El Acueducto y la Ciudad Vieja de Segovia son Patrimonio Mundial de la Unesco. Luchan contra el devastador efecto del paso del tiempo, pero también frente a actos, muchas veces inconscientes, que los dañan innecesariamente como subirse a un sillar por una foto o introducir una misiva entre las juntas en señal de “un amor verdadero”. En su papel protector, las Administraciones han estado barajando nuevas sanciones incluyendo una por apoyarse en los monumentos. En Uppers vamos a revisar cuál es la multa por apoyarse en el Acueducto de Segovia.
Es cierto que en un principio, el borrador del nuevo régimen sancionador, que empezó a tomar forma en 2018, incluía la acción de “apoyarse” en el Acueducto y en cualquiera de los muchos monumentos que comprenden todo el conjunto de la Ciudad Vieja de Segovia. Sin embargo, según fuentes de la administración, tipificar el hecho de apoyarse en un conjunto monumental como una acción que puede ser multada es realmente complicado.
De este modo, al final, la nueva norma que se ha publicado en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) no ha podido prohibir el hecho de apoyarse para realizar ciertos ejercicios o estiramientos o simplemente para descansar. En ese borrador inicial lo que se pretendía es que los ciudadanos y los visitantes fueran conscientes de la necesidad de conservar el patrimonio cuya situación llega a ser delicada en muchos casos. Tocar la piedra día tras día ya supone una agresión para los materiales y pone en riesgo su conservación.
El 11 de marzo pasado entró en vigor la modificación de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana del Ayuntamiento de Segovia que tiene el objetivo de reforzar la protección del Acueducto y del patrimonio histórico de la ciudad. En los medios de tirada nacional se hizo hincapié en esa supuesta posible multa por apoyarse en el Acueducto, pero, definitivamente no se ha introducido como tal.
En la elaboración del borrador inicial que data de 2017 también se propuso catalogar como infracción leve “utilizar el arco más bajo de doble arcada como lugar de estancia para realizar cualquier actividad, almorzar, descansar…” o “utilizar el entorno de protección para alimentar a las palomas”. Todos estos actos, expresados con estas palabras, pretendían prohibirse, no obstante, se han tenido que tipificar de otro modo.
Como puntos más destacables, la nueva norma sanciona con una multa que oscila entre los 1.500,01 euros y los 3.000 euros en caso de realizar grafitos, pintadas, manchas, garabatos, escritos, inscripciones, grafismos o rayajos en las superficies de cualquiera de los edificios de la Ciudad Vieja de Segovia y su Acueducto. Con estas cantidades también se multa el lanzamiento de cualquier tipo de objeto o residuo orgánico o el vertido de cualquier sustancia líquida sobre los monumentos protegidos, por tanto, aquí podría incluirse la prohibición de alimentar a las palomas o que un perro haga sus necesidades en los sillares del Acueducto.
Igualmente es sancionable hasta en 3.000 euros las acciones de tirar, depositar o verter objetos, residuos o sustancias en el canal del Acueducto de Segovia o acceder a su parte superior y su canal sin autorización municipal. En esas cuantías también se sanciona escalar, subir, trepar, descolgarse o cualquier otra acción similar en dicho monumento.
Por otro lado, la nueva ordenanza multa con cantidades que empiezan en los 750,01 euros y pueden ascender hasta los 1.500 euros si se depositan objetos o residuos orgánicos o inorgánicos sobre estos monumentos, se dejan junto al Acueducto materiales o herramientas de obra, escombros o similares o se introducen papeles, restos orgánicos, colillas, envoltorios, desechos o cualquier tipo de residuos entre las juntas de los sillares.
El Acueducto forma parte del patrimonio nacional y mundial. Una vez terminada su construcción se convirtió en uno de los más importantes de la época romana. La intención era abastecer de agua la ciudad de Segovia aprovechando el cauce del río Acebeda. Los expertos lo datan en la época de los Flavios, entre la segunda mitad del siglo I y comienzos del siglo II.
Al mando del Imperio Romano en el año 69 estaba Tito Flavio Vespasiano, bajo el nombre de Emperador César Vespasiano Augusto, hasta que concluyó su reinado en el año 79. La construcción del Acueducto concluyó bajo el mandato de Marco Ulpio Trajano, al que consideran uno de los mejores emperadores romanos. Es evidente que un testigo tan imprescindible del pasado de la humanidad como el Acueducto junto al conjunto histórico monumental de la ciudad debe seguir protegiéndose adaptando las ordenanzas en pro de su conservación.