Así es el exclusivo reloj que no tiene agujas ni esfera y que está al alcance de muy pocos
El MP-10 Tourbillon es fruto de cinco años de investigación y desarrollo del equipo de relojeros y diseñadores de Hublot
El equipo tenía marca blanca del CEO de esta casa relojera suiza hasta crear una pieza que marcara un antes y un después en la forma de ver la hora
¿Cuál es la característica que hace que un reloj supere los 100.000 euros?
No son los zapatos ni es el traje, lo que marca la diferencia se abraza a la muñeca. El complemento más solicitado actualmente es un reloj que no tiene agujas ni esfera y al alcance de muy pocos por la existencia de unidades limitadas además de por su precio de venta al público. En Uppers nos hemos acercado a la marca para comprobar de primera mano cómo es este cronógrafo tan exclusivo.
A finales de enero pasado, la marca Hublot presentó su nuevo cronógrafo MP-10 Tourbillon Weight Energy System Titanium, una unidad fabricada de forma artesanal pero aplicando la última vanguardia. Tal como informa esta firma suiza, saldrán a la venta 50 unidades al precio de 286.000 euros, una cifra que unos pocos privilegiados están dispuestos a desembolsar para vestir su muñeca. Además, querrán incorporar este Hublot a su colección sobre todo porque su diseño y su funcionamiento se sale absolutamente de lo convencional. Es más, según los expertos “marca el inicio de una nueva era”.
MÁS
Esta casa relojera nació en 1980 y a pesar de haber llegado mucho más tarde que los mejores fabricantes de relojes de lujo actuales, pretende ser considerada una más del grupo de lo más selecto como Audemars Piguet, Richard Mille, Cartier, Rolex, Breguet, Omega o Patek Philippe y lo está consiguiendo. Hay que recordar que la mayoría de firmas tienen 100 y hasta 200 años de historia y son pura elegancia y tradición. Hublot, por su parte, suele destacar por la innovación y la modernidad de sus piezas.
En la presentación del MP-10, Ricardo Guadalupe, CEO de Hublot, declaró que dio carta blanca a sus diseñadores y relojeros porque cada pieza “no solo debe reinventar las complicaciones existentes, sino que debe crear algo exclusivo, inventar, construir y abrir nuevas vías en la I+D relojera”. Lo cierto es que este nuevo modelo sí que puede marcar “un antes y un después” ya que se han revisado “los fundamentos de la relojería” para crear un mecanismo diferente a cualquier otro.
Cómo mostrar la hora sin manillas
Este nuevo modelo, cuyo mecanismo está fabricado en aluminio monobloque y consta de 592 componentes, no tiene esfera y tampoco muestra el paso del tiempo con las tradicionales agujas o unos números digitales. Las horas y los minutos se visualizan a través de una lupa invisible en unos rodillos que giran constantemente.
Se encuentran en el tercio superior de la esfera que está protegida por un cristal de zafiro de una calidad excepcional. Por su parte, en el tercio central de la esfera está a la vista la reserva de marcha circular de modo que puede comprobarse en un disco bicolor cómo el rojo avanza sobre el verde según el mecanismo va “gastando” su energía.
Por último, en el tercio inferior de la esfera toma protagonismo la jaula del tourbillon para mostrar los segundos en primicia. El tourbillon es el mecanismo que compensa el efecto irregular que produce la gravedad sobre la marcha del reloj cuando permanece en reposo. Lo patentó Abraham Louis Breguet en 1801, y los artesanos de Hublot lo han configurado con una nueva solución mecánica ya que lo han suspendido y lo han inclinado. Es más, está pendiente de ser patentada por parte de la marca.
Detrás del nuevo MP-10 de Hublot hay cinco años de trabajo en investigación y desarrollo. Este sofisticado mecanismo queda a la vista directamente para mostrar no solo la hora sino también el alma de la más pura precisión. La forma de leer la hora también cambia pasando de la tradicional visualización central en un plano horizontal a comprobarla mirando de arriba abajo, en un movimiento visual más fluido y natural. Los citados rodillos son de aluminio negro están marcados con todas las horas en la misma tipografía lacada en blanco. Estos rodillos avanzan bajo una pequeña pieza triangular roja en la que se fija la vista para saber la hora exacta.
Por su parte, el sistema que consigue que el reloj siga avanzando y no se pare, también ha supuesto otra innovación. A cada lado de la arquitectura central hay dos ejes verticales. En cada uno de ellos oscila un bloque de oro blanco que no colisiona con el tope gracias a un sistema de amortiguadores. Así es como el sistema es capaz de dar cuerda al movimiento de forma bidireccional con una reserva de marcha de más de 48 horas.
A la vista, mide unos 54 mm por 41 milóimetros, el fondo de caja es de titanio brillante pulido con chorro de arena y el cristal de zafiro, con tratamiento antirreflejos, que la cubre combina planos inclinados en tres ejes. Mantiene su hermeticidad hasta los 30 m o las 3 atmósferas. La correa es de caucho negro estructurado y el cierre de hebilla desplegable también es de titanio.