Interrail es un pase personal e intransferible, que puede ser adquirido y utilizado por personas de cualquier edad residentes en la mayoría de los países europeos. Este billete de tren te permite descubrir más de 40.000 destinos en 33 países europeos, viajando en tren, en primera o segunda clase, o en barco (entre Italia y Grecia). Tradicionalmente siempre se ha pensado que era algo para jóvenes, para mochileros, universitarios recién graduados o cualquiera con ganas de vivir aventuras sin preocuparse demasiado del destino o de dónde dormir esa noche.
Pero los tiempos cambian, y viajar en tren ya ha dejado de ser algo incluso mal visto por los más mayores, precisamente, los mismos que antes protagonizaban o protagonizábamos largos viajes buscando distintas experiencias en el “caballo de hierro”. Precisamente, muchos de los que ahora tenemos más de 45 años estamos esperando el momento de liberarnos de la educación de nuestros hijos o ayudarles con los nietos, para poder revivir aventuras pasadas buscando rememorar sensaciones que, sin duda, nos harán rejuvenecer.
Viajar en tren es seguro, es cómodo, la red ferroviaria europea es enorme, puedes llegar a casi cualquier parte. Las formalidades para subir y bajar son infinitamente menos tediosas que en el avión, se disfruta de un paisaje en permanente cambio desde la ventanilla, verás cosas que te perderías en cualquier otro medio de transporte… en fin, ventajas ilimitadas, aunque a veces, si no sacas determinados billetes con tiempo, el coste puede ser más elevado de lo que pensábamos. Ojo a los días valle o menos transitados, fuera de temporada, que nos ayudarán a ahorrar un buen puñado de euros.
Las sensaciones serán iguales o parecidas, da igual tener 60 o 20 años, tampoco ha variado mucho la forma de viajar, pero con la experiencia que atesoramos a día de hoy, es necesario tener en cuenta algunos tips para viajar cómodo y seguro por Europa, sin gastar mucho, y volviendo a acumular experiencias y momentos inolvidables que nos acompañarán el resto de nuestras vidas. ¿¡Arrancamos!?
Está claro que los 18 años están atrás. Cada vez nos gusta menos viajar a la aventura y, por eso, conviene planear fechas, distancias, destinos, lugares de pernocta, tiempo en cada lugar, qué visitar, dónde descansar, dónde apurar, dónde darse un capricho… es ley de vida.
1 Debemos aceptar que no nos va a dar tiempo a verlo todo, debemos ser conscientes de que hay que seleccionar y sacrificar lugares y destinos. La palabra “priorizar” se convierte en la clave de nuestros días y en el norte que nos debe guiar desde que ponemos el primer pie en el tren.
2 Los momentos de viaje en el tren son ideales para descansar, pero también para planificar, preparar más concienzudamente la ruta del día siguiente, documentarse bien de todo lo relativo a ese país o esa ciudad. Sin estreses, pero que no nos pillen en fuera de juego… y el “tracatrá” del tren es una música de fondo perfecta para ir leyendo la guía de viaje del siguiente destino.
3 Ojo con los viajes nocturnos. Es cierto que se gana tiempo, pero si no tenemos un lugar de descanso, para dormir, digno, limpio, ventilado, cómodo, el descanso se convertirá en un infierno y es lo peor para afrontar, al día siguiente, una apretada agenda de visitas y pateo.
4 Atención al dinero y los presupuestos hechos con antelación. Hay que ser flexible, cierto, pero vigilar y no perder de vista la salida de dinero en el día a día puede ahorrarnos algún problema al final. Y si hablamos de dinero, ojo siempre a los carteristas y a los que aprovechan cualquier descuido para limpiarte la maleta. Lleva lo imprescindible, diversifica sitio para guardar los distintos billetes y no dudes en utilizar en cajero de cuando en cuando para no llevar todo el dinero en efectivo contigo.
5 Equipaje. Aquí, cada uno tiene sus trucos, pero sabes que menos, es más. No tengas miedo a meter poca cosa en la maleta. Sabes que en algún sitio no te vas a resistir a esa gorra, esos guantes, esa bufanda o esa camiseta chula. Y eso aumenta la carga. Deja espacio libre por si acaso, no te arrepentirás.
6 Comer en el tren también es más cómodo y económico que en un restaurante o en un hotel. No siempre tienes que verte obligado a acudir al vagón restaurante o a la cafetería, generalmente, bastante caros. Con un poco de previsión y provisión de viandas antes de subir, puedes disfrutar de un picnic de tu entera elección con comodidad, sin restricción de tipo de alimento o bebida.
7 No dudes en buscar, antes de emprender el viaje, todos los descuentos que tienen las distintas compañías para adultos y mayores de “equis” años -varían en cada país y compañía-. Si viajas en grupo, aunque sea pequeño, ahorrarás de lo lindo. Para que te hagas una idea, el Eurostar de Londres a París, puede salirte por 234 euros si compras el billete un par de días antes… o sólo 55 si te haces con el ticket con seis semanas de antelación.
8 Si te animas, no dudes en documentarte antes y reservar tus traslados y viajes en webs como goeuro.com, trainline.eu, raileurope.com o loco2.com, especialmente este último si saltas a Gran Bretaña. Si tienes más de 60 años, no olvides sacarte la Rail Plus Senior. Avisado estás.
9 Yo, personalmente, apostaría por una de estas dos opciones: el Global Pass, si sabes cuántos días vas a viajar en uno o dos meses: ¡Sale a cuenta si tienes claro qué mundo quieres ver! O el conocido y veterano Interrail, que tiene 4 modalidades que se ajustan a tu edad: niño, joven, adulto o sénior, cada uno con un coste.
10 ¡Buen viaje!