Enamorarte de alguien en el trabajo y dejar a tu pareja: cómo hacer bien la transición
El 18% de las parejas se conocen en el entorno laboral y tres de cada 10 españoles han mantenido una relación con un compañero de trabajo
Para enamorarnos de un compañero de trabajo, tiene que haber una desvinculación previa de la pareja anterior: "Puede parecer que la relación va bien, pero de pronto una parte de la pareja abandona a la otra", señala la psicóloga y terapeuta de pareja Lara Ferreiro
"La pareja abandonada se enfrenta a un sufrimiento importante y para superarlo tiene que experimentar tres fases: la aceptación, el aprendizaje y la superación en sí misma"
Jose Coronado acaba de sorprendernos confirmando que hay una nueva mujer en su vida, la actriz Irene López Juárez, a la que conoció hace un par de años en el rodaje de la serie 'Entrevías'. De esta manera, la relación profesional a una relación personal que ha culminado con un vínculo de pareja. No es la primera vez que lo que empezó siendo trabajo gana terreno hasta entrar en lo sentimental. Las horas de convivencia dedicadas al trabajo pueden hacer que los sentimientos cambien. No es nada raro: de acuerdo a una encuesta de Google, el 18% de las parejas se conocen en el trabajo y, según un estudio realizado por InfoJobs, tres de cada 10 españoles han mantenido una relación con un compañero de trabajo.
Asegurarse sin preguntar
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Si empiezas a notar que entre tú y tu compañero o compañera hay algo más que camaradería laboral, deberías plantearte que quizá te estés enamorando de esa persona. El primer paso importante que deberías dar es saber si eres correspondido y si esa otra persona está sintiendo lo mismo que tú.
En principio, es mejor evitar las preguntas directas que pueden magnificar la situación e incluir comprometer a una de las partes. Sin embargo, existen maneras de saber si hay un interés que va más allá de lo profesional. Hay señales sutiles que advierten de que puede haber una relación en marcha: quizá te muestra más atención que al resto de compañeros, intenta comunicarse contigo más que con el resto o se interesa por tu vida privada y sentimental. La señal que no falla es el contacto visual: si te busca con la mirada, te hace algún gesto cómplice con los ojos o sientes que te mira de manera especial, puede saltar la chispa.
¿Importa la edad?
A partir de los 50, es cierto que estamos menos atentos a mostrar o percibir este tipo de señales. Lo habitual es tener una pareja estable o estar separado y en un modo vital poco propicio, pero no siempre es así. "Podríamos pensar que a mayor edad, menor probabilidad de enamorarnos, pero la realidad es que la ilusión no conoce edades. De hecho, he visto personas que a los 50 se han enamorado de alguien locamente", explica la psicóloga y terapeuta de parejas Lara Ferreiro, quien afirma de manera rotunda: "El amor puede llamar a la puerta a cualquier edad".
Si, como en el caso de Coronado, venimos de una relación previa, para enamorarnos de ese compañero de trabajo, tiene que haber una desvinculación previa de la pareja anterior, aunque no se haya expresado. "Hay varias situaciones. En la primera, la relación ya no funciona y buscas fuera lo que no tienes dentro de tu pareja. En ese momento, pueden darse las infidelidades, físicas o emocionales que son igual de graves. En la segunda, la relación va bien, aparentemente son felices, pero de pronto una parte de la pareja abandona a la otra", señala la psicóloga.
Cómo saber cuándo va en serio
Lo primero, según la experta, es diferenciar si se trata de un capricho o de algo más importante. A veces se pasa por crisis de convivencia que nos hacen distanciarnos de nuestra pareja e idealizar a otras personas. Si, además, convivimos a diario con ella, como es el lugar de trabajo, las cosas pueden precipitarse. ¿Cómo darnos cuenta de que esa nueva relación va en serio? Para la psicóloga Lara Ferreiro estas son las principales señales:
- Estás convencido de que esa persona puede acompañarte en todas las facetas de tu vida, no solo en el plano sexual.
- Te ves viviendo con ella a largo plazo. Hay veces que nos relacionamos con parejas de transición, pero en nuestro fuero interno sabemos que no es la persona definitiva, sino alguien que ayuda a escapar de una realidad.
- Quieres presentarla a tu entorno y elaboras continuamente planes para estar con ella.
- Buscas profundizar en el compromiso. Si vienes de un divorcio, te planteas incluso casarte.
- Te aporta estabilidad mental y emocional.
En opinión de esta experta, "también hay que valorar si uno está bien en todas las áreas de su vida y si esa persona nos gusta en todos sus aspectos. Ahí hay que valorar lo que realmente se siente. No hay que precipitarse. Lo novedoso no siempre es lo mejor". Si después de responder a todas esas preguntas, tenemos claro que queremos seguir adelante, ¿qué pasos debemos seguir? "Lo más honesto es romper con la pareja anterior para no hacer más daño. Hay que ser cuidadoso para que esa persona pueda hacer su duelo", señala Ferreiro.
Romper: la parte que más angustia
Se trata de la cuestión más compleja. De hecho, muchas historias de amor no se materializan o no se viven plenamente por no dar el paso de la ruptura. "Es muy difícil darlo. Hay un compromiso que cuesta deshacer. La persona que decide romper se siente culpable y es lógico. Hay que pensar muy bien qué hacemos, qué se pierde, qué se gana", señala la psicóloga. En otros casos, una vez decidido que la ruptura es irreversible, también hay que pensar cómo plantearlo de la manera menos traumática posible. ¿Cómo? Estas son las recomendaciones de la terapeuta:
- Ser consciente del proceso: primero habrá una sensación de valentía, luego de culpa y, por último, de liberación.
- Elegir el momento adecuado para comunicarlo.
- Asumir la responsabilidad y mostrarse empático con la persona abandonada.
- Si hay hijos, hablar con ellos por separado, insistiendo en que la familia y el vínculo de cariño persiste. Aunque no hay un 'timing' establecido, se puede tardar meses en empezar a hablar de la nueva pareja. Presentarla de manera
- Expresarse de manera positiva y ser sincero: si se ha enamorado de otra persona, hay que asumirlo y actuar en consecuencia.
- Agradecer todo lo que ha significado la relación anterior, pero mantenerse firme y claro en el deseo de romper.
Cuidar al viejo y nuevo amor
Otro momento especialmente complejo es cuando ya se ha hecho público el deseo de romper y se ha confirmado que existe una nueva pareja, lo que no siempre ocurre. ¿Cuántos casos conocemos en los que no se dice que hay una tercera persona? Es lógico, aunque no deseable para ninguna de las partes. La pareja abandonada se enfrenta a un sufrimiento importante y para superarlo tiene que experimentar tres fases, según explica Lara Ferreiro: la aceptación (la separación es irreversible), el aprendizaje (no volverá a ocurrirme lo mismo) y la superación en sí misma (estoy preparado para una nueva relación). Todo este proceso puede tener una duración similar a la de un duelo, en torno a un año. Si se supera ese tiempo sin avances, ir a terapia sería lo más aconsejable.
¿Y en cuanto al nuevo amor, cómo protegerlo en un momento de crisis familiar? Se trata de una etapa complicada, porque la familia de la persona que da el paso de romper va a ver al nuevo amor como el culpable de la desintegración familiar, lo que termina incidiendo en su propio bienestar. Tampoco aquí hay reglas infalibles. El amor puede ser el motor que impulse estos primeros momentos de pareja. La prudencia y la paciencia son las mejores pautas. Y si la crisis familiar arrecia y el nuevo amor se tambalea, también puede ser una señal de los vínculos que realmente unen esa relación.