'La magnolia de acero': la abogada de los grandes divorcios que cobra mil euros la hora
Fiona Shackleton ha llevado los divorcios de las grandes fortunas de Reino Unido: Carlos III y Lady Di o Paul McCartney y Heather Mills
La conocida como "magnolia de acero" se ganó la confianza de Isabel II en el divorcio del príncipe Andrés con Sarah Ferguson
Madonna, Liam Gallagher o la princesa Haya Bint al-Hussein de Jordania son algunos de sus clientes, pagando más 1.000 euros la hora
En cualquier matrimonio un divorcio puede significar meses, incluso años, de negociaciones hasta que finalmente la pareja se separa legalmente con todo. Más aún cuando esos matrimonios rotos son de estrellas, de la realeza o de grandes fortunas. En esos casos el divorcio trasciende a la opinión pública y surge un personaje clave que siempre suele estar en la sombra: el abogado. Tras el anuncio de la separación entre Sacha Baron Cohen e Isla Fisher, algunos medios apuntan a que la actriz ha contratado a Fiona Shackleton, la conocida como “magnolia de acero”.
La abogada británica de 67 años es conocida por haber llevado algunos de los divorcios más mediáticos en Reino Unido, y eso que siempre suele recomendar no separarse, pero si la pareja decide romperse, Shackleton es descrita como “la más temida y reverenciada”. “Puede ser tortura rápida o lenta”, advierta a todos sus clientes cuando se enfrentan a un divorcio.
MÁS
Dorado y con volante de Porsche: el rey Felipe le regala a Leonor el que fue su primer coche en los 80
Española y experta en antisecuestro: María Turrión, la niñera de Palencia que cuida de los hijos de Kate y Guillermo
Cómo contarles a tus hijos que tienes cáncer: "Se puede escapar alguna lágrima, pero hay que 'ir llorado"
Los divorcios más mediáticos
En su carrera profesional hay casos más que conocidos, como el divorcio del ahora rey Carlos III de Inglaterra de Lady Di, o la complicada separación de Paul McCartney de su segunda mujer, Heather Mills, que logró que se llevase muchísimo menos de los 125 millones que le pedía al artista.
Este último caso fue especialmente sonado porque Mills le derramó a la abogada una jarra de agua sobre la cabeza en la última sesión del divorcio en marzo de 2008, haciendo que abandonase el Tribunal Superior de Londres con el pelo aún mojado, una reacción que choca con la de la princesa de Gales. La gestión de Fiona Shackleton hizo que perdiese el titulo de Alteza Real, pero le mandó un ramo de flores con una tarjeta en la que le agradecía haber podido finalizar el proceso de divorcio.
Comenzó a ser conocida durante el divorcio del príncipe Andrés de Sarah Ferguson y su buen hacer le abrió la puerta a llevar la separación de los príncipes de Gales. Desde entonces se ha encargado de gestionar algunos de los divorcios más mediáticos del mundo o aquellos en los que más dinero había por medio.
En 2016 selló el acuerdo de divorcio más alto en la historia de Reino Unido con 453 millones libras para Tatiana Akhmedova, ya exmujer del magnate ruso Farkhad Akhmedov. En su cartera de clientes está la mismísima Madonna en su divorcio de Guy Ritchie, Liam Gallagher, de Oasis, o la princesa Haya Bint al-Hussein de Jordania. En 2010 Isabel II la nombró en Westminster baronesa vitalicia de Belgravia.
Más de mil euros la hora
Su buena gestión con sus clientes, todos poseedores de grandes fortunas, ha hecho que la abogada cobre, o eso se dice, entre 800 y 1.400 euros por hora de trabajo. A la conocida como “magnolia de acero” han intentado desacreditarla en varias ocasiones, especialmente porque se licenció con la nota más baja en la Universidad de Exeter, algo que ella misma atribuye a su dislexia, lejos de las matrículas de honor en Cambridge u Oxford que tienen los grandes abogados británicos.
Su apariencia también ha sido objeto de críticas en ocasiones por su pelo rubio siempre perfecto (con la excepción de la salida del juicio de Paul McCartney), sus trajes de colores y sus ya icónicos pendientes. Ella misma ha explicado que la ropa es una de sus pasiones y en el año 2000 enseñó a Vogue su armario con todas las prendas que ella considera que son su “equipamiento de batalla”.
De pequeña quiso ser médico, pero sus profesores le quitaron la idea de la cabeza, además de que la abogacía tampoco estuvo en sus primeras quinielas. Primero se formó en Le Cordon Blue y trabajó en diferentes caterings hasta que logró su licencia de abogada en 1980. No obstante, sus inicios fueron complicados, ya que explicó haber sufrido acoso laboral por ser judía y por dedicarse atención a sus dos hijas, entonces pequeñas.
Fiona Shackleton trabaja desde 2001 en el prestigioso bufete Payne Hick Beach y lleva décadas casada con Ian Shackleton, al que conoció en la universidad. Un matrimonio asentado que cree que ha durado tanto porque los dos saben darse espacio. “La amabilidad lo es todo”, dijo a Financial Times.