A veces, en una relación de pareja, uno tiene la sensación de ser el segundo plato, de no contar realmente para la otra persona. Si es tu caso, es muy probable que empieces a sentir desconfianza y que tu pareja empiece a intentar manipularte. Y la razón es que quizá solo seas el plan B o una de sus 'galletitas' con las que sacia su hambre. De esta imagen surge la tendencia que te explicamos: el 'cookie jarring'.
Cuando somos jóvenes, el amor va unido indisolublemente a la ilusión, la pasión y a las primeras decepciones. A partir de los 50, los sentimientos ilusionantes también existen, pero la experiencia nos hace ser más precavidos y a estar más dispuestos a ver lo tóxico de las relaciones.
Para entender el cookie jarring, imaginemos una caja de galletas en las que vamos cogiendo según nuestro apetito. En una relación de pareja, la tendencia consiste en utilizar a una persona como plan B. La parte negativa es que esa persona no tiene ningún deseo de comprometerse o meterse en una historia seria, pero no lo expresa así. Se trata de un manipulador o una manipuladora que aprovecha sus oportunidades amorosas sin involucrarse.
Para algunos expertos, la falta de compromiso se debe al miedo a sufrir una decepción o, contrariamente, al miedo a que su pareja pueda decepcionarse porque, en el fondo, no se considera una persona de valor, con la que merezca la pena vivir.
Detectar a alguien que practique este cookie jarring no es nada fácil porque suelen saber muy bien cómo ilusionar en las primeras etapas de la relación. Si quieres andar sobre seguro, hay algunas preguntas clave que te indicarán cuál es su mapa sentimental y en qué punto se sitúa. Eso sí, hay que hacerlas de una manera sutil para que su respuesta sea lo más auténtica posible.
Una pregunta importante es preguntarle cómo ve el futuro para los dos. ¿Contempla algún plan, algún proyecto conjunto? Otro indicador es ver cómo actúa cuando surge un plan imprevisto. Por ejemplo, propón pasar un fin de semana juntos. ¿Cómo reacciona? ¿Se suma inmediatamente o pone todo tipo de trabas?
También es muy indicativo cuál es su respuesta cuando le pides acudir como pareja a un acto social, donde podáis coincidir con gente de vuestro entorno. Si las respuestas son evasivas, directamente negativas o hay signos de manipulación ("No me gusta compartirte con nadie", "Estamos fenomenal sin salir de casa"), plantéate que quizá estés siendo la 'galletita' o el plan B de tu supuesta pareja.
La primera y lógica reacción es poner fin a la historia, básicamente por amor propio y por mantener en alto la auto-estima. Pero no siempre es posible poner fin a la relación o no con la rapidez que deberíamos. Podemos estar enganchados emocionalmente o querer confirmar qué es lo que realmente estamos viviendo.
En estos casos, es muy útil compartir la situación con personas de nuestra confianza. Los consejos de amigos o personas significativas pueden ser de gran utilidad. Lo más habitual es que nos avisen del tiempo que hemos perdido con esta persona y nos animen a aclarar la situación con ella.
Aún más importante es hacer caso de nuestra intuición. Si una vez que sacamos el tema con nuestra pareja, esta quiere recuperar el tiempo perdido en cuanto a compromiso, pero no nos fiamos, sigamos nuestro instinto y rompamos la relación, a menos que también nos interese mantenernos en el no-compromiso.
Si realmente la experiencia nos ha dejado tocados, es hora de ponernos en manos de un terapeuta profesional. El psicólogo nos ayudará a superar las fases de la pérdida -en el fondo, un pequeño duelo que hay que pasar- y, lo más importante, nos ayudará a no tener secuelas y a dejarnos en el mejor estado para poder iniciar otra relación. Mejor como plan A.