Cómo hacer un buen repaso de año a partir de los 50: "La clave para saber si debes cambiar algo o no está clara"
Cuando es momento de hacer balance, ¿es más fácil o más difícil tomar decisiones a una edad madura?
El nuevo año es una oportunidad que se nos da para vivir de acuerdo a nuestros valores, pero siempre hay que plantearse objetivos realistas
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Se acerca el final del año y es buen momento para repasar lo vivido, hacer balance, cerrar ciclo y plantearse objetivos de cara al 2025, quizás no tan genéricos y poco sólidos como suele ser habitual, como ir al gimnasio o dejar de fumar, pero sí que afecten al entorno más cercano, a la pareja o los amigos. Hacerlo entre los 50 y los 60 años, cuando la vida es bastante estable, puede costar más, pero no es imposible.
Reflexionar para decidir
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Echar la vista atrás y repasar el año vivido puede dar miedo, pero los expertos recomiendan el análisis desde la calma y el optimismo.
En términos macroeconómicos, el 2024 ha sido fructífero: se han creado alrededor de 400 mil puestos de trabajo, una tendencia que va al alza y que va en sintonía con una mejora del mercado laboral, pese a que quedan aspectos por mejorar; entre ellos, el desarrollo de un sistema económico más justo e inclusivo.
¿Y a escala humana? ¿Cómo nos sentimos? Reflexionar sobre la trayectoria vital es inevitable en algunos momentos, como el fin de cada año, y tiene algunos beneficios. Distintos estudios de la American Psychological Association (APA) señalan que hacerlo sobre experiencias que afectan al individuo activa la corteza prefrontal, la parte del cerebro que tiene que ver con la toma de decisiones y la planificación. Esa zona de nuestro cerebro es la que hace que la maquinaria de las decisiones se ponga en marcha.
Momentos que se pierden
Marisa (59 años), costurera, se encuentra en un momento donde piensa mucho qué es mejor para su familia. Tiene dos hijos y un nieto de 7 años. Han pasado un año complicado en cuanto a pérdidas familiares y problemas de salud en su entorno más próximo y su visión sobre algunas cosas están cambiando y quiere que afecte también a su marido.
"Mi marido discutió con su hermana. Siempre he apoyado y respetado sus tiempos, pero ya han perdido varios años y actualmente, cuando otro de sus hermanos está muy enfermo, quiero hacerle ver que el tiempo no va a esperar por ellos y no están aprovechando poder estar juntos y creo que luego se va a arrepentir", cuenta.
Explica que desea que remate un "año terrible" para su familia y asegura tan solo desear salud y tranquilidad para los suyos. "Sabemos que la vida es complicada y siempre estamos decidiendo, lo que no implica que generalmente se haga lo más acertado, pero estamos para aprender", dice. Comenta que ella no tiene hermanos y le encantaría vivir en el entorno que ha respirado su marido. "Él tiene tres hermanos; si no llama a uno, tiene al otro. Yo me he sentido sola en momentos desde que mis padres ya no están", declara. Según Marisa, hay ocasiones que hay que tragarse el orgullo, ceder y pensar menos con la cabeza. "¿De qué nos sirve ser así si nada de lo sucedido ha mejorado entre ellos?", comparte.
Para esta costurera, hacer balance es importante porque indica el camino de mejora: "Ninguno nos salvamos. No somos perfectos, pero el nuevo año es otra oportunidad que se nos da". Por último, señala que tampoco debemos ser muy duros con nosotros y valorar la fuerza para afrontar ciertas situaciones. "Algo de lo que he hecho puedo haberlo hecho mal, pero he tenido el cuajo de atajarlo. Eso es de admirar también a nivel personal", confiesa.
¿Qué quiero y qué me beneficia?
Marta Freire, psicóloga, coach ejecutiva y experta en comportamiento humano DISC, apunta que, con los años, la experiencia suele ser algo positivo. "Llegada la década de los 50, es de suponer que lo vivido hasta el momento nos provee de información para tomar decisiones de manera más ágil, aunque esto va a depender del momento vital en el que se encuentre la persona, independientemente de su edad", confirma.
Como recuerda el psicólogo Abraham Maslow para explicar su famosa pirámide de la felicidad: "El ser humano tomará decisiones basadas en aspectos relacionados con el desarrollo personal y profesional solo cuando las necesidades básicas como la alimentación, el descanso y la supervivencia estén cubiertas".
Conforme cumplimos años, las necesidades básicas estén más aseguradas, por tanto, "La toma de decisiones se supone más fácil”, destaca la experta.
Para ese trabajo, Freire invita a tener en cuenta, el autoconocimiento; es decir, "saber qué es lo que realmente quiero, me interesa y me beneficia es el punto de partida para poder establecer los criterios adecuados en una decisión".
Aclara que, por norma general, las dificultades que se encuentran las personas cuando sienten indecisión vienen dadas por el miedo a lo desconocido o por la incertidumbre, lo que puede causar “pérdida de seguridad”.
"La persona deberá recopilar toda la información y las variables que afectan a la decisión, tanto internas (preferencias, intereses y anhelos de la persona) como externas (recursos y opciones) y analizar los distintos escenarios", asegura la psicóloga. Asimismo, considera que lo acertado es hablarlo con alguien que no tome partido en la decisión, una parte objetiva.
Estrategias frente a la tomar decisiones
Para Chelo Gandía, psicóloga, el final de año es una buena época para plantearse cambios u objetivos para los próximos doce meses. Algunas de las claves que propone para tener éxito en esa toma de decisiones, bien sea en el día a día o para el año que se inicia:
- Debo tener muy claro y muy analizados cuáles son mis valores, los cuales son esenciales en el estilo de vida de una persona.
- Analizar en qué etapa de mi vida me encuentro, pues no es lo mismo tener 20 ó 30 años que 50 ó 60. He de pensar en cómo quiero que sea mi vida con las posibilidades que tengo con mi entorno y con el sistema, algo que puede llevar al éxito a la hora de tomar esa decisión.
- Evitar la parálisis por análisis. Si tendemos a analizarlo todo seguro nos quedemos bloqueados. Es muy importante escoger toda la información necesaria y en base a ello implantar los cambios.
- Plantearse objetivos siempre reales: Si un objetivo que nos marcamos no podemos llevarlo a cabo por la vida que tenemos y las posibilidades, por más que lo deseemos o más ganas tengamos, está abocado al fracaso.
- Observar siempre tus sentimientos y tus emociones. He de imaginarme en esa nueva realidad y comprobar qué siento ¿felicidad y paz? o ¿ansiedad y miedo? Los sentimientos siempre dan la información de que has tomado la decisión correcta.