El éxito de seguir quedando con el grupo de amigas a los 50: "Es un espacio propio más allá de la pareja"
Segun datos del INE referidos a 2022, el 52,4% de los hombres se reúne habitualmente con sus amigos, frente al 49,1% de las mujeres
Pilar de la Cuesta (50 ): "No concibo no disponer de esa parcela para cada uno. Hay tiempo para todo y se puede disfrutar de igual modo"
Celia Rubio, terapeuta de pareja, admite que pasar tiempo con amigos enriquece la vida en pareja sin crear dependencias emocionales excesivas
Quien inicia una relación de pareja suele querer hacer planes a dos. Sin embargo, los profesionales consultados en este reportaje destacan que hay que saber guardar un tiempo para uno mismo y las amistades, algo que posibilita mantener la identidad individual.
Robin Dunbar, antropólogo y biólogo, creador del 'número Dunbar', que hace referencia al número de personas (exactamente 150) con las que uno se puede relacionar, habla en su libro ‘Amigos: el poder de nuestras relaciones más importantes’ (Ediciones Paidós, 2023), de la amistad y de cómo afecta al bienestar. En la revista Mètode aseguraba que, diferenciando sexos, "ellas mantienen las relaciones hablando. Ellos necesitan hacer algo juntos. Sus llamadas son cortísimas. Llaman solo para quedar". Hombres y mujeres, por tanto, disfrutan de la compañía de los amigos de distinta manera.
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A más edad, menos cantidad y más calidad de ocio
En el caso de España hay diferencias comportamentales no solo por sexo, sino también por edad. La encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2022 sobre Condiciones de Vida en España, muestra que un 75,4% de las personas en la franja de edad de 16 a 29 años sale frecuentemente con amigos, en contraposición al 46,3% de los mayores de 64 años. Además, los hombres (52, %) se reúnen con amigos con más frecuencia que las mujeres (49,1%).
Aunque la edad perjudica la cantidad de interacciones de ocio, ocurre lo contrario con la calidad. Cuando se dispone de tiempo, especialmente en la jubilación, nos sentimos más satisfechos con nuestro tiempo de ocio, al contrario de lo que ocurre con la población activa.
Momentos para todos
Pilar de la Cuesta, de 50 años, es profesional en Palmapolitan y su marido, Simon Parkinson, 59 años, trabaja en una empresa de servicios náuticos. Tienen cuatro hijos, de 32, 24, 20 y 18 años. Para ellos, salir y el ocio es muy importante, tanto en pareja, con amigos o en familia. "Mi marido y yo siempre hemos querido preservar un tiempo para nosotros dos que considero que ha sido clave para nuestro matrimonio y que por eso estamos mucho más enamorados que el primer día", destaca ella.
Pese a tener hijos, como pareja y como personas independientes consideran imprescindible tener un tiempo propio y se han apoyado, sobre todo en amigos. “No hemos abusado de la familia, pero sí hemos contado con la ayuda de otros padres del colegio y nosotros hemos hecho lo propio con sus hijos. Es una red de apoyo que construí cuando mis hijos eran pequeños", prosigue.
Comenta que en cualquier etapa ha podido salir con las madres del colegio de sus hijos, con compañeras del gimnasio, del trabajo. Su marido, por su parte, no sale tanto con sus amigos, pero sí a algunas cenas o determinados eventos. De la Cuesta aclara que para ella resulta natural y sano compartir tiempo con amigos fuera de la pareja y lo echaría de menos si no pudiese hacerlo. "No concibo no disponer de esa parcela para cada uno. Hay tiempo para todo y se puede disfrutar de igual modo", sostiene.
Fortalecer la relación de pareja
“A los 50, los hijos en muchos casos ya se han independizado, algo que puede dejar a las personas en una etapa de reencuentro consigo mismas y con su pareja, pero también de búsqueda de nuevos espacios de bienestar”, apunta Celia Rubio , sexóloga y terapeuta de pareja.
La experta destaca que compartir con los amigos fuera de la pareja se convierte en una práctica muy positiva, ya que permite mantener la identidad individual. “Ayuda a crear un balance entre la vida en pareja y las relaciones personales”, asegura.
En una etapa de madurez, estos encuentros permiten conectar con experiencias y perspectivas diferentes que contribuyen al crecimiento personal. “Pasar tiempo con los amigos brinda un espacio de liberación, humor y conexión que aporta una carga de energía renovada”, aclara la profesional.
Por otro lado, la terapeuta de pareja refiere que todo esto facilita expresar y compartir aspectos de cada uno que, quizás, en el día a día con la pareja pasan a un plano secundario. “La conexión social con los amigos no solo nutre a nivel personal, sino que nos recuerda la importancia de cultivar estos vínculos fuera de la relación amorosa, algo que enriquece la vida en pareja sin crear dependencias emocionales excesivas”, comenta.
Con esos espacios personales, Rubio incide en que la pareja se mantiene fresca y revitalizada cuando ambos miembros disfrutan de experiencias propias de las que luego pueden hablar. “Se ve la pareja desde un ángulo más relajado, clave para evitar que la relación se vuelva monótona o cargada de expectativas que parezca que sólo la pareja debe satisfacer”, confirma.
Dime cómo sois y os diré qué haréis
Pilar Jiménez Pérez, psicóloga especializada en terapia de familia, pareja y sexual, considera que la importancia que se le da en la pareja a los espacios individuales depende del modelo de relación que se tenga establecido. “Hay parejas que suelen hacer todos los planes en conjunto, otras en las que únicamente uno de los miembros tiene un espacio propio, otras los dos. Existen muchos formatos que pueden funcionar y cada pareja puede tener sus propias reglas, manifiesta la profesional. Añade que cuando se ronda el medio siglo de edad, pese a los hijos, es posible que exista mayor autonomía y, por ese motivo, los progenitores pueden disponer de más tiempo libre para dedicarlo al autocuidado. Por otro lado, si existe una mayor estabilidad laboral y económica, eso favorece dedicar más tiempo al ocio.
Jiménez confirma que en los modelos de pareja en los que se practica la 'interdependencia', los espacios para las amistades pueden estar presentes durante todas las etapas del ciclo vital, es decir: “Por ejemplo, en los momentos en los que los hijos son más pequeños, se pueden llegar a acuerdos para turnarse y poder realizar determinados planes, como una cena o un viaje. En otras etapas es más sencillo y seguramente se pueda dar con mayor frecuencia", concluye.