A mano o a máquina: así puedes dejar tu abrigo de plumas como nuevo sin salir de casa
Los plumas son nuestra prenda favorita para afrontar el invierno y bajan las temperaturas
Tanto a mano como en la lavadora, podemos lavar nuestro plumas en casa para que dejarlo como nuevo
Los plumíferos y abrigos acolchados son las estrellas del invierno. Cuando las temperaturas bajan, no hay nada mejor que enfundarse en uno de ellos para salir a la calle y enfrentarnos al frío. Resistentes, cómodas y muy duraderas, gracias a su relleno de pluma sintética o de origen animal estas prendas pueden aislarnos del frío y darnos calor sin resultar pesadas o agobiantes, lo que la convierte en un accesorio imprescindible tanto para jóvenes como adultos.
Sin embargo, a pesar de la amplia popularidad que tiene esta prenda en nuestros armarios, son muchos los que no saben lavarla correctamente. Ya sea por miedo a estropearlo o porque nos parece extremadamente complicado, lo cierto es que es muy habitual que, cuando llega la primavera, guardemos el plumas directamente en el armario o tengamos que llevarlo a algún lugar especializado en limpieza de ropa. Si este año quieres darle a tu plumas la limpieza que se merece, te dejamos una serie de consejos para que lo puedas hacer en casa y no lo estropees en el proceso.
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Cómo lavar un plumas en la lavadora
Como ocurre con cualquier otra prenda, a la hora de lavar un plumífero o abrigo acolchado es imprescindible que leamos bien la etiqueta para saber cual es su tipo de relleno y cual es el tiempo de lavado que necesita. Una vez tengamos clara la composición de nuestro plumas, lo primero que tendremos que hacer es comprobar que no tenga adornos u objetos en los bolsillos. Tras esto, tendremos que cerrar todas las cremalleras y pegar todos los cierres de velcro, en caso de que los tenga. Cuando esté todo listo, llegará el momento de preparar la lavadora.
Para limpiar bien nuestros plumíferos, lo habitual es que utilicemos un programa de ropa delicada, con temperatura tibia, entre los 30 y 40 grados, aunque la etiqueta de tu abrigo te dará las instrucciones más indicadas. Además, es recomendable que metamos otra prenda en la lavadora, como un vaquero, para que se balancee y no haga movimientos bruscos que puedan dañar nuestro abrigo. En cuanto a los productos que debemos utilizar, es preferible que nos decantemos por un detergente específico para prendas sensibles, y que no usemos suavizante, ya que puede afectar a los tejidos. El centrifugado, por su parte, deberá ser suave, a 400 revoluciones como máximo.
Como lavar un plumas a mano
Siempre podremos lavar nuestro plumífero a mano, aunque, eso sí, el proceso será mucho más costoso y laborioso. Lo primero que tendremos que hacer es llenar una bañera con agua tibia y echarle un poco de detergente especial para lavar prendas delicadas a mano. Tras esto, sumergiremos nuestro abrigo y, con movimientos continuos, frotaremos las posibles manchas que pueda tener. Una vez las hayamos limpiado, tendremos que enjuagar el plumas hasta eliminar el exceso de jabón. Finalmente, nos tocará escurrirlo. En este caso es importante que lo hagamos con suavidad y sin retorcerlo hasta eliminar la mayor cantidad de agua posible.
Cómo secar nuestro plumas
Independientemente de si lo hemos lavado con la lavadora o a mano, una vez tengamos limpio nuestro plumas tendremos que secarlo. Para esto, tenemos dos alternativas: la secadora y el aire libre.
Si disponemos de una secadora y queremos utilizarla, debemos usar lavados lentos y a bajas temperaturas para evitar que nuestro abrigo se dañe. Además, al igual que ocurría con la lavadora, es recomendable que metamos nuestro plumas acompañado de otra prenda, como unas toallas, para ayudar a balancear la máquina. Este proceso de secado podría alargarse durante una hora, ya que es preferible que usemos varios ciclos cortos de cinco o diez minutos que un ciclo largo.
Por su parte, si queremos secar nuestro plumas al aire libre, tenemos que colocarlo en una superficie plana que no reciba los rayos del sol. En estos casos es fundamental que no cuelgues el abrigo, ya que, de hacerlo, las plumas se acumularían en la parte inferior por el peso. Asimismo, es recomendable que, de vez en cuando, agites un poco el abrigo para repartir las plumas por su interior. Una vez nos hayamos asegurado de que está completamente seco, podremos ahuecarlo para que el relleno se distribuya correctamente.