El 41% de los primeros matrimonios terminan en divorcio, según la Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios del INE. La franja de edad comprendida entre los 40 y los 59 años es la que presenta más rupturas, normalmente en relaciones muy largas. Aunque es una cifra alta de fracaso matrimonial, también muestra otra realidad: más de la mitad de las uniones se mantiene.

Cómo se encuentre el estado de la relación es otro asunto; de hecho, los terapeutas de pareja señalan que en los matrimonios de muchos años y con compromisos familiares, la rutina, el desgaste de la convivencia, el exceso de responsabilidades y diferentes puntos de vista a la hora de enfrentar los desafíos sitúan a muchas de estas parejas, aún unidas, al borde de la ruptura.

Decidir si queremos que la relación se vaya al traste de 'muerte natural' o si queremos mejorarla es la primera reflexión que debemos hacernos. Una vez claro que apostamos por la pareja, existe un método que puede ayudar de manera decisiva para escapar de la temida rutina y mantener encendida la chispa. Se llama 222 y su principal virtud es que se centra tanto en la pareja como en la independiencia de cada uno de sus miembros, ya que parte del hecho de que un matrimonio solo puede ir bien cuando cada componente, por separado, disfruta de una vida con sentido.

Se trata de agendar actividades en pareja cada dos semanas, dos meses y dos años. En el primer dos, la pareja debe tener una cita a solas cada quince días. No tiene que ser necesariamente nada muy complicado o lujoso. Simplemente, hacer algo que les guste a los dos y que les ponga en buena disposición.

Cada dos meses, además, deben disfrutar de un fin de semana de pareja. Por último, cada dos años, tendrían que hacer un viaje largo para generar recuerdos de buena calidad.

Algunos terapeutas introducen una variante en este punto y aconsejan que esas vacaciones de cada dos años sean en solitario (sin pareja, niños ni amigos). Como señalan los expertos, ese tiempo dedicado a uno mismo permite mejorar la conexión emocional, lo que asegura mejor entendimiento.

La premisa principal para que este método funcione es que los dos miembros de la pareja se comprometan a hacer de ese tiempo un espacio de calidad. Si los problemas diarios siguen apareciendo en esas citas, no estaremos haciendo bien la terapia. La clave del método 2 2 2 es no destinar ese tiempo a debatir los conflictos de siempre, sino a disfrutar de la compañía del otro, realizar activiaddes agradables y tener un tiempo de disfrute y relajación.

Sin embargo, este método puede adaptarse a la dinámica de cada pareja. Lo importante es que haya un acuerdo para encontrar y compartir ese tiempo de calidad. Más que planes sofisticados o lujosos, la clave es el deseo de reencuentro que debe notarse en cada cita.