Hasta hace unos años tener un hijo a una edad medianamente avanzada, o simplemente sobre los 50 años, era algo poco frecuente que incluso se veía con recelo. Hay muchos ejemplos de famosos que se han sido padres alrededor de los 50 años, sin ir más lejos los actores españoles Luis Tosar o Javier Gutiérrez, en el panorama internacional Mick Jagger fue padre por octava vez a los 73. Una tendencia que se debe, en parte, a la alta esperanza de vida que hay en España, por encima de los 80 años, colocándonos entre los países más longevos del mundo. Otra cosa es convertirse en padre a una edad más avanzada, como a los 83, algo que hace unos meses le ocurrió a Alberto Cormillot, un famoso médico argentino. Te contamos su historia.
Cormillot, desde que hizo público que iba a ser padre hasta ahora, ha recibido cientos de comentarios, tanto a favor como en contra, por volver a convertirse en padre superados los 80. En 2019 el médico se casó de nuevo tras año y medio de noviazgo con Estefanía Pasquini, una nutricionista 48 años menor que él y, pese a que no estaba en sus planes volver a ser padre, sí en los de ella debido a su juventud.
"Es un proyecto de familia con la persona que amo, que es joven, para que pueda tener un hijo. Me alegro por la alegría de ella. Yo no cedí, ella no me lo pidió, salió de mí. Ella pensaba que no se iba a enamorar más porque en los últimos 10 años no le había pasado con nadie, tampoco sabía si quería tener un hijo y cuando nos encontramos le dieron ganas de tenerlo", explicó después de anunciar que iba a ser padre. "Es lo que le pasa a cualquier pareja, solo que yo tengo muchos años más".
Sobre las críticas a su edad, afirmaba hace meses a La Nación que "un hombre mayor es una carga, es desechable, ni siquiera reciclable y mucha gente compra eso. Yo no lo compro".
Cormillot tiene experiencia en la paternidad de sobra, ya que si bien su recién nacido el pasado septiembre, Emilio, tiene unos cuantos meses de vida, tiene dos hijos mayores, Reneé de 55 años y Adrián de 47. Ser padre de nuevo le ha aportado más vitalidad. El verano pasado, antes de que naciera su hijo, comentaba en un programa de televisión que quiere "llegar a los 105 años porque quiero verlo graduado".
Pese a su edad, Cormillot no se ve condicionado por ella y cada día sigue su propia rutina despertándose prácticamente de madrugada para leer los periódicos y prepararse su intervención en radio que termina a media mañana. El resto del día lo dedica a la universidad y a la clínica de nutrición, además de sus clases de baile, pues hasta los 70 años no descubrió su afición por las coreografías.