El estafador de Tinder es Simón Leviev, un hombre capaz de mantener relaciones amorosas con el objetivo de sacar dinero a sus novias. A lo largo de los años, más de 10 millones de dólares. No hay que llegar a casos como el de Simón. En la distancia media y corta, hay personas embaucadoras que utilizan las relaciones personales, no solo sentimentales, a veces también familiares, para obtener un beneficio. Casi siempre se valen de la soledad de las personas mayores o con una vida personal llena de fracasos, circunstancias que suelen acumularse a partir de los 50, la edad de la invisibilidad para muchos hombres y mujeres. El depredador sentimental es más habitual de lo que parece. Quizá tengas alguno cerca. Te ayudamos a detectarlo.
Algunos de estos estafadores del amor tienen crematomanía, la obsesión por acumular dinero o riquezas. Estas personas tienden a padecer ansia por tener reconocimiento social a través del dinero. Su perfil suele corresponder al de un psicópata-narcisista, dentro de la triada oscura de la personalidad.
La triada oscura se caracteriza por la ausencia de empatía (no sienten culpa ni reprobación moral), el maquiavelismo (todo lo que hacen responde a una estrategia calculada) y narcisismo. Este último punto es importante: el narcisista se cree por encima del bien y del mal, piensa que nunca van a pillarle, por lo que si cometen un delito, suelen dejar errores a su paso.
Respecto a su modus operandi, su estrategia es la del príncipe azul. "Son embaucadores, personas encantadoras, saben cómo enamorar a una mujer. Aparecen como los hombres ideales hasta que te atrapan en su red. Una vez que has caído, empieza la manipulación. Son perfiles muy peligrosos: son psicópatas integrados en la sociedad que pueden convertirse en psicópatas criminales", explica la psicóloga y terapeuta de pareja Lara Ferreiro.
Para esta experta es importante poder reconocer las señales que pueden avisarnos. "Hay que saber desenmascarar a estos perfiles tan peligrosos porque cualquiera puede caer en sus garras", asegura. Veamos cuáles son las principales señales.
La auto-imagen de un psicópata-narcisista suele ser descomunal. Creen que son excelsos y tienden a menospreciar al resto. "Una pauta típica de estas personas es que se comportan de manera cruel con quienes creen inferiores, tratan mal a la gente. Lo normal es que hagan daño y no asuman la responsabilidad de sus actos", señala Ferreiro. Como pareja, no nos hacen sentir bien porque atisbamos su lado oscuro, aunque no sepamos definirlo. "Esto es un punto fundamental. Nunca asumen culpabilidad y hacen sentir mal al resto", advierte la psicóloga.
Para estas personas, las relaciones sentimentales o amorosas nunca son gratuitas. "Hay que tenerlo claro: quiere algo de ti. Son encantadores, pero siempre quieren algo a cambio. En consulta he visto a psicópatas-narcisistas que querían obtener dinero, contactos sociales o, si la pareja era poderosa en algún ámbito, alcanzar ese poder. Siempre tienen un interés oculto", explica esta profesional. Hay que estar muy atento a 'casualidades' como que nunca pague ninguna cuenta, nunca hagan ningún regalo o intente manipular a través de la culpa. También pueden utilizar historias lacrimógenas para obtener dinero o bienes.
Para la psicóloga es el punto más importante. "Al principio de la relación, es el hombre perfecto, encantador, conoce tus gustos y es un adulador experto: te dice que eres su alma gemela, eres la mujer de su vida... Te mete en su círculo más íntimo... Pero al mismo tiempo es todo muy superficial". El bombardeo amoroso es una técnica típica del psicópata-narcisista de la que hay que huir "porque te va a acabar depredando", advierte Ferreiro.
La fase del bombardeo amoroso dura algunos meses. A partir de ahí, comienza otra fase: la devaluación de su presa. "En tres o seis meses máximo empieza el círculo del maltrato. Comienza a devaluarte, a machacarte. Empieza a decirte que eres una inútil, que lo haces todo mal, que todo lo que te rodea carece de valor, desde el libro que lees al podcast que escuchas. Lo que antes le encantaba de ti ahora le disgusta. El objetivo es hacerte sentir mal. Después de la luna de miel viene la destrucción", asegura la terapeuta.
El psicópata-narcisista sabe cómo enganchar a sus presas. "Utiliza estrategias como la del 'agua caliente-agua fría'. Un día te habla; otro te castiga con el silencio. Es algo perverso. Te hace sentir que te has portado mal y que te tiene que castigar. El resultado es que le persigues porque quieres recuperarlo", señala Lara Ferreiro.
Otra estrategia habitual es manipular las vivencias. "Hacer luz de gas es otra de sus especialidades. Cambia las experiencias para que no sepamos si nos estamos volviendo locos, nos hace dudar de nosotros mismos". Todas las estrategias buscan crear relaciones adictivas. "Es un mecanismo similar al de las máquinas traga-perras: un día te sale una monedita y otro día no", señala Ferreiro. Esa activación singular del mecanismo de recompensa logra atrapar a las víctimas si antes no han conseguido poner una distancia de seguridad entre ellas y ese sospechoso príncipe azul.