuarzo rosa, turmalinado, rutilado, aventurinado, ojo de tigre, ojo de halcón, etc. 

Hay que añadir, también, que muchas piedras tienen usos industriales, cuando no tienen suficiente calidad para ser empleadas como gemas, como el caso de los corindones (rubí y zafiro), los diamantes, las turmalinas… 

La piedra preciosa más fácil de encontrar en España

Las fluoritas son gemas moradas, verdes o de otros colores. Se encuentran piezas muy bellas y características en Asturias. Muchos ejemplares de blenda o esfalerita de muy buena calidad también se han extraído en Cantabria. Esta piedra es la gema con el índice de dispersión más elevado de todas las sustancias naturales. La dispersión es una propiedad (también conocida como “fuego”) que muestran algunas gemas y que consiste en la descomposición de la luz en colores espectrales. De todas las gemas naturales incoloras, por ejemplo, es el diamante el material con mayor dispersión.

Tanto la fluorita como la esfalerita tienen una dureza (que definimos como la resistencia de un material a ser rayado por otro) bastante baja en la escala Mohs, por lo que no es muy frecuente verlas en piezas de joyería, aunque sí se utilizan ampliamente como gemas de colección.

La andalucita, como su propio nombre indica, se puede encontrar en Andalucía; fue el primer lugar en el que se hallaron ejemplares de calidad gema. El azabache, una gema de origen orgánico, es propio de Asturias. 

Sin considerarse materiales de gran calidad, y con poco uso en el ámbito gemológico, el cuarzo hematoideo, una variedad de color rojo y bastante opaca, era popular en el Camino de Santiago. La aerinita es un mineral azul que se utilizaba como pigmento; fue empleado, por ejemplo, para pintar el Pantocrátor de Sant Climent de Taüll. 

¿Hay alguna gema asociada a algún tipo de maldición o mal rollo?

Al diamante “Hope”, como hemos comentado antes, se le atribuía una maldición por la que sus poseedores sufrían diversas desgracias como accidentes y muertes de seres queridos, pero estas leyendas deben ser tratadas con cautela, ya que también convenía hacer circular esos rumores para dar más publicidad y promoción a los diamantes.

Por el contrario, el azabache también se utiliza para eliminar el mal de ojo. En España era habitual encontrar, en determinados períodos, unos amuletos denominados “figas” o “higas”, que consisten en un puño cerrado, tallado en diversos materiales, siendo el azabache uno de los preferidos.

¿Qué gema simbolizaría el amor eterno?

Desde el siglo XX, el diamante. ¿Quién no conoce el slogan “Un diamante es para siempre”? Se trata de una exitosa campaña de De Beers, empresa que durante décadas mantuvo una posición aventajada (acusada, en ocasiones, de monopolio) en el comercio de diamantes. Los anillos de pedida, actualmente, suelen ser solitarios con un diamante. 

Sin embargo, otras gemas como el zafiro también han tenido cierta importancia: Lady Di recibió un anillo de compromiso con un llamativo zafiro de Ceylán. Kate Middleton fue receptora de este mismo anillo años después. No fue un amor eterno en el primero de los casos, pero hizo que esta gema ganara también cierta popularidad.

¿Cuál es la ideal para regalar al amor de toda una vida?

Puede variar dependiendo de la persona, pero a mí, por ejemplo, la gema que más me gusta es la turmalina; en concreto una variedad que proviene principalmente de Brasil y que se conoce como turmalina Paraiba, de un color azul verdoso muy vivo, y es una preciosidad. Para mí, ese sería el regalo que me gustaría que me hiciera el amor de mi vida.

¿Y la más indicada para regalar a un hijo?

Un buen diamante, por ejemplo. Aunque existe una variedad de gemas tan amplia, que podría ser interesante indagar un poco más y comprar algo especial que se adecúe a la persona que va a recibirlo, como alguna variedad de granate, una tanzanita, un peridoto, un zircón, una espinela…

¿Qué gema tiene el color más asombroso?

Es muy llamativa y característica la tonalidad de los topacios imperiales, de color naranja rosado, o los topacios rosas. Tienen un color realmente precioso. La turmalina paraiba, como decíamos antes, muestra un color muy sorprendente. 

Algo que no sabe todo el mundo es que los zafiros no siempre son azules. Aunque el color conocido comercialmente como “Royal Blue” es el más valorado, existen zafiros fantasía de otras tonalidades: verde, amarillo, púrpura, violeta, rosa, naranja… El más especial es el denominado Padparadcha, que también puede llegar a ser muy valioso, ya que su color, definido como el de los capullos de la flor de loto, y consistente en un rosado-anaranjado, es de una gran belleza.

También la alejandrita, que es una variedad de crisoberilo, es una gema muy curiosa: según la luz que reciba cambia de color. Los mejores ejemplares son verdes a la luz diurna, y rojos a la luz incandescente.

Los efectos ópticos en las gemas no están relacionados con el color, pero son otro aspecto que les puede dotar de una extraordinario atractivo: el reflejo que produce la labradorescencia; el efecto ojo de gato; el asterismo; o el juego de colores, que presentan los ópalos nobles, son solo algunos ejemplos.

Por último, también son curiosas las gemas que presentan un pleocroísmo acusado a simple vista. Esta propiedad es la capacidad de una gema de mostrar distintos colores cuando se observa desde diferentes ángulos. La tanzanita muestra azul, verde amarillento y púrpura; la andalucita, el amarillo-ocre, el verde oliva y el rojo.

¿Cómo se hace uno gemólogo y por qué?

En mi caso, por mi pasión por las piedras. Me contaba mi madre que, desde que iba al cole de pequeña, me iba guardando piedras en los bolsillos. Posteriormente me formé como Geóloga y me especialicé en Gemología. Actualmente ocupo el cargo de directora en el Laboratorio de Análisis y Certificación, en el que estudiamos las gemas que traen nuestros clientes para identificarlas correctamente, detectar imitaciones, tratamientos o síntesis, y graduar su calidad.

Las motivaciones para ser gemólogo son muy diversas: hay personas que estudian el Diplomado en Gemología para dedicarse a ello desde una perspectiva científica en laboratorio, como es mi caso, pero también son estudios muy interesantes para tasadores de joyas, joyeros, comerciantes de gemas, arqueólogos, historiadores de arte, peritos de aseguradoras y judiciales, especialistas en patrimonio, agentes de aduanas… Las salidas profesionales son muy variadas y diversas, y existe una alta demanda. También hay muchas personas que estudian gemología simplemente por el placer de aprender. Para ser gemólogo es importante estudiar todos los aspectos teóricos y practicar mucho: nuestros alumnos trabajan con una colección de unas 3.000 gemas para llegar a dominar los conocimientos necesarios.

Resulta muy interesante saber cuándo una gema es de calidad y, como consecuencia, si es o no valiosa. Pero también existen gemas que, sin necesariamente tener una gran calidad o valor, ofrecen momentos muy gratificantes: cada piedra es diferente, y algunas contienen singularidades realmente especiales. Sin duda, es un trabajo en el que se disfruta muchísimo.

¿Qué habilidades se necesitan para tallar una gema?

Las personas que crean las gemas a partir de minerales son los lapidarios o talladores. Conocen técnicas para generar las caras en las piedras y realizar su pulido, pudiendo maximizar así su belleza en términos de brillo, simetría e incluso potenciar aspectos como la pureza, el color o sus efectos ópticos, si los tienen. Pero también deben conocer muy bien las propiedades físicas de las gemas, como su dureza o exfoliación, ya que son factores muy importantes para optimizar el aprovechamiento del material evitando su rotura y realzando sus características.

Las técnicas de talla tradicionales se mantienen, y el resultado obtenido está inevitablemente ligado a la pericia del lapidario, pero también se está desarrollando la talla de precisión, que da la posibilidad de crear tallas mucho más complejas. En este sentido, cabe mencionar las obras de Victor Tuzlukov, con varios récords Guinness en el ámbito de la talla de gemas, o Dalan Hargrave, experto en tallas más figurativas. A nivel nacional, un buen ejemplo sería Egor Gavrilenko, anterior Director del Laboratorio de Análisis y Certificación del IGE.

¿Cuál es tu gema favorita?

La turmalina paraiba, sin lugar a dudas. Me gusta por el color que tiene, ese azul verdoso intenso. Es un color espectacular. Recomiendo buscarla en algún comercio, en alguna colección de gemas o, directamente, en internet, para apreciar su belleza.