Ser deportista y llegar a los Juegos Olímpicos es un verdadero honor y satisfacción, pero más aún lo es alcanzar el podio y poder colgarse una de las medallas, mejor si es la de oro. Que se lo digan al piragüista Saúl Craviotto, con dos oros, igual que el gimnasta Gervasio Deferr, o Mireia Belmonte y el oro logrado el Río de Janeiro. Cada año su diseño cambia y no todo es oro lo que reluce. ¿Te has planteado cuánto oro de verdad lleva la medalla dorada? Quizá no es el que esperas.
Los Juegos Olímpicos de París 2024 han creado unas medallas con sello propio, ya que cada una de ellas está adornada con una pieza original de la Torre Eiffel, un trabajo que ha desarrollado Chaumet, empresa del Grupo LVMH.
Desde el fin de la construcción de la máxima representación de la capital francesa en 1889, la Torre Eiffel se ha sometido a diferentes renovaciones en las que se ha retirado algunos elementos metálicos que se han conservado y algunas de ellas han pasado a formar parte de las medallas olímpicas que los deportistas se cuelgan.
Las medallas de París 2024 se han creado inspirándose en el hexágono, el resplandor y el engaste. El hierro de la Torre Eiffel forma un hexágono, forma geométrica de Francia, un símbolo que recuerda el compromiso que ha tomado todo el país con la celebración de los Juegos Olímpicos y que va en el centro de la medalla.
El resplandor se representa con las líneas que se proyectan hacia el exterior con intervalos regulares desde el hexágono de hierro que están en relieve, no grabadas, por lo que aportan más brillo al metal representando el resplandor francés. En cuanto al engaste, esto está en los seis apéndices metálicos que ayudan a fijar el hexágono, algo posible gracias a la forma cóncava de la medalla.
Esta es la cara delantera de la medalla, mientras que la otra cuenta, como en cada edición, la historia del renacimiento de los Juegos en Grecia, una tradición que se ha venido marcando desde Atenas 2004 y, además del Acrópolis de Atenas, este año también aparece la Torre Eiffel tras la diosa de la victoria, Nike.
Más allá del diseño, también hay que hablar de qué están hechas las medallas. ¿La de oro es de oro de verdad? Pues no del todo. La medalla dorada cuenta con tan solo un 1’34% de oro puro que la recubre, mientras que el resto de su composición lo completa un 92’5% de plata y un 6% de cobre, teniendo un valor real de unos 600 dólares. Solo en una ocasión en la historia se han entregado unas medallas de oro de oro puro, en los de Estocolmo 1912.
En cuanto a la de plata, es la más real, ya que un 92’5% es de este material y el resto es cobre, mientras que la de bronce es un 97% de cobre y el resto zinc y estaño, alcanzando un valor de no más de tres dólares.
Sobre su peso, la de oro es la más pesada, con unos 529 gramos aproximadamente, seguida de cerca por la plata con 525 gramos y la de bronce, la más ligera, con 455 gramos.