Es probable (bastante) que sigas arrastrando cierta resaca, emocional y de la otra, de la Nochevieja. Entre la comilona, las copas, el trasnochar y que es posible que hayas echado más de un baile, el cuerpo no está recuperado al 100%. Pero toca ir volviendo poco a poco a la normalidad, aunque todavía quede por delante el día de Reyes, que pondrá fin a estas fiestas. No obstante, si pensabas que la Navidad ha llegado a su fin estás equivocado, porque en algunos lugares se alarga y se vuelve a celebrar el año nuevo, como en un pueblo en lo más profundo de Suiza.
Se trata de Appenzell, un pueblo de unos 7.000 habitantes que, entre sus peculiaridades, viven más vacas que personas o es el lugar de origen del queso Appenzeller. Pero hay una más, el 13 de enero se vuelve a celebrar la noche de fin de año. ¿Por qué? Te contamos todo sobre las peculiaridades de este pequeño pueblo suizo.
En esta época la localidad suele estar llena de nieve y aprovechan para celebrar una segunda Nochevieja el 13 de enero, una tradición que se remonta un par de años atrás, a 1663. Ese día, varios grupos de personas se visten con los trajes típicos y parando en las puertas de las casas para entonar cantos devocionales.
¿Por qué lo hacen así? Pues se debe a la reforma del calendario gregoriano en el siglo XVI por el que celebramos el 31 de diciembre el nuevo año. Pero si nos fijamos en el calendario juliano, el 13 de enero es cuando se celebra. De ahí que en este pueblo sigan las dos tradiciones, con Nochevieja por partida doble.
Su otro gran encanto es el queso Appenzeller, que cuenta con una receta secreta que solo conocen dos personas en el mundo, solo ellos saben la cantidad exacta de salmuera con la que hay que frotar su corteza. Tanta es su importancia, que estas personas nunca viajan juntas, ya que el origen se remonta a un documento de 1282 con una salmuera especial que tiene diferentes hierbas, hojas o raíces.
Es un queso espectacular, por lo que nada mejor que degustarlo en el propio lugar de origen donde las vacas pastan por los campos alimentándose de hierbas naturales. Es más, dependiendo de la época del año, al cambiar su alimentación, el queso adquiere una tonalidad u otra de amarillo. ¿Te animas a pasar una segunda Nochevieja en la que el queso sea el protagonista?