Cinco monasterios para buscar el silencio y hallar el descanso

  • El silencio tranquiliza la mente, elimina la ansiedad, desarma las actitudes agresivas y predispone al descanso

  • Hace más de 2.000 años que monjes de todas las confesiones y sabios de todas las culturas practican el silencio como parte de su rutina de bienestar

  • Si quieres hallarlo y disfrutarlo, no hace falta entrar a ninguna orden religiosa, pero sí hacer algo de vida contemplativa en uno de los cinco monasterios que te proponemos

Son muchos los estudios que hablan de los beneficios del silencio: tranquiliza la mente, elimina la ansiedad y desarticula las actitudes agresivas. El silencio, combinado con la naturaleza, nos predispone, además, al descanso. Hace más de 2.000 años que monjes de todas las confesiones y sabios de todas las culturas practican el silencio como parte de su rutina de bienestar.

¿Pero hay algo más difícil de lograr que el silencio? Vivimos entre tantos estímulos que encontrar un entorno silencioso es una especie de Santo Grial. Si quieres hallarlo y disfrutarlo, no hace falta entrar a ninguna orden religiosa, pero sí hacer algo de vida contemplativa. Si te decides, estos cinco monasterios pueden ser lo que estás buscando.

Convento de las Monjas Trinitarias de El Toboso (Toledo)

Fundado en 1680 por la Venerable Ángela María de la Concepción en El Toboso, mundialmente famoso por su vinculación al Quijote, este convento de monjas de la orden trinitaria -la ONG del Siglo de Oro español- acoge una hospedería mixta con habitaciones dobles e individuales.

Por algo más de 40 euros al día, los visitantes podrán disfrutar de una estancia en pensión completa. Dispone de sala de reuniones, por los que es posible celebrar reuniones de grupo. Además de disfrutar del silencio y del ambiente apacible del convento, El Toboso ofrece una amplia oferta cultural, entre las que destaca La casa de Dulcinea o el Museo de Don Quijote, donde hay reproducciones de la obra de Cervantes provenientes de todo el planeta.

Santo Domingo de Silos (Burgos)

Santo Domingo de Silos es otro de los espacios donde disfrutar del silencio. El conjunto está compuesto de dos monasterios yuxtapuestos en torno a dos claustros, la iglesia y la zona de las celdas. También cuenta con una impresionante botica del siglo XVIII y una biblioteca con más de 160.000 títulos. Por si no bastara, el claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos es una de las obras maestras del románico español.

Tan solo los varones pueden alojarse en este monasterio, perteneciente a la orden de los dominicos, grandes maestros en las cátedras de teología, filosofía, arte y sagrada escritura. Los huéspedes podrán decidir asistir o no a la oración, aunque sí que deberán cumplir con los horarios de comedor, respetar el clima espiritual de la comunidad y no estar más de ocho días alojado. Como colofón, tendrán la oportunidad de presenciar los oficios en canto gregoriano.

Buenafuente del Sistal (Guadalajara)

El monasterio de Buenafuente del Sistal se ha convertido en otro de los refugios destinados a hallar el silencio y a practicar el autoconocimiento a través de la vida contemplativa.

A Sistal pueden acudir tanto hombres como mujeres. No es obligatorio participar activamente en los actos litúrgicos de las monjas, pero tampoco se permite ninguna liturgia o cultos paralelos. Según sus responsables, "Allí se podrá encontrar esa sintonía necesaria y el apoyo sincero y profundo que se precise para afrontar situaciones personales de todo tipo o para madurar en la fe".

Santa María de Huerta (Soria)

Si te interesa tener una experiencia de silencio y espiritualidad, de vida sencilla en armonía con uno mismo y con lo que nos rodea, el monasterio de Santa María de Huerta ofrece esta posibilidad a través de dos maneras. En la primera se trata de vivir como los monjes. No se pide aportación económica, pero sí participar de las actividades monacales y de la oración. Esta opción está reservada solo para hombres de hasta 55 años.

La segunda opción es acudir a la hospedería monástica. No es un hotel, pero pretende dar un servicio adecuado para que el huésped pueda alcanzar paz y tranquilidad. Dispone de 17 habitaciones con baño propio. La estancia máxima (salvo excepciones), será de ocho noches y mínimo de dos, todo ello por 40 euros por persona y noche.  

Santa María de El Paular (Madrid)

Hasta marzo de 2011, el Monasterio de El Paular, fundado en el siglo XVI por la orden benedictina, ha contado con una hospedería solo para varones, empleando unas habitaciones integradas en la zona de clausura de la comunidad. Ahora, el monasterio cuenta también con un grupo de habitaciones, fuera de la clausura, donde acoger tanto a hombres como a mujeres que deseen compartir una experiencia monástica.

La experiencia permite conocer por dentro la vida del monasterio. Para ello es importante que los huéspedes respeten una serie de normas de obligado cumplimiento. Uno de los propósitos de la hospedería es que los huéspedes puedan conocer íntimamente la vida contemplativa, por lo que es necesario acudir a tres de la horas monásticas más importantes del día: Laudes a las 8 de la mañana, Sexta a las 2 de la tarde y Vísperas a las 8 de la noche.