Morgan Freeman es uno de esos actores que nos han ido acompañando a lo largo de toda nuestra vida en la gran pantalla con ‘Cadena Perpetua’, las películas de Batman dirigidas por Christopher Nolan, o ‘Million Dollar Baby’. A sus 86 años el interprete sigue siendo un icono cada vez que aparece en pantalla, en una gala o en una alfombra roja defendiendo su estilo que desde hace años está marcado por los dos pendientes que lleva en sus orejas. Dos aros que, más que por estética, moda o coquetería, tienen una razón de peso para lucir en cada una de sus apariciones.
El propio actor reconoció hace más de una década que tras ver una película de piratas de Burt Lancaster en la que llevaba un pendiente le gustó y le inspiró a llevarlo él mismo porque le parecía “sexy” cómo quedaban. Sin embargo, luego se enteró de la verdadera razón por la que los marineros e incluso los piratas solían llevar pendientes de oro en sus orejas.
Freeman supo que quienes salían a la mar lo hacían porque esos pendientes podían pagar sus funerales en caso de morir en tierra extranjera. Y el actor, que es marinero, decidió que él también debía lucirlos en sus orejas.
Y es cierto que el actor de ‘Seven’ tiene una gran experiencia en el mar, pues es un gran aficionado a la vela, que para él es “como un antídoto eficaz para curarse de Hollywood”, habiendo surcado por muchos mares del mundo. Aprendió a navegar en los años 60, mucho antes de alcanzar la fama mundial con sus películas, y en los 70 se compró su primer barco para disfrutar en alta mar.
Hace cinco años Morgan Freeman explicó en sus redes sociales que le preguntaban mucho por sus pendientes. “Lo cierto es que valen lo justo para que alguien me compre un ataúd si muero en un lugar extraño. Por eso solían llevarlos los marineros y por eso los llevo yo”, contaba el actor.
También llegó a confesar que siempre había querido un pendiente, algo que más allá de la razón que explica por qué los lleva, “tiene que ver con mi apego al mar. Cuando tenía unos 35 años me separé de mi mujer y ella me dijo que me iba a perforar la oreja. Soy un ávido marinero, un hombre de aguas azules empedernido”.