"Separarse para crecer": el divorcio de Hugh Jackman tras 30 años de matrimonio

  • Hugh Jackman y Deborra-Lee formaban una de las parejas más sólidas de Hollywood, pese a que les separa una diferencia de edad de 13 años; ahora, han tomado la decisión de separarse "para crecer": ¿qué puede haber tras este tipo de rupturas?

  • Lara Ferreiro, psicóloga y autora de 'Adicta a un gilipollas': "Con 30 años de matrimonio, el amor incondicional puede no ser suficiente por incompatibilidad de caracteres o por otras causas, como el Síndrome del jubilado o del nido vacío"

  • "Durante las fases de la separación, los hombres pueden apoyarse en parejas de transición, mientras que las mujeres suelen pasar solas el duelo"

Hugh Jackman y Deborra-Lee Jackman se han separado tras 27 años de matrimonio. La pareja ha difundido un comunicado en el que dicen que se sienten bendecidos de haber pasado tres décadas juntos y que ahora persiguen su "crecimiento personal".

En el mismo comunicado, enviado a la revista People, afirman que: "Nuestra familia ha sido y siempre será nuestra máxima prioridad. Asumimos este próximo capítulo con gratitud, amor y amabilidad. Apreciamos enormemente su comprensión al respetar nuestra privacidad mientras nuestra familia atraviesa esta transición en todas nuestras vidas".

Decisión sorprendente

El matrimonio formaba una de las parejas más sólidas y queridas del mundo del espectáculo, por lo que la decisión del divorcio ha sorprendido tanto a su entorno como a los fans del actor. Las publicaciones en las redes sociales del actor tampoco dejaba entrever ninguna crisis, aunque la frecuencia en la que el matrimonio aparece en la cuenta oficial de Instagram del intérprete de Lobezno se haya ido espaciando a lo largo del tiempo. La última publicación conjunta de la pareja es de mayo de 2023, coincidiendo con la gala del MET, el evento social por excelencia de la sociedad neoyorkina. Pero sorprende aún más la publicación en la que Jackman declara su amor por su todavía esposa.

"Te quiero, Deb. Hoy es nuestro aniversario de boda. ¡27 años! ¡Te quiero tanto! Juntos hemos creado una hermosa familia. Y mucha vida. Tu risa, tu manera de ser, tu manera de ser, tu humor, tu cercanía, coraje y lealtad es un increíble regalo. Te quiero con todo mi corazón", decía un apasionado Hugh Jackman el pasado 11 de abril, fecha de su matrimonio. ¿Qué puede haber ocurrido en cinco meses para que la pareja se declare en trámite de separación?

Amor (casi) incondicional

Hugh Jackman y Deborra-Lee se encontraban en la fase que los terapeutas de pareja llaman de 'amor incondicional'. Es el último estadio de la vida de pareja después del enamoramiento efervescente, los años de estabilidad, tranquilidad y comodidad, la fase de mayor conflicto, protagonizada por peleas y crisis, y, una vez superada, la del amor 'casi' invencible antes de la despedida final. En el caso de este matrimonio famoso, el 'casi' se ha cumplido.

¿Qué puede haber detrás de una ruptura imprevista? La realidad de cada pareja es personal e intransferible. Nadie sabe lo que pasa en la intimidad de un matrimonio. A veces, la evolución de cada miembro de la pareja puede ser dispar. "Normalmente, cuando llevas 30 años de matrimonio, pueden darse distintas razones. Los hombres, por ejemplo, pueden estar con mujeres más jóvenes y haber un problema de infidelidad. La llama del amor puede haberse apagado en todos esos años. Otra causa común es el Síndrome del nido vacío", explica la psicóloga y terapeuta de pareja Lara Ferreiro, autora del libro 'Adicta a un gilipollas'.

Incompatibilidad de caracteres

Jackman, de 54 años, y Deborra-Lee Furness, de 67, tienen dos hijos: Oscar, de 23 años, y Ava, de 18. La pareja se enamoró en 1995, cuando ambos protagonizaban la serie 'Correlli'.

Para Ferreiro, los 13 años de diferencia entre ambos actores puede haber sido un factor en contra: "Puede que ese amor incondicional ya no sea suficiente por un tema de incompatibilidad de caracteres, puede haber falta de comunicación, de respeto, de no atender las necesidades individuales... Se puede querer crecer a nivel personal y no encontrar en la otra parte ningún compromiso. Muchas veces, cuando los hijos no están en casa es cuando la pareja se da cuenta de que ya no sienten lo mismo o que la relación ha cambiado".

El cambio de la jubilación y el nido vacío

Los expertos sostienen que cada cambio vital puede ser un arma de doble filo para la vida de pareja. La salida de los hijos de la casa familiar es un caso claro, y la jubilación, otro. "Existe también un Síndrome del jubilado. Se da cuando la persona retirada siente que ya no comparte expectativas o planes. Hay un cambio de prioridades: los hijos ya no están, el entorno cambia y puede haber un redescubrimiento personal o que aparezcan otras personas. Esto es bastante habitual", sostiene esta psicóloga.

El Síndrome del nido vacío, por su parte, tiene su propia dinámica. "Existe una primera fase de luna de miel, pero poco después puede aparecer la crisis de pareja porque puede ser que haya un desgaste en la relación o una diferencia en los sentimientos de cada uno. De alguna forma, ya no es lo mismo. Muchas parejas aguantan por los hijos, pero cuando empiezan a ser independientes, la relación de pareja se desmorona. En esa fase muchas parejas se separan. Lo habitual, si no hay separación, es que se viva un duelo por los hijos que se han ido, haya después una negociación de sus acuerdos de pareja y un posible reencuentro", explica la psicóloga.

¿Y ahora qué?

Para esta experta, aunque el amor incodicional es muy importante en una pareja porque aporta apego y seguridad, no siempre es suficiente. "También hay otros factores importantes como la comunicación, la satisfacción o la compatibilidad de caracteres", señala. Separarse cuando hay una vida previa tan larga es difícil y también requiere de su propio proceso adaptativo. "Hay que pasar por varias fases: primero es el shock y la negación, en la que se pueden estar años; después, es normal atravesar una fase emocional llena de ira y tristeza, a veces, incluso, puede haber un fantasma de reconciliación. Cuando se ve que no hay reencuentro posible, viene el pozo negro, la peor fase de la crisis, para llegar a la adaptación, el aprendizaje y la superación definitiva", señala Ferreiro.

En opinión de esta experta, cuando se comunica la decisión de separarse, muchas de esas fases ya se han vivido dentro de la pareja, a veces apoyada por parejas de transición, personas que pueden no ser definitivas, pero sí ayudan a que la ruptura se produzca. En esto sí, hay diferencia por sexos. "Los hombres se apoyan más en estas parejas de transición, mientras que las mujeres suelen pasar solas el duelo", asegura la psicóloga.