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Fresas con chocolate. Erotismo en estado puro. Bocado jugoso y agridulce. Ejemplo de… ¿afrodisíaco? Pese a que no hay estudios concluyentes sobre la efectividad científica de estos estimulantes naturales, sí que suelen asociarse con el placer sexual. ¿Quién no ha odio hablar del poder de la canela o el coco? Hablamos con Raquel Graña, sexóloga de 'Íntimas Conexiones' para que nos cuente cuáles son las comidas que, por su forma, sabor o aroma, más nos pueden excitar y por qué.
"Resultan afrodisíacos por sus componentes, al mejorar o aumentar el flujo de sangre, reducir el estrés, mejorando el estado de ánimo, aportando nutrientes o afectando de forma positiva a los neurotransmisores del cerebro", explica Graña.
Ya Madame de Pompadour en el siglo XVIII utilizaba este alimento para estimular sus relaciones con Luis XV, según reza la leyenda. Y a día de hoy sigue considerándose el afrodisiaco por excelencia. El chocolate tiene feniletilamina, un estimulante natural que estimula la liberación se serotonina en el cerebro, lo que desencadena una sensación de bienestar y relajación que nos predispone a mantener relaciones sexuales más satisfactorias.
"Es el más conocido pero hay que tener en cuenta que su poder está relacionado con su pureza, cuanto más puro, mejor. Si hablamos de raíces, hay dos que tienen un poder similar, son el ginseng y la maca", apunta la sexóloga.
A cucharadas, disuelta o incluso mezclada con aceite para masajes. Según un estudio publicado en 'Journal of Agricultural and Food Chemistry' esta especia tiene linalool, una sustancia que reduce el estrés. Y, aunque carece de rigor científico demostrado, se asocia con el aumento de la libido.
"Es un sustitutivo del azúcar y además mejora el deseo sexual. No solo cuando la ingerimos sino también cuando la olemos. Su aroma también resulta excitante para muchas personas", aclara Graña.
En su justa medida. Desde Platanomelón nos explican que los antioxidantes de esta bebida aumentan el flujo sanguíneo hacia los genitales. Además desinhibe el córtex frontal (que es la parte del cerebro que nos inhibe) y por eso estamos más sueltos.
Pero mucho cuidado con las cantidades. Un nivel de alcohol elevado suprime el sistema nervioso central, lo cual disminuye la excitación y la respuesta sexual. Digamos que tus sentidos y tu cognición están un poco desenfocados y no muy receptivos, pero si no te pasas, puede favorecerte en cuanto al deseo sexual.
Sabor a mar, textura y apariencia sugerente. Es el alimento con más contenido en zinc de la naturaleza, un mineral relacionado con el deseo que favorece la producción de testosterona, en el caso de los hombres, y de prolactina en las mujeres.
Sin embargo, las propiedades estimulantes de este molusco se deben a su parecido con el órgano sexual femenino. "Este alimento depende mucho de la persona. A muchos les genera un aumento brutal del deseo, mientras que a otros les repelen”. Su sabor, definitivamente, no es para todos.
No necesitan explicación. Son la mezcla perfecta. Frescor, humedad, jugosidad. Un acierto seguro. Además de ser una fuente importantísima de nutrientes, aquí entra en juego, más que en ninguna otra ocasión, el contexto.
"El lugar en el que nos encontremos, la forma de comerlas, con qué las acompañemos... La situación en general es lo que realmente genera el deseo sexual con estos alimentos”, apunta la sexóloga. No es lo mismo en el comedor del trabajo que en una cena íntima, acompañado de una copa de champán.
Además de ingerirlos, algunos de los afrodisiacos más poderosos funcionan con el olfato, como hemos visto antes con la canela. Por eso, otra opción a la hora de emplearlos es en masajes de aromaterapia.
"Los aceites afrodisíacos ayudan a estimular la circulación, producir la liberación de endorfinas, reducir estrés (como el insomnio) y a darte beneficios terapéuticos provocando excitación. También, favorecen la respiración y la circulación sanguínea, ayuda a la eliminación de toxinas fortaleciendo la energía vital provocando un gran bienestar", nos explican desde TreatWell.