Abrir la pareja a los 50: dos escollos que hay que superar con mucha conversación antes de lanzarte

  • Casi la mitad de españoles asegura estar de acuerdo con que su pareja tenga relaciones sexuales con otras personas, sin embargo, todavía son pocos los que lo ponen en práctica

  • Las parejas de 50 años o más tienen la ventaja de conocerse muy profundamente lo que puede facilitar la comunicación de cara a dar el paso

  • Encontrar el equilibrio entre experimentar una 'aventura conjunta' y encontrar un espacio de intimidad fuera de la relación: el gran reto.

Un asunto central en la experiencia de los mayores de 50 con las parejas abiertas es la inercia del tiempo. A menudo, a muchos les resulta engorrosa la sola idea de empezar a hablar de ello. Cuando se ha pasado por media vida juntos, enfrentarse al reto de 'arriesgarlo' todo por un 'capricho', puede parecer un precio alto a pagar. Y ante estas dudas, muchas parejas optan por dejar pasar esa opción. O por la infidelidad de toda la vida.

Pero quienes se atreven a plantearlo tampoco tienen el éxito asegurado. Hay una serie de requisitos básicos previos a cualquier discusión sobre el asunto. Para empezar, se tiene que estar en un lugar de salud relacional. Porque el error más común es hacerlo para 'solucionar una crisis' o intentar 'salvar la relación'. Es lo mismo que tener un hijo. No es la razón correcta para hacerlo. Por ello te proponemos dos conversaciones imprescindibles que se tienen que dar antes de abrir la pareja si tienes 50 años o más.

Lo primero: estar de acuerdo ambos

Suena a perogrullo pero a menudo las parejas suelen caer ante este primer obstáculo. Porque lo cierto es que el grado de interés en 'el tema' no suele coincidir al 100%. Como dice la psicóloga y terapeuta sexual Lara Ferreiro "En estas parejas suele haber un líder o una líder y, luego, la seguidora o el seguidor. Esto significa que hay uno de los dos que suele liderar la idea, es el que quiere abrir la relación. La otra parte, por miedo a perderle, sigue a la otra parte. Aquí es donde veo que comienzan los problemas: hay gente que, como no lo tiene del todo claro, se arrepiente y sale todo mal". En efecto, estar de acuerdo en que se quiere dar el paso no es sencillo. Pero es imprescindible. Para ello hay que ir poco a poco y establecer un diálogo continuo con el otro hasta que queden despejadas todas las dudas y se llegué a un momento de entusiasmo por el tema. No sirve de nada hacerlo desde un lugar de resignación o de culpa.

Segundo: establecer claramente las reglas (y cumplirlas)

Hay muchas maneras de abrir una pareja: sólo para relaciones sexuales, para relaciones sexo afectivas, románticas, compartiendo detalles, respetando la privacidad del otro -Ru Paul decía que no le importaba que su pareja tuviera otros amantes pero que le parecía de mal gusto hablar de eso durante la cena- o vivirlo como una forma de 'avivar el fuego'. De hecho hay tantas maneras de abrir una relación como parejas en el mundo. Pero la segunda conversación imprescindible debería ser común a cualquier proceso: se trata de establecer la reglas y cumplirlas. Si se decide que sea solo un tema de sexo, se respeta. Si se acuerda contarlo todo, se cuenta todo. Si se ha quedado en no hacer preguntas, no se hacen preguntas. El tema es tener esos acuerdos claros. Y a ese respecto, la edad suele ser una ventaja puesto que las parejas suelen conocerse ya mucho, han pasado por mil vicisitudes y saben que no tienen tiempo que perder en intentar engañar al otro. Por el contrario, se puede ser más expeditivo a la hora de zanjar asuntos espinosos.

No cumplir con una o ambas conversaciones, es una condena casi segura al fracaso. Como dice la psicóloga Ferreiro: "Si hay sufrimiento o celos, no tiene sentido la relación abierta. En terapia he visto, personas que han abierto la relación, lo han pasado fatal y han vuelto a cerrarla".