¿Por qué no nos vamos de una relación que nos hace mal?
En una relación sana una persona tiene que sentirse querida, segura y deseada, a cualquier edad, ya se sea hombre o mujer
Lara Ferreiro, autora de 'Adicta a un gilipollas', explica en esta última entrega los mecanismos de algunos comportamientos tóxicos que se dan entre parejas
"Lo fundamental es que si se sufre una relación tóxica, lo que hay que hacer es irse"
Hay parejas que se mantienen juntas, pese a que su mala convivencia es patente. ¿Por qué no logramos escapar a una relación que nos hace mal? ¿Por qué mantenemos los vínculos, incluso en relaciones nuevas, cuando la experiencia no es buena para nosotros? Visto desde fuera es como si la toxicidad se hubiera asentado en nuestra zona de confort, por igual en los dos miembros de la pareja. "Los comportamientos tóxicos no entienden de hombres o mujeres, sino de personas", explica la psicóloga Lara Ferreiro, para quien esta toxicidad emocional no entiende de brecha de género.
En el fondo de estas adicciones, puede haber falta de autoestima, costumbre, aversión a enfrentarse solo a la vida, y, por supuesto, a la soledad no deseada, especialmente cuando vamos cumpliendo años. A partir de los 50, vivir en pareja tiene sus dificultades, pero vivir sin un apoyo emocional, también. Sin embargo, la mera compañía no garantiza que disfrutemos de una buena relación. Por ello, es importante detectar qué puede haber de tóxico en cada historia de pareja.
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¿Cómo identificar el comportamiento tóxico?
En los hombres, la toxicidad puede anidar en perfiles narcisistas. En las mujeres, quizá hay que mirar al interior. "Muchas veces la toxicidad puede estar en una misma con críticas continuas hacia una misma, machacarse es un comportamiento auto-destructivo", afirma Ferreiro, autora de 'Adicta a un gilipollas', una guía con la que poder detectar a los depredadores emocionales.
Superada esa primera capa, la más profunda, se puede abordar la relación amorosa y en qué se falla. "Hay que ver si es una persona que tiene miedo a que su pareja le abandone, que controla de manera continua y obsesiva a su pareja, que no acepta a esa persona tal y como es, la chantajea y la critica con esperanza de cambio -comportamiento típicamente femenino-. También hay que ver si nos comportamos de manera posesiva, obsesiva, dominante, controladora. Hay personas celosas, que no confían en su relación, pero ¡ojo¡ son celos infundados, enfermizos".
El termómetro emocional
En una relación sana una persona tiene que sentirse querida, segura y deseada. "Si te sientes solo, triste y perdido, al final esa relación no es buena para ti". Para reconocer si estamos incurriendo en un comportamiento adictivo, hay que testar si incurrimos en alguna de estas señales:
- ¿Comprobamos continuamente las redes sociales de nuestra pareja?
- ¿Sientes ansiedad si en un plazo de tiempo razonable no te responden a un whatsapp o no sabes dónde está tu pareja?
- ¿Tienes que confirmar continuamente si cumple su agenda: cuándo sale de trabajar, qué hace...?
- ¿Te comparas continuamente con la experiencia de pareja de otras personas?
- ¿Obligas a tu pareja a hacer cosas que no desea, por ejemplo, ir más lejos en la relación?
- ¿Comparas a tu pareja actual con tu ex?
- ¿Le exiges demasiado?
- ¿Le dejas suficiente espacio para sus amigos y su familia?
- ¿Le haces chantaje emocional, respetas sus decisiones?
- ¿Criticas a su familia o entorno?
- ¿Te obsesiona que te 'robe' la pareja otra persona?
"Aquí nadie roba nada", explica Lara Ferreiro, "Lo importante es que nos cuidemos y cuidemos la relación. Cada pareja tiene que negociar y gestionar lo que es importante para ellos. Sobre-exigir desde la ira no es bueno. Y cuando intentamos controlar, suele haber un problema de autoestima. En ese caso, habría que acudir a terapia. Pero lo fundamental es que si se sufre una relación tóxica, lo que hay que hacer es irse", concluye la psicóloga.