Te has decidido. La cuarentena te ha hecho pensar en muchas de las costumbres que habías ido adquiriendo a lo largo de los años y te has dado cuenta de que puedes prescindir de muchas de ellas porque tú mismo te bastas solo. Una de esas cosas es la peluquería, antes acudías cada mes o cada mes y medio, pero tras el confinamiento, parece que tú mismo puedes hacerte cargo de tu pelo. La primera vez que te lo cortaste el resultado fue aceptable, pero ya en la segunda has conseguido un corte casi profesional y te has decidido por completo: no volverás a pisar la peluquería si no es totalmente necesario.
Pero si quieres ser tu propio profesional capilar vas a necesitar estar completamente preparado y puede que la maquinilla que has estado utilizando los últimos meses no sea la más adecuada. Por tanto, ahora sí que sí, te toca hacerte con una buena recortadora para que el resultado sea espectacular y te conviertas en un auténtico peluquero.
Para el pelo no hay que usar la primera maquinilla que veamos, pues es una de las partes más visibles y que más cuenta sobre nosotros a primera vista, así que debe ser una elección en la que valorar bien todas las opciones. Lo primero es el tipo, pues para la cabeza hay unas maquinillas específicas, aunque en el mercado abundan las que se usan para el cuerpo y para la barba. Estas pueden salvarte de una emergencia, pero lo más aconsejable siempre es contar con una que esté destinada para el pelo de la cabeza, no vaya a ser que nos llevemos algún que otro disgusto.
Por lo general hay distintas maquinillas según el precio, que varía dependiendo de la calidad, por eso hay que hacerse con una buena, tampoco hace falta dejarse un dineral en una profesional, pero sí comprar una que te dé garantías de un buen corte. La calidad va a determinar mucho el corte, pues el material de la cuchilla es clave. Las más baratas suelen ser de cerámica, pero se estropean mucho antes, por eso las más recomendables son las de acero inoxidable por su precio asequible y su resistencia. Las de titanio son las mejores, pero también las más caras, así que si quieres ahorrar un poco, las de acero son una gran opción.
Otro punto clave es su carga. La mayoría se nutren de energía mediante un cable pero luego tienen bastante tiempo de autonomía para usarla sin ningún problema, pero hay algunas que necesitan estar conectadas a la corriente para funcionar, y esto puede ser un inconveniente. Al ser tú mismo el que te cortas el pelo, el cable puede ser una gran estorbo que te puede llevar a cometer algún fallo, así que lo mejor es que te hagas con una inalámbrica.
Si lo que quieres es raparte lo tienes más que fácil, aunque lo tienes que hacer con cuidado. Pero si prefieres dejar varios niveles de tamaño de pelo vas a necesitar adaptadores para la cuchilla que te sirvan de guía para ir cortando el cabello como deseas. Estos son los llamados peines guía que te ayudan a determinar la longitud que deseas en cada zona. Por lo general puede haber un adaptador para cada tamaño o también un solo peine que mediante una palanca varíe su longitud, por lo que no tendrías que estar cambiando constantemente el cabezal de la maquinilla.
Además, aunque la mayoría de recortadoras pueden lavarse con agua, suelen traer junto a los peines guía un kit de limpieza con una escobilla para sacudir el pelo que se acumula en ella e incluso un aceite que lubrique la cuchilla para mantenerla siempre en perfectas condiciones.
Por lo general, una buena maquinilla para el pelo suele rondar entre los 50 y 80€. Con ella tendrás todas las funciones, pues las más profesionales ya suelen sobrepasar los 100€, pero las diferencias son mínimas, más bien en calidad de materiales y autonomía, por lo que sería un gasto innecesario.
Quien te iba a decir que 2020 iba a ser el año en el que te ibas a convertir en un peluquero profesional capaz de cortarte el pelo a ti mismo y dejar un resultado muy similar al de los profesionales. Solo te falta una buena maquinilla y espera que tus amigos o hijos no quieran pedirte cita para pasar por tu propio salón de belleza.