Will Smith y su mujer, Jada Pinkett-Smith, han sido uno de los primeros matrimonios en reconocer que mantienen una relación abierta. "Sentíamos que nos hacíamos infelices el uno al otro y que podíamos solucionarlo con otras personas", ha explicado el actor. En España, Juan del Val y Nuria Roca también han sugerido alguna vez que ven a otros hombres y mujeres. "Sentirse vivo" es una de las razones esgrimidas por el autor de 'Delparaíso'.
La pregunta es si esta 'apertura' no se queda en una parte pequeña de la sociedad, en esa que permanece en la periferia de las estadísticas. Pero parece que no. Un informe de la plataforma de citas Ashley Madison afirma que las relaciones abiertas existen y se aceptan.
Según este informe, una de cada cinco mujeres pide abrir la relación, algo que puede resultar lógico sabiendo que el 65% de las mujeres no llega al orgasmo con sus maridos. Sorprendentemente, una mayoría abrumadora de todas las generaciones coinciden en que estarían dispuestos a tener una relación no monógama consensuada con su pareja.
¿Cuántas de esas personas ya ha hecho la propuesta? Un 24% de los baby boomers o mayores de 50 ya lo han hecho. "Podemos estar ante un cambio de paradigma", advierte la psicóloga y terapeuta sexual Lara Ferreiro, con quien hemos hablado para conocer todo lo que rodea a las parejas abiertas. Spoiler: abierta no significa sin reglas.
¿Qué causas puede haber para pedirle a tu pareja 'abrir' la relación?
La primera es la falta de deseo sexual, esto es un clásico. O distinto deseo sexual. Si a una persona le apetece mucho el sexo y a otra persona no tanto, esa persona va a abrir solo en lo sexual, porque hay dos tipos de apertura: la emocional y la sexual. El segundo motivo sería aburrimiento o monotonía, lo que produce el deseo de vivir nuevas aventuras.
¿La falta de erótica en la pareja habitual no está dentro de los motivos?
Sí, precisamente el tercer motivo sería falta de erotismo. El cuarto podría ser insatisfacción crónica en la pareja: no estás satisfecho, pero tienes miedo a romper y decides abrir la relación. A veces también se produce por una falta de conexión emocional y falta de empatía hacia el otro o hay carencias en la relación.
¿Siempre hay un algún problema detrás?
Hay un tipo que he visto en terapia: gente que está fenomenal en la pareja, tanto a nivel emocional como sexual, pero son ambiciosos, quieren más. Quieren probar diferentes estímulos, aunque la satisfacción sea buena. También hay un tipo de pareja abierta por ideología; es decir, no consideran la monogamia como la única vía de mantener una relación estable y sana. También puede pasar que uno de los dos no esté interesado en el sexo y abre la relación unilateralmente.
¿Hay un perfil concreto común a las parejas abiertas?
En estas parejas suele haber un líder o una líder y, luego, la seguidora o el seguidor. Esto significa que hay uno de los dos que suele liderar la idea, es el que quiere abrir la relación. La otra parte, por miedo a perderle, sigue a la otra parte. Aquí es donde veo que comienzan los problemas: hay gente que, como no lo tiene del todo claro, se arrepiente y sale todo mal.
Existe otro perfil, el que quiere nuevas experiencias, corresponde a gente muy abierta, dinámicas, vivas e inquietas. Luego, hay dos perfiles menos agradables: el perfil narcisista, es aquel que solo piensa en sí mismo y cree que cuantas menos personas en si vida, mejor. Tiene parejas para inflar el ego. Por último, está el perfil inseguro: por miedo a que le dejen sus parejas, busca alternativas a nivel inconsciente.
¿Y si tuvieras que elegir la característica más importante?
Las personas que tienen relaciones abiertas, normalmente, se priorizan mucho a sí mismas.
En una relación abierta, ¿lo viven igual los dos miembros de la pareja?
No. Este es el punto interesante. Es muy raro el perfil en el que ambos están de acuerdo y lo tienen clarísimo. Lo que encuentro es que está el líder y el seguidor. Ambos tienen que tenerlo claro porque si no, alguien va a sufrir. Por supuesto, habría que tener una comunicación super sincera, conocer las expectativas de ambos para evitar el sufrimiento porque se trata de disfrutar, no de sufrir.
¿Hay diferentes grados de apertura o solo hay un modelo de pareja abierta?
Se trata de un acuerdo entre la pareja y puede haber diferentes gradaciones. Se puede acordar, por ejemplo, compartir alguna fantasía. Cuando estás haciendo el amor puedes expresar verbalmente que te gustaría hacer un trío con otra persona, pero los dos saben que eso no va a ocurrir. También puedes acordar que sí al sexo, pero no a las relaciones emocionales. Depende de cada pareja...
¿Y en ese acuerdo puede ocurrir que alguien sufra? ¿Qué hay que hacer entonces?
Si una persona sufre, tiene que hablar con la pareja y sincerarse. ¿Quiere o no estar en una relación abierta? Si es que no porque le hace daño, o bien vuelven a la monogamia o bien pactan nuevas normas o bien dejan la relación. Si hay sufrimiento o celos, no tiene sentido la relación abierta. En terapia he visto, personas que han abierto la relación, lo han pasado fatal y han vuelto a cerrarla.
¿Hay circunstancias vitales que nos pueden empujar a una relación abierta?
Por ejemplo, puede decidirse abrir la relación por una enfermedad en la que no haya posibilidad de tener relaciones sexuales con la pareja. Otro caso es que haya diferente grado de deseo sexual. Si mi pareja quiere todos los días y yo, una vez al mes, hay una descompensación. También tuve un caso en el que abrieron la relación porque él vivía en Estados Unidos y ella en Europa pensaron que era bueno abrir la relación solo sexualmente. En ese caso, acordaron que solo podía ser una noche y no repetir. Él quería muchos detalles y ella no. La monotonía es otra circunstancia importante. Suele abrirse a los cinco o siete años, cuando la pareja comienza a aburrirse.
En tu experiencia, ¿cuál es la evolución de las parejas abiertas?
Una sería volver a cerrar la relación porque ven que no funciona. Otra, dejar la relación y seguir siendo abiertos. Lo más habitual, sin embargo, es cerrar la relación. Las que permanecen abiertas tienen que revisar las reglas. Una paciente le dijo a su pareja que abrieran la relación. Lo hicieron y él se terminó enamorando de otra. Ella ha estado en terapia un año pasando el duelo y se arrepiente de haber propuesto la idea.
Para Lara Ferreiro, tener una pareja abierta no significa que no existan las reglas. Al contrario, deben establecerse unos límites si lo que se busca es proteger a la pareja principal. Según la terapeuta, estas serían las principales: