¿Has soñado alguna vez con dormir en un castillo? ¿Te gustaría despertarte y sentirte como un auténtico rey? Si es tu caso, estás de suerte. Y es que en nuestro país no solo contamos con una gran cantidad de castillos que reflejan nuestro pasado medieval, sino que algunos de ellos están tan bien conservados que sirven de hotel.
Según los últimos datos de la Asociación Amigos Castillos de España, en nuestro país hay actualmente 10.353 castillos, que se dice pronto. De estos, unos cuantos se encuentran integrados en la red de Paradores de Turismo de España, una cadena hotelera de titularidad pública creada en 1928 que tiene como único accionista a la Dirección General de Patrimonio del Estado.
Actualmente, Paradores gestiona alrededor de un centenar de hoteles en toda España. Y de estos, al menos dieciséis están en viejos castillos, así que si estás pensando en organizar un viaje en el que sentirte como un auténtico rey, toma nota: estos paradores podrían ser el hotel que estás buscando.
Ubicado en la provincia de Barcelona, este parador fue construido en el siglo IX sobre un promontorio desde el que se puede contemplar la villa que le da nombre. Dentro, alberga una iglesia del siglo XI y la Torre Minyona, una torre medieval que data del siglo XI y uno de los grandes atractivos turísticos de Cardona.
Ubicado en la provincia de Pontevedra, a poco más de media hora de Vigo, el Parador de Baiona puede presumir de ubicarse en uno de los enclaves más bonitos y turísticos de toda la provincia. Este parador, que fue adquirido por el estado en la década de los 60 y convertido en parador, se alza en la península de Monterreal y cuenta con un perímetro amurallado heredado del antiguo castillo de Monterreal que se puede recorrer a pie mientras se disfrutan de las maravillosas vistas del mar.
También en Galicia, este parador se ubica en la provincia de Orense y fue construido en el siglo XII por Alfonso Henríquez. Con unas de las mejores vistas de la zona, en el parador ofrece a los clientes la opción de alojarse tanto en el antiguo Palacio de los Condes, que consta de siete habitaciones, como en la Casa Rectoral, que consta de cinco habitaciones, y alberga una iglesia del siglo XIII: la Iglesia de Santa María de Gracia.
Otro parador que también se ubica en Galicia es el parador de Vilalba, un impresionante torreón medieval que se alza en la provincia de Lugo y que conserva el legado del medievo gallego, con seis habitaciones en las que se mantiene intacto este estilo.
Ubicado en la provincia de Zamora, en uno de los nudos de comunicación más importantes de España, el parador de Benavente se asienta sobre los restos del antiguo Castillo Palacio de los Condes de Benavente, una fortaleza que comenzó a construirse en el siglo XII y que fue ampliada durante los siglos XIII, XIV y XV por sus respectivos ocupantes. Del castillo, al parador mantiene su Torre del Caracol, una construcción de estilo renacentista.
Ubicado en la provincia de Tarragona, en la parte más alta del municipio de Tortosa, se encuentra este parador, que se alza sobre el impresionante castillo de la Zuda. Construido entre los siglos IX y X, el castillo, junto a las murallas y las fortificaciones, es uno de los siete tesoros del Patrimonio Cultural de Tortosa.
Conocido como el castillo de Carlos V, el parador de Hondarribia se ubica en la provincia de Guipúzcoa y data del siglo X. Convertido en un referente turístico del norte de nuestro país, en este parador podrás sentirte como en una auténtica fortaleza medieval y disfrutar de unas maravillosas vistas de la costa.
Ubicado en Teruel, este castillo-convento de los siglos XII y XIII corona el pueblo de Alcañiz, por lo que ofrece unas vistas maravillosas a todos sus huéspedes. De su pasado medieval, se conserva su torre del homenaje, su campanario, su sacristía y una sección convertida en palacio, así como el recinto amurallado.
Construido entre los siglos XIII y XIV, este palacio-castillo ha sido declarado Monumento Nacional y está considerado como uno de los grandes referentes del gótico civil de Navarra. En él, los huéspedes podrán contemplar vidrieras, arcadas y otros elementos propios del medievo.
Ubicado en la provincia de Salamanca, este parador se eleva sobre el bonito pueblo de Ciudad Rodrigo, una localidad declarada Conjunto Histórico Artístico que ofrece una maravillosa arquitectura de origen romano y medieval. De él destaca su elegante Torre de Homenaje, desde la que se pueden disfrutar de unas maravillosas vistas a los paisajes del Campo Charro.
Ubicado en la provincia de Guadalajara, este parador se ha construido sobre un castillo medieval del siglo XII instalado en una alcazaba árabe y edificado sobre un asentamiento romano. A lo largo de su historia, el parador ha sido residencia de obispos, cardenales y reyes.
En la provincia de Badajoz se alza el parador de Zafra, un castillo-palacio que comenzó a construirse en 1437 y que ha sido residencia de los duques de Feria. De él destaca su fachada y de su patio renacentista, en el que los huéspedes podrán disfrutar del entorno monumental y los parajes de la zona.
En Cáceres, en el centro del vergel de La Vera y el Tiétar, se encuentra el parador de Jarandilla de la Vera, un castillo-palacio que data del siglo XIII y que durante un tiempo sirvió de residencia para el Emperador Carlos V. Sus torreones, su patio de armas y su piscina con olivos y naranjos lo convierten en un lugar ideal para pasar unos días.
El parador de Jaén se alza en la cumbre del Cerro de Santa Catalina y ofrece unas maravillosas panorámicas de toda la ciudad. Construido sobre un castillo del siglo XVIII, el parador es una muestra del renacimiento andaluz.
Ubicado en Alarcón, un pueblo declarado Conjunto Histórico Artístico por su belleza y su armonía, este parador es un castillo con más de trece siglos de historia que se alza en lo alto del peñasco Pico de los Hidalgos. Bordeado por una muralla y enclavado al lado de un embalse que lleva el mismo nombre, el parador ofrece unas maravillosas vistas.
Ubicado en la provincia de Toledo, el parador de Oropesa está formado por dos castillos: el primero data de los siglos XII y XIII y fue obra de los árabes, mientras que el segundo se construyó en 1402 para servir como residencia de los Álvarez de Toledo, los condes de Oropesa. Se trata del primer parador monumento de la cadena pública.