Ocurre más de lo que parece. Cuando se tiene pareja estable es como si se estuviera fuera del mercado sentimental, pero la realidad sorprende: hay quienes prefieren vivir una historia de amor nunca declarada, y, por tanto, no correspondida. Y lo viven con intensidad, aunque vivan en pareja. Quienes se enganchan a estas pasiones escondidas se llaman lithrománticos.
Bajo el lithromanticismo o litromanticismo, se esconde un comportamiento extraño para los parámetros del amor clásico. La persona lithromántica, con o sin pareja, disfruta de una relación amorosa unilateral, no busca la reciprocidad de los sentimientos. Un lithromántico ama sin mostrar su amor y sin desear ser amado de vuelta.
La tendencia, también llamada akoiromanticismo, no tiene ningún impacto en la vida sexual de los lithrománticos. No buscan ser correspondidos en ningún sentido, ni el afectivo ni el físico.
La razón por la que nos puede gustar amar a distancia, sin dar el paso y concretar es difícil de explicar. Para la sexóloga Marie-Claire Thomas "este comportamiento se observa más en las mujeres. Se trata de personas que huyen de la realidad y crea un universo amoroso en el que no hay riesgo de fracaso. Los romances a distancia y a medida permiten fantasear y crear una relación mejor, seguramente, que la real. Y sin espacio para la decepción".
Respecto a la falta de relación física, la sexóloga la justifica. "En el lithromanticismo, el amor físico no forma parte de la ecuación ni forma parte de ningún objetivo. Aunque la comparación pueda resultar rara, las personas lithrománticas ven su relación como algo cercano al amor por Dios. Disfruta con la contemplación del otro, más que con el deseo físico".
Algunos expertos ven en esta tendencia algo de cobardía. Otros, en cambio, hablan de miedo al compromiso. "Cobardía es quizá una palabra algo grave, pero lo que sí puede haber detrás es miedo a dar el paso, si se plantean dejar a su pareja, o a comprometerse. El miedo al fracaso, a la decepción, a la asunción de algunas obligaciones y responsabilidades están en el fondo de estos miedos. Pero, a veces, es una respuesta adaptativa o de auto-protección a algunas relaciones traumáticas.
Cuando se tiene pareja, el amor lithromántico no tiene por qué interferir en la vida diaria, aunque el fantasma de las comparaciones siempre esté ahí. Cuando ha habido un divorcio, este tipo de amor puede ser la transición perfecta hacia una relación plena. En el momento de superar una crisis sentimental, esa ficción puede ser conveniente, aunque no se recomiende como opción de vida.