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El debate se reaviva cada cierto tiempo desde que empezáramos a convivir con el Coronavirus SARS-CoV-2 .¿Cómo tener relaciones sexuales seguras en el plano del contagio? La sexualidad, como todo en estos tiempos, se enrarece. Y organismos y entidades internacionales plantean a los ciudadanos guías para una práctica que les exponga lo menos posible ante la Covid-19. El último ha sido Canadá, cuya máxima responsable de salud pública, la doctora Theresa Tam, ha proporcionado una serie de medidas “especialmente para aquellos sin una pareja íntima con la que convivan o cuya pareja sexual tiene un mayor riesgo de Covid-19”. Entre ellas, la que más debate ha generado: "Evitar besarse y el contacto cara a cara o la cercanía física -considere usar una mascarilla que cubra nariz y boca-".
La recomendación de sexo sin beso ni mascarillas la lanzaron antes desde el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York, la entidad benéfica británica The Terrence Higgins Trust o Francisco Cabello, director del Instituto Andaluz de Sexología. Y han trascendido incluso al plano gráfico: véase el ‘coronasutra’. Pero más allá de la conversación encendida, lo cierto es que a estas alturas de 2020 queda claro que toca replantearse (también) de qué manera abordar las relaciones sexoafectivas. "Esto es especialmente complicado cuando el inicio de una relación sexual casi siempre suelen ser los besos", apunta a Uppers Carme Sánchez, responsable de Psicología Clínica y Sexología del Instituto de Urología Serrate & Ribal en Barcelona.
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"Lo que dice la Dra. Tam es lo que tiene y lo que debe decir desde el plano de la salud pública. Es lo más responsable. Desde el plano de la erótica, sin embargo, se hace raro. De esta forma vamos al grano, no nos tocamos demasiado, se pierde una parte importante de la relación sexual", cuenta Sánchez. Ahí es donde entra en juego la responsabilidad individual. Como señala la sexóloga, el nivel de compromiso puede tambalearse cuando pasamos del plano social (ir por la calle sin mascarilla, que implicaría ser visto y una multa) al plano íntimo. Ahí es donde estaría la dificultad: encontrar un equilibrio en la práctica responsable y el disfrute.
"Si elige participar en un encuentro sexual en persona con alguien de fuera de su hogar o de su círculo de contactos cercanos, el paso más importante es establecer una relación de confianza con su pareja sexual", afirma Theresa Tam. Que la conversación fluya y los términos en los que se va a tener la relación estén claros es también una forma de hacerla segura. Otras recomendaciones de la doctora, más allá de las mascarillas y la ausencia de besos son: monitorearse para detectar síntomas de Covid-19 y no tener relaciones sialguno tiene síntomas, limitar el consumo de alcohol y otras sustancias para poder tomar decisiones seguras, conocer si la otra persona está en algún grupo de riesgo o darlo a conocer si es tu caso. Todo ello bajo una práctica segura en términos de ETS (con preservativo).
“La evidencia científica actual indica que existe una probabilidad muy baja de contraer el nuevo coronavirus a través del semen o los fluidos vaginales. Sin embargo, incluso si las personas involucradas no tienen síntomas, la actividad sexual con nuevas parejas aumenta su riesgo de contraer o transmitir Covid-19 a través del contacto cercano, como es el caso de los besos”, explican desde el Departamento de Salud Pública canadiense. La práctica sexual que menos riesgo implica, apuntan entonces, "es aquella que te incluye a ti mismo", la masturbación. O como añade la sexóloga Carme Sánchez y coinciden otros expertos sanitarios: practicar sexting.
Durante el tiempo de confinamiento en España, Sexplace revelaba que el 68% de los 2.500 usuarios encuestados a través de su web había practicado algún tipo de juego erótico online, de los cuales un 71% reconocía haberse iniciado en ello precisamente durante este tiempo. Aprovechando que esos cauces se han abierto en muchos casos o se han normalizado en otros, Carme Sánchez sugiere formas seguras como sexo online por chat o videollamada, envío de vídeos, fotos, masturbación individual sin contacto y guardando distancia, usando juguetes. O como recomendaban desde el Departamento de Salud de Nueva York: "Échenle imaginación".
Conocer a nuevas parejas sexuales se complica, los encuentros pueden resultar extraños y los miedos y fobias también pueden acabar pasando factura. Por eso, reflexiona Carme Sánchez, además de buscar relaciones seguras respecto al contagio, en las que la comunicación e información fluyan entre las diferentes partes, se debe que poner atención también en el plano emocional, buscando la comodidad y el disfrute. "Estamos en tiempos en los que la incertidumbre también es sexual".