Hizo un gran partido, pero no fue suficiente. Rafa Nadal lo dio todo ante Zverev, pero claudicó ante el alemán, actual número 3 de la ATP. El tenista manacorí apura la que puede ser su última etapa en el tenis profesional, por lo que cada una de sus apariciones causa expectación.
Su nueva aparición en el torneo parisino -"el que más amo", según declaró a los medios- recabó la atención no solo de los aficionados, sino de todo el clan Nadal. En el palco estaban el hijo del tenista, casi un bebé con raqueta en mano; su madre, Mery Perelló; la madre del jugador, Ana María Parera, y los hombres de la familia: Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa hasta 2017, y su padre, Sebastián Nadal. Tres generaciones reunidas en torno a una pista de tenis.
Habitual en los torneos que Rafa disputa a lo largo y ancho del mundo, Sebastián es una figura clave en la vida del tenista. Con 60 años, es el hermano mayor del exfutbolista Miguel Ángel Nadal, jugador en el Barcelona, el Mallorca y en la selección española. Compitió en las Copas del Mundo de 1994, 1998 y 2002.
A diferencia de sus hermanos, Sebastián Nadal no destacó en ningún deporte, pero facilitó que su hijo Rafa convirtiera el tenis en lo más importante de su vida. Con solo cuatro años empezó a entrenar en el Club de Tenis Manacor con su tío Toni, quien supo llevar al límite de su capacidad el inmenso talento de Rafa. Él fue el responsable de que, a los nueve años, el joven tenista aprendiera a jugar con la mano izquierda y con la derecha. También supo articular la personalidad de Rafa para que siguiera trabajando sin que el éxito se le subiera a la cabeza. Hoy ya no le entrena; es Carlos Moyá, otro número 1 del tenis, quien lo hace, pero sigue impartiendo sus enseñanzas como Director Técnico Deportivo de la Rafa Nadal Academy. Además, es un solicitado conferenciante. ¿Su mantra? "El fracaso no es no llegar. El fracaso es no dar lo máximo".
Según consta en la web de la ATP, Sebastián Nadal se dedica a los negocios. Entre sus ocupaciones se encuentran el restaurante familiar Sa Punta y la cristalera Vidres Mallorca.
Ubicado en Son Servera, un enclave idílico de la costa mallorquina, el restaurante de los Nadal es muy conocido en la isla gracias a platos tan deliciosos como la langosta a la balear. Por el establecimiento han pasado personalidades como los reyes eméritos, Carlos Sáinz y su hijo o Carlo Ancelotti, entre otras personalidades. Además, es el lugar favorito para las celebraciones de los Nadal, como, en 2023, en el 92 cumpleaños de Isabel Homar, abuela del tenista.
Vidres Mallorca es anterior. Según consta en su web, se constituyó en 1982 para dedicarse al manipulado y transformación del vidrio plano. Gracias al impulso de la construcción en los años 90, pronto fue líder en la fabricación de ventanas con doble cristal, o con cámara de aire.
En los últimos años, Sebastián Nadal está diversificando sus inversiones. En 2013, decidió apostar por el negocio de la energía, según Vanitatis. Por esa razón, aparecía el Registro Mercantil como administrador solidario y mancomundado de decenas de sociedades dedicadas a la explotación de parques eólicos productores de energía eléctrica y fotovoltaica.
La estrategia del patriarca de los Nadal parece ser la de la inversión en crecimiento o 'growth investing'. El objetivo de esta estrategia es invertir en compañías con potencial para crecer por encima del promedio para aumentar el capital del inversor.
A día de hoy, Sebastián Nadal tiene más de 100 referencias en el Registro Mercantil. Lo más significativo es que es el administrador único de Debamina SL, matriz de Aspemir, dedicada oficialmente a la construcción de edificios residenciales con Ana María Parera, la madre de Rafa como administradora única.
Aspemir va más allá del negocio de la construcción. De ella salen una veintena de empresas; entre ellas, inmobiliarias, energéticas enfocadas a las renovables o la Rafa Nadal Academy. Sus activos en 2021 fueron de 275 millones de euros, lo que la convierte en un auténtico emporio comercial.